'Veinte' en la Biblia
de los hijos de Coat, Uriel el principal, y sus hermanos, ciento veinte;
de los hijos de Merari, Asaías el principal, y sus hermanos, doscientos veinte;
Y les tomó David mil carros, y siete mil caballos, y veinte mil hombres de a pie; y desjarretó David los caballos de todos los carros, excepto los de cien carros que dejó.
Estos son los hijos de Leví según las casas de sus padres, cabezas paternas en su censo, contados por sus nombres, por sus cabezas, los cuales hacían obra en el ministerio de la Casa del SEÑOR, de veinte años arriba.
Así que, conforme a las postreras palabras de David, fue la cuenta de los hijos de Leví de veinte años arriba.
Sobre la primera división del primer mes estaba Jasobam hijo de Zabdiel; y había en su división veinte y cuatro mil.
Sobre la división del segundo mes estaba Dodai Ahohita: y Micloth era mayor general en su división, en la que también había veinte y cuatro mil.
El jefe de la tercera división para el tercer mes era Benaías, hijo de Joiada sumo sacerdote; y en su división había veinte y cuatro mil.
El cuarto jefe para el cuarto mes era Asael hermano de Joab, y después de él Zebadías su hijo; y en su división había veinte y cuatro mil.
El quinto jefe para el quinto mes era Sambuth Izrita: y en su división había veinte y cuatro mil.
El sexto para el sexto mes era Hira hijo de Icces, de Tecoa; y en su división veinte y cuatro mil.
El octavo para el octavo mes era Sibbecai Husatita, de Zarahi; y en su división veinte y cuatro mil.
El noveno para el noveno mes era Abiezer Anathothita, de los Benjamitas; y en su división veinte y cuatro mil.
El décimo para el décimo mes era Maharai Nethophathita, de Zarahi; y en su división veinte y cuatro mil.
El undécimo para el undécimo mes era Benaías Piratonita, de los hijos de Ephraim; y en su división veinte y cuatro mil.
El duodécimo para el duodécimo mes era Heldai Nethophathita, de Othniel; y en su división veinte y cuatro mil.
Y no tomó David el número de los que eran de veinte años abajo, por cuanto el SEÑOR había dicho que él había de multiplicar a Israel como las estrellas del cielo.
Y he aquí para los cortadores, los cortadores de la madera, tus siervos, he dado veinte mil coros de trigo en grano, y veinte mil coros de cebada, y veinte mil batos de vino, y veinte mil batos de aceite.
Estas son las medidas de que Salomón fundó el edificio de la Casa de Dios. La primera medida fue, la longitud de sesenta codos; y la anchura de veinte codos.
El pórtico que estaba en la delantera de la longitud, era de veinte codos al frente del ancho de la casa, y su altura de ciento veinte; y lo cubrió por dentro de oro puro.
E hizo la Casa del lugar santísimo, cuya longitud era de veinte codos según el ancho del frente de la Casa, y su anchura de veinte codos; y la recubrió de buen oro que ascendía a seiscientos talentos.
El largo de las alas de los querubines era de veinte codos; porque un ala era de cinco codos; la cual llegaba hasta la pared de la Casa; y la otra ala de cinco codos, la cual llegaba al ala del otro querubín.
Así las alas de estos querubines estaban extendidas por veinte codos; y ellos estaban en pie con los rostros hacia la Casa.
Hizo además un altar de bronce de veinte codos de longitud, y veinte codos de anchura, y diez codos de altura.
y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán, y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos, estaban vestidos de lino fino con címbalos, salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas).
Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas; y así dedicaron la Casa de Dios el rey y todo el pueblo.
Y aconteció que al cabo de veinte años que Salomón había edificado la Casa del SEÑOR y su casa,
Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran copia de especiería, y piedras preciosas; nunca hubo tal especiería como la que dio la reina de Sabá al rey Salomón.
Así reinó Josaphat sobre Judá: de treinta y cinco años era cuando comenzó á reinar, y reinó veinte y cinco años en Jerusalem. El nombre de su madre fué Azuba, hija de Silhi.
Juntó luego Amasías a Judá, y les puso tribunos y centuriones según las casas de sus padres por todo Judá y Benjamín; y los tomó por lista a todos los de veinte años para arriba; y fueron hallados en ellos trescientos mil escogidos para salir a la guerra, que tenían lanza y escudo.
De veinte años era Acaz cuando comenzó a reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén; mas no hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, como David su padre.
Porque Peca, hijo de Remalías mató en Judá en un día ciento veinte mil, todos hombres valientes; por cuanto habían dejado al SEÑOR Dios de sus padres.
y a los que eran contados entre los sacerdotes por las familias de sus padres, y a los levitas de edad de veinte años arriba, por sus estancias y órdenes;
De veinte y dos años era Amón cuando comenzo á reinar, y dos años reinó en Jerusalem.
De veinte y tres años era Joachâz cuando comenzó á reinar, y tres meses reinó en Jerusalem.
Cuando comenzó á reinar Joacim era de veinte y cinco años, y reinó once años en Jerusalem: é hizo lo malo en ojos de Jehová su Dios.
De veinte y un años era Sedecías cuando comenzó á reinar, y once años reinó en Jerusalem.
Y esta es la cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veinte y nueve cuchillos,
Los hijos de Bebai, seiscientos veinte y tres;
Los hijos de Azgad, mil doscientos veinte y dos;
Los hijos de Besai, trescientos veinte y tres;
Los hijos de Hasum, doscientos veinte y tres;
Los hijos de Beth-lehem, ciento veinte y tres;
Los varones de Anathoth, ciento veinte y ocho;
Los hijos de Rama y Gabaa, seiscientos veinte y uno;
Los varones de Michmas, ciento veinte y dos;
Los varones de Beth-el y Hai, doscientos veinte y tres;
los hijos de Harim, trescientos veinte;
Los hijos de Lod, Hadid, y Ono, setecientos veinte y cinco;
Los cantores: los hijos de Asaph, ciento veinte y ocho.
sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
Y en el año segundo de su venida a la Casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, y Jesúa hijo de Josadac, y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que tuvieran cargo de la obra de la Casa del SEÑOR.
y a Hasabías, y con él a Isaía (Jesaías) de los hijos de Merari, a sus hermanos y a sus hijos, veinte;
y de los netineos, a quienes David con los príncipes puso para el ministerio de los levitas, doscientos veinte netineos, todos los cuales fueron declarados por sus nombres.
además veinte tazones de oro, por mil dracmas; y dos vasos de bronce limpio muy bueno, preciados como el oro.
Así fueron reunidos todos los varones de Judá y de Benjamín en Jerusalén dentro de tres días, a los veinte del mes, el cual era el mes noveno; y se sentó todo el pueblo en la plaza de la Casa de Dios, temblando con motivo de aquel negocio, y a causa de las lluvias.
Las palabras de Nehemías, hijo de Hacalías. Y acaeció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa, capital del reino,
Y fue en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino, y lo di al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia,
También desde el día que me mandó el rey que fuera capitán de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo, ni mis hermanos comimos el pan del capitán.
los hijos de Harim, trescientos veinte;
camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.
Y de los príncipes de las familias dieron para el tesoro de la obra, veinte mil dracmas de oro, y dos mil doscientas libras de plata.
Y lo que dio el resto del pueblo fue veinte mil dracmas de oro, y dos mil libras de plata, y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.
Y tras él, Gabbai, Sallai, novecientos veinte y ocho.
Y ACONTECIO en los días de Assuero, (el Assuero que reinó desde la India hasta la Etiopía sobre ciento veinte y siete provincias,)
Los carros de Dios son veinte mil, y más millares de ángeles. El Señor entre ellos, como en Sinaí, así en el santuario.
Y la comida que has de comer será por peso de veinte siclos al día; de tiempo a tiempo la comerás.
Y aconteció en el año veinte y siete, en el mes primero, al primero del mes, que fué á mí palabra de Jehová, diciendo:
La longitud de la portada, veinte codos, y la anchura once codos, al cual subían por gradas; y había columnas junto a los postes, una de un lado, y otra de otro.
Y la anchura de cada puerta era de diez codos; y los lados de la puerta, de cinco codos de una parte, y cinco de la otra. Y midió su longitud de cuarenta codos, y la anchura de veinte codos.
Midió también su longitud, de veinte codos, y la anchura de veinte codos, delante del Templo; y me dijo: Este es el lugar Santísimo.
Y entre las cámaras había anchura de veinte codos por todos lados alrededor de la Casa.
Frente a los veinte codos que había en el atrio de adentro, y enfrente del solado que había en el atrio exterior, estaban las cámaras, unas enfrente de las otras en tres pisos.
`Cuando repartáis por suertes la tierra en heredad, ofreceréis una parte al SEÑOR, una porción sagrada de la tierra; la longitud será de veinticinco mil {codos}, y la anchura será de veinte mil. Será sagrada en toda su extensión alrededor.
Y otras veinticinco mil de longitud, y diez mil de anchura, lo cual será para los levitas ministros de la Casa, en posesión, con veinte cámaras.
Y el siclo será de veinte geras: veinte siclos, con veinticinco siclos, y quince siclos, os serán una mina.
Pareció bien delante de Darío constituir sobre el reino ciento veinte gobernadores, que estuvieran en todo el reino.
Y á los veinte y cuatro días del mes primero estaba yo á la orilla del gran río Hiddekel;
¿y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil hombres que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?
En el día veinte y cuatro del mes sexto, en el segundo año del rey Darío.
EN el mes séptimo, á los veinte y uno del mes, fué palabra de Jehová por mano del profeta Haggeo, diciendo:
Antes que fueran estas cosas, venían al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros del lagar, y había veinte.
Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de veinte codos de largo, y diez codos de ancho.
¿O cuál rey, teniendo que ir a hacer guerra contra otro rey, sentándose primero no consulta si puede salir al encuentro con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
Y en aquellos días, Pedro, levantándose en medio de los discípulos, dijo (y era el número de los nombres como de ciento veinte):
y echando la sonda, hallaron veinte pasos, y pasando un poco más adelante, volviendo a echar la sonda, hallaron quince pasos.
Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veinte y tres mil.
Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre {que subió} hasta los frenos de los caballos por una distancia como de trescientos veinte kilómetros.