'Venido' en la Biblia
Y cuando los filisteos oyeron la voz de júbilo, dijeron: ¿Qué voz de gran júbilo es ésta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había venido al campamento.
Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían: Dios ha venido al campamento. Y dijeron: ¡Ay de nosotros! pues antes de ahora no fue así.
Y ellas respondiéndoles, dijeron: Sí; helo aquí delante de ti; date prisa, porque hoy ha venido a la ciudad en atención a que el pueblo tiene hoy sacrificio en el lugar alto.
Y cuando entrareis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al lugar alto a comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya venido, porque él es quien bendice el sacrificio; y después comerán los convidados. Subid, pues, ahora, porque ahora le hallaréis.
Y respondieron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los de Jabes de Galaad: Mañana al calentar el sol, seréis librados. Y vinieron los mensajeros, y lo declararon a los de Jabes, los cuales se alegraron.
Y los hebreos que habían estado con los filisteos de tiempo antes, y habían venido con ellos de los alrededores al campamento, también éstos se volvieron para unirse a los israelitas que estaban con Saúl y con Jonatán.
Madrugó luego Samuel para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido al Carmelo, y he aquí se ha levantado un monumento, y dando la vuelta, pasó y descendió a Gilgal.
Y dijo Samuel: ¿Cómo iré? Si Saúl lo entendiere, me matará. Jehová respondió: Toma contigo una becerra de la vacada, y di: He venido para ofrecer sacrificio a Jehová.
Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.
Y venido el tiempo en que Merab, hija de Saúl, se había de dar a David, fue dada por esposa a Adriel meholatita.
El día siguiente, el segundo día de la luna nueva, aconteció también que el asiento de David estaba vacío. Y Saúl dijo a Jonatán su hijo: ¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí hoy ni ayer?
Y dijo: Te ruego que me dejes ir, porque tenemos sacrificio los de nuestro linaje en la ciudad, y mi hermano mismo me lo ha mandado; por tanto, si he hallado gracia en tus ojos, haré una escapada ahora, y visitaré a mis hermanos. Por esto pues no ha venido a la mesa del rey.
Y fue dicho a Saúl que David había venido a Keila. Entonces dijo Saúl: Dios lo ha traído a mis manos; pues él se ha encerrado, entrando en ciudad con puertas y cerraduras.
Pregunta a tus criados, que ellos te lo dirán. Hallen, por tanto, estos jóvenes gracia en tus ojos, pues hemos venido en buen día; te ruego que des lo que tuvieres a mano a tus siervos, y a tu hijo David.
David por tanto envió espías, y entendió por cierto que Saúl había venido.
Levántate, pues, muy de mañana, tú y los siervos de tu señor que han venido contigo; y temprano en la mañana, cuando os levantéis, al amanecer, partid.