'Vino' en la Biblia
Y vino sobre él el Espíritu del SEÑOR, y juzgó a Israel. Cuando salió a la guerra, el SEÑOR entregó en su mano a Cusán Risataim, rey de Mesopotamia, y su poder prevaleció sobre Cusán Risataim.
Aod vino a él cuando estaba sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: ``Tengo un mensaje de Dios para usted." Y él se levantó de su silla.
Después de Aod vino Samgar, hijo de Anat, el cual hirió a 600 Filisteos con una aguijada de bueyes. Y él también salvó a Israel.
Entonces los sobrevivientes descendieron sobre los nobles. El pueblo del SEÑOR vino a mí como guerreros.
Entonces vino el ángel del SEÑOR y se sentó debajo de la encina que {estaba} en Ofra, la cual pertenecía a Joás de Abiezer. Y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los Madianitas.
Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre Gedeón, y {éste} tocó la trompeta y los de Abiezer se juntaron para seguirlo.
Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa.
"Pero la vid les respondió: ` ¿He de dejar mi vino nuevo, que alegra a Dios y a los hombres, para ir a ondear sobre los árboles?'
Gaal, hijo de Ebed, vino con sus parientes, y pasaron a Siquem; y los habitantes de Siquem pusieron su confianza en él.
Abimelec vino a la torre, la atacó y se acercó a la entrada de la torre para prenderle fuego.
Dios también hizo volver sobre sus cabezas toda la maldad de los hombres de Siquem, y vino sobre ellos la maldición de Jotam, hijo de Jerobaal.
El Espíritu del SEÑOR vino sobre Jefté. Entonces Jefté pasó por Galaad y Manasés. Luego pasó por Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad fue adonde {estaban} los Amonitas.
"Ahora pues, cuídate de no beber vino ni licor, y de no comer ninguna cosa inmunda.
La mujer fue y se lo dijo a su marido: ``Un hombre de Dios vino a mí, y su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le pregunté de dónde {venía,} ni él me hizo saber su nombre.
"Pero él me dijo: `Vas a concebir y a dar a luz un hijo; desde ahora no beberás vino ni licor, ni comerás cosa inmunda, porque el niño será Nazareo para Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte.'"
Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer cuando estaba sentada en el campo; pero Manoa su marido no estaba con ella.
La mujer corrió rápidamente y avisó a su marido, y le dijo: ``Ven, se me ha aparecido el hombre que vino el {otro} día."
"No comerá nada que venga de la vid, no {beberá} vino ni licor, ni comerá nada inmundo. Ella deberá guardar todo lo que {le} he ordenado."
Pero el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano. Pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho.
Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas {de ropa} a los que habían declarado la adivinanza. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre.
Al llegar él a Lehi, los Filisteos salieron a su encuentro gritando. Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con poder, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado con fuego y las ataduras cayeron de sus manos.
Micaía consagró al Levita, y el joven vino a ser su sacerdote, y vivió en la casa de Micaía.
"Sin embargo, tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también pan y vino para mí, para tu sierva y para el joven que está con tu siervo; no {nos} falta nada."
Cuando amanecía, la mujer vino y cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su señor hasta {que se hizo} de día.
Entonces el pueblo vino a Betel (Casa de Dios), y permaneció allí delante de Dios hasta la noche. Y alzaron sus voces y lloraron amargamente.