'Vino' en la Biblia
Y sucedió que cuando ella vino {a él,} éste la persuadió a que pidiera un campo a su padre. Ella entonces se bajó del asno, y Caleb le dijo: ¿Qué quieres?
Y vino sobre él el Espíritu del SEÑOR, y juzgó a Israel. Cuando salió a la guerra, el SEÑOR entregó en su mano a Cusán-risataim, rey de Mesopotamia, y su poder prevaleció sobre Cusán-risataim.
Aod vino a él cuando estaba sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo un mensaje de Dios para ti. Y él se levantó de su silla.
Después de Aod vino Samgar, hijo de Anat, el cual hirió a seiscientos filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel.
Entonces los sobrevivientes descendieron sobre los nobles; el pueblo del SEÑOR vino a mí como guerreros.
Y vino el ángel del SEÑOR y se sentó debajo de la encina que {estaba} en Ofra, la cual pertenecía a Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.
Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre Gedeón, y {éste} tocó la trompeta y los abiezeritas se juntaron para seguirle.
Y Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa.
Y Gaal, hijo de Ebed, vino con sus parientes, y pasaron a Siquem; y los habitantes de Siquem pusieron su confianza en él.
Y Abimelec vino a la torre, la atacó y se acercó a la entrada de la torre para prenderle fuego.
Dios también hizo volver sobre sus cabezas toda la maldad de los hombres de Siquem, y vino sobre ellos la maldición de Jotam, hijo de Jerobaal.
Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre Jefté, y pasó por Galaad y Manasés; luego pasó por Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad fue adonde {estaban} los hijos de Amón.
Ahora pues, cuídate de no beber vino ni licor, y de no comer ninguna cosa inmunda.
Y la mujer fue y se lo dijo a su marido, diciendo: Un hombre de Dios vino a mí, y su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le pregunté de dónde {venía,} ni él me hizo saber su nombre.
Pero él me dijo: ``He aquí, concebirás y darás a luz un hijo; desde ahora no beberás vino ni licor, ni comerás cosa inmunda, porque el niño será nazareo para Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte."
Y Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer cuando estaba sentada en el campo; y Manoa su marido no estaba con ella.
Y la mujer corrió rápidamente y avisó a su marido, y le dijo: He aquí, se me ha aparecido el hombre que vino el {otro} día.
No comerá nada que venga de la vid, no {beberá} vino ni licor, ni comerá nada inmundo; que guarde ella todo lo que {le} he mandado.
Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano; pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho.
Entonces el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y descendió a Ascalón y mató a treinta de ellos y tomando sus despojos, dio las mudas {de ropa} a los que habían declarado el enigma. Y ardiendo en ira, subió a la casa de su padre.
Al llegar él a Lehi, los filisteos salieron a su encuentro gritando. Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con poder, y las sogas que estaban en sus brazos fueron como lino quemado con fuego y las ataduras cayeron de sus manos.
Micaía consagró al levita, y el joven vino a ser su sacerdote, y moró en la casa de Micaía.
Sin embargo, tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también pan y vino para mí, para tu sierva y para el joven que está con tu siervo; no {nos} falta nada.
Cuando amanecía, la mujer vino y cayó a la entrada de la casa del hombre donde estaba su señor hasta {que se hizo} de día.
Entonces el pueblo vino a Betel, y permaneció allí delante de Dios hasta la noche; y alzaron sus voces y lloraron amargamente.