'Vino' en la Biblia
Y estando aún hablando ella con el rey, he aquí Nathán profeta, que vino.
Estando aún él hablando, he aquí Jonathán hijo de Abiathar sacerdote vino, al cual dijo Adonía: Entra, porque tú eres hombre de esfuerzo, y traerás buenas nuevas.
Y envió el rey Salomón, y trajéronlo del altar; y él vino, é inclinóse al rey Salomón. Y Salomón le dijo: Vete á tu casa.
Entonces Adonía hijo de Haggith vino á Bath-sheba madre de Salomón; y ella dijo: ¿Es tu venida de paz? Y él respondió: Sí, de paz.
Y él dijo: Tú sabes que el reino era mío, y que todo Israel había puesto en mí su rostro, para que yo reinara: mas el reino fué traspasado, y vino á mi hermano; porque por Jehová era suyo.
Y vino Bath-sheba al rey Salomón para hablarle por Adonía. Y el rey se levantó á recibirla, é inclinóse á ella, y volvió á sentarse en su trono, é hizo poner una silla á la madre del rey, la cual se sentó á su diestra.
Y vino la noticia hasta Joab: porque también Joab se había adherido á Adonía, si bien no se había adherido á Absalom. Y huyó Joab al tabernáculo de Jehová, y asióse á los cornijales del altar.
Y como Salomón despertó, vió que era sueño: y vino á Jerusalem, y presentóse delante del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos, é hizo pacíficos; hizo también banquete á todos sus siervos.
Hijo de una viuda de la tribu de Nephtalí, y su padre había sido de Tiro: trabajaba él en bronce, lleno de sabiduría y de inteligencia y saber en toda obra de metal. Este pues vino al rey Salomón, é hizo toda su obra.
Y OYENDO la reina de Seba la fama de Salomón en el nombre de Jehová, vino á probarle con preguntas.
Y vino á Jerusalem con muy grande comitiva, con camellos cargados de especias, y oro en grande abundancia, y piedras preciosas: y como vino á Salomón, propúsole todo lo que en su corazón tenía.
Y dió ella al rey ciento y veinte talentos de oro, y muy mucha especiería, y piedras preciosas: nunca vino tan grande copia de especias, como la reina de Seba dió al rey Salomón.
Y de la madera de brasil hizo el rey balaustres para la casa de Jehová, y para las casas reales, arpas también y salterios para los cantores: nunca vino tanta madera de brasil, ni se ha visto hasta hoy.
Enviaron y llamáronle. Vino pues Jeroboam y toda la congregación de Israel, y hablaron á Roboam, diciendo:
Y al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo á Roboam; según el rey lo había mandado, diciendo: Volved á mí al tercer día.
Y como Roboam vino á Jerusalem, juntó toda la casa de Judá y la tribu de Benjamín, ciento y ochenta mil hombres escogidos de guerra, para hacer guerra á la casa de Israel, y reducir el reino á Roboam hijo de Salomón.
Y HE aquí que un varón de Dios por palabra de Jehová vino de Judá á Beth-el; y estando Jeroboam al altar para quemar perfumes,
Moraba á la sazón en Beth-el un viejo profeta, al cual vino su hijo, y contóle todo lo que el varón de Dios había hecho aquel día en Beth-el: contáronle también á su padre las palabras que había hablado al rey.
Y tomando el profeta el cuerpo del varón de Dios, púsolo sobre el asno, y llevóselo. Y el profeta viejo vino á la ciudad, para endecharle y enterrarle.
Y la mujer de Jeroboam hízolo así; y levantóse, y fué á Silo, y vino á casa de Ahías. Y no podía ya ver Ahías, que sus ojos se habían oscurecido á causa de su vejez.
Entonces la mujer de Jeroboam se levantó, y se fué, y vino á Thirsa: y entrando ella por el umbral de la casa, el mozo murió.
Y como él vino al reino, hirió toda la casa de Jeroboam, sin dejar alma viviente de los de Jeroboam, hasta raerlo, conforme á la palabra de Jehová que él habló por su siervo Ahías Silonita;
Vino Zimri, y lo hirió y mató, en el año veintisiete de Asa rey de Judá; y reinó en lugar suyo.
Entonces Abdías fué á encontrarse con Achâb, y dióle el aviso; y Achâb vino á encontrarse con Elías.
Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento; y hubo una gran lluvia. Y subiendo Achâb, vino á Jezreel.
Y la mano de Jehová fué sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y vino corriendo delante de Achâb hasta llegar á Jezreel.
Viendo pues el peligro, levantóse y fuése por salvar su vida, y vino á Beer-seba, que es en Judá, y dejó allí su criado.
Y él se fué por el desierto un día de camino, y vino y sentóse debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Baste ya, oh Jehová, quita mi alma; que no soy yo mejor que mis padres.
Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Ruégote que me dejes besar mi padre y mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve: ¿qué te he hecho yo?
Pasado el año, Ben-adad reconoció los Siros, y vino á Aphec á pelear contra Israel.
Los demás huyeron á Aphec, á la ciudad: y el muro cayó sobre veinte y siete mil hombres que habían quedado. También Ben-adad vino huyendo á la ciudad, y escondíase de cámara en cámara.
Y vino á él su mujer Jezabel, y díjole: ¿Por qué está tan triste tu espíritu, y no comes pan?
Vino pues al rey, y el rey le dijo: Michêas, ¿iremos á pelear contra Ramoth de Galaad, ó la dejaremos? Y él respondió: Sube, que serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey.
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (46)
- LBDA (25)
- NBLH (26)
- RV (46)
- SEV (47)
- RV1909 (33)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (44)
- Éxodo (12)
- Levítico (2)
- Números (17)
- Deuteronomio (14)
- Josué (8)
- Jueces (20)
- Rut (4)
- 1 Samuel (35)
- 2 Samuel (32)
- 1 Reyes (33)
- 2 Reyes (25)
- 1 Crónicas (8)
- 2 Crónicas (25)
- Esdras (4)
- Nehemías (11)
- Ester (15)
- Job (11)
- Salmos (9)
- Proverbios (10)
- Eclesiastés (6)
- Cantares (7)
- Isaías (28)
- Jeremías (28)
- Lamentaciones (3)
- Ezequiel (12)
- Daniel (15)
- Oseas (8)
- Joel (3)
- Amós (5)
- Miqueas (2)
- Habacuc (1)
- Sofonías (1)
- Hageo (2)
- Zacarías (3)
- Malaquías (1)