'Voz' en la Biblia
Mas Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y la tuvo Elí por borracha.
Si el hombre pecare en contra del hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare en contra del SEÑOR, ¿quién rogará por él? Mas ellos no oyeron la voz de su padre, porque el SEÑOR ya había decidido matarlos.
Y cuando los filisteos oyeron el grito, dijeron: ¿Qué voz de gran estruendo es ésta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca del SEÑOR había venido al campamento.
Y dijo el SEÑOR a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te dijeren; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.
Ahora, pues, oye su voz; mas protesta primero contra ellos declarándoles el derecho del rey que ha de reinar sobre ellos.
Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel; antes dijeron: No, sino que habrá rey sobre nosotros;
Y el SEÑOR dijo a Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos. Entonces dijo Samuel a los varones de Israel: Idos cada uno a su ciudad.
Y llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo lloró en alta voz.
Y dijo Samuel a todo Israel: He aquí, yo he oído vuestra voz en todas las cosas que me habéis dicho, y os he puesto rey.
Si temiereis al SEÑOR y le sirviereis, y oyereis su voz, y no fuereis rebeldes a la palabra del SEÑOR, así vosotros como el rey que reina sobre vosotros, seréis en pos del SEÑOR vuestro Dios.
Mas si no oyereis la voz del SEÑOR, y si fuereis rebeldes a las palabras del SEÑOR, la mano del SEÑOR será contra vosotros como contra vuestros padres.
Y Samuel dijo a Saúl: el SEÑOR me envió a que te ungiera por rey sobre su pueblo Israel; oye, pues, la voz de las palabras del SEÑOR.
¿Por qué, pues, no has oído la voz del SEÑOR? Antes vuelto al despojo, has hecho lo malo en los ojos del SEÑOR.
Y Saúl respondió a Samuel: Antes he oído la voz del SEÑOR, y fui a la jornada que el SEÑOR me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.
Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; por cuanto he quebrantado el dicho del SEÑOR y tus palabras, porque temí al pueblo, consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado,
Y oyendo Saúl la voz de Jonatán, juró: Vive el SEÑOR, que no morirá.
Y aconteció que, cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es esta la voz tuya, hijo mío David? Y alzando Saúl su voz lloró.
Y recibió David de su mano lo que le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he oído tu voz, y he recibido tu faz.
Y conociendo Saúl la voz de David, dijo: ¿No es ésta tu voz, hijo mío David? Y David respondió: Mi voz es, rey señor mío.
Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo:
Como tú no escuchaste la voz del SEÑOR, ni cumpliste el furor de su ira sobre Amalec, por eso el SEÑOR te ha hecho esto hoy.
Entonces la mujer vino a Saúl, y viéndole en gran manera turbado, le dijo: He aquí que tu criada ha escuchado tu voz, y he puesto mi alma en mi mano, y he oído las palabras que tú me has dicho.
Te ruego, pues, que tú también oigas la voz de tu sierva; pondré yo delante de ti un bocado de pan que comas, para que te esfuerces, y sigas tu camino.
Entonces David y el pueblo que estaba con él, alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar.