'Mundo' en la Biblia
Él levanta del polvo al pobre, y del muladar exalta al menesteroso, para hacerle sentar con príncipes, y hacerle heredar un trono de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, y Él asentó sobre ellas el mundo.
Entonces aparecieron los cauces del mar, y los fundamentos del mundo fueron descubiertos, a la reprensión de Jehová, al resoplido del aliento de su nariz.
Temed ante su presencia toda la tierra: El mundo será aún establecido, para que no se conmueva.
De la luz será lanzado a las tinieblas, y echado fuera del mundo.
¿Quién le dio autoridad sobre la tierra? ¿O quién puso en orden todo el mundo?
Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, para hacer sobre la faz del mundo, en la tierra, lo que Él les mande.
Y Él juzgará al mundo con justicia; y juzgará a los pueblos con rectitud.
De los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres del mundo, que tienen su porción en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; sacian a sus hijos, y dejan el resto a sus pequeños.
Entonces aparecieron los senderos de las aguas, y se descubrieron los cimientos del mundo, a tu reprensión, oh Jehová, por el soplo del aliento de tu nariz.
Por toda la tierra salió su hilo, y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol.
«Salmo de David» De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan.
Tema a Jehová toda la tierra: Témanle todos los habitantes del mundo.
«Al Músico principal: Salmo para los hijos de Coré» Oíd esto, pueblos todos; escuchad, todos los habitantes del mundo:
Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.
He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
Anduvo en derredor el sonido de tus truenos; los relámpagos alumbraron el mundo; se estremeció y tembló la tierra.
Tuyos los cielos, tuya también la tierra; el mundo y su plenitud, tú lo fundaste.
Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo; Desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios.
Jehová reina, se vistió de magnificencia, se vistió Jehová, se ciñó de fortaleza; afirmó también el mundo, para que no sea movido.
Decid entre las naciones: Jehová reina, también afirmó el mundo, no será conmovido: Juzgará a los pueblos en justicia.
Porque Él viene, porque Él viene a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.
Sus relámpagos alumbraron el mundo; la tierra vio, y se estremeció.
Brame el mar y su plenitud; el mundo y los que en él habitan;
Porque Él viene a juzgar la tierra; juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con equidad.
No había aún hecho la tierra, ni los campos, ni el principio del polvo del mundo.
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y aun puso un mundo en su corazón, de tal manera que no alcance el hombre la obra de Dios desde el principio hasta el fin.
Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los poderosos.
que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades; que a sus presos nunca abrió la cárcel?
Preparad el matadero para sus hijos por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen la faz del mundo de ciudades.
Vosotros, todos los moradores del mundo y habitantes de la tierra, cuando se levante bandera en los montes, mirad; y cuando se toque trompeta, oíd.
Se enlutó, se marchitó la tierra; el mundo languidece y se marchita; languidecen los grandes de los pueblos de la tierra.
Con mi alma te he deseado en la noche; y con mi espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.
Concebimos, tuvimos dolores de parto, pero fue como si diéramos a luz viento. Ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.
Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo se llenará de fruto.
Naciones, acercaos para oír; y escuchad, pueblos. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce.
Dije: No veré a JAH, a JAH en la tierra de los vivientes: Ya no veré más hombre con los moradores del mundo.
Porque desde el principio del mundo no se ha escuchado, ni oído ha percibido, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en Él espera.
El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia;
y a Dedán, y Tema, y Buz, y a todos los que están al cabo del mundo;
Él es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia.
Nunca los reyes de la tierra, ni todos los que habitan en el mundo, creyeron que el enemigo y el adversario entrarían por las puertas de Jerusalén.
Los montes tiemblan delante de Él, y los collados se disuelven; y la tierra se enciende a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.
Otra vez el diablo lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo, y la gloria de ellos,
Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Y a cualquiera que dijere palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero a cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este mundo, ni en el venidero.
Y el que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra; pero el afán de este mundo, y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta que dijo: En parábolas abriré mi boca; Enunciaré cosas que han estado escondidas desde la fundación del mundo.
El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino; y la cizaña son los hijos del malo.
El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
Así como la cizaña es recogida y quemada en el fuego; así será en el fin de este mundo.
Así será en el fin del mundo; los ángeles vendrán, y apartarán a los malos de entre los justos,
Porque, ¿qué aprovechará el hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? O, ¿qué recompensa dará el hombre por su alma?
¡Ay del mundo por los tropiezos! porque necesario es que vengan tropiezos, mas ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!
Y sentándose Él en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo?
Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni jamás habrá.
Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
De cierto os digo: Dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también lo que ésta ha hecho, será dicho para memoria de ella.
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
pero los afanes de este mundo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Porque ¿qué aprovechará el hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
que no haya de recibir cien tantos ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.
De cierto os digo: Dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, lo que ella ha hecho, también será contado para memoria de ella.
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
tal como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio del mundo;
Y aconteció en aquellos días que salió un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y se pierde a sí mismo, o se destruye?
para que la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la fundación del mundo, sea demandada de esta generación;
Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el mundo venidero la vida eterna.
Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este mundo se casan, y se dan en casamiento;
pero los que fueren tenidos por dignos de aquel mundo y la resurrección de los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.
Aquél era la Luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundo estaba, y el mundo por Él fue hecho, pero el mundo no le conoció.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.
Y ésta es la condenación; que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Y decían a la mujer: Ahora creemos, no sólo por tu dicho, sino porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que verdaderamente Éste es el Cristo, el Salvador del mundo.
Entonces aquellos hombres, cuando vieron el milagro que Jesús había hecho, dijeron: Verdaderamente Éste es el Profeta que había de venir al mundo.
Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
Pues nadie hace algo en secreto cuando procura darse a conocer. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.
No puede el mundo aborreceros a vosotros, mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas.
Y otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.
Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros; pero el que me envió, es verdadero; y yo, lo que he oído de Él, esto hablo al mundo.
Entre tanto que estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.
Desde el principio del mundo no fue oído que alguno abriese los ojos de uno que nació ciego.
Y dijo Jesús: Para juicio yo he venido a este mundo, para que los que no ven, vean; y los que ven, sean cegados.
¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Yo soy el Hijo de Dios?
Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? Si alguien anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo.
Ella le dijo: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios que había de venir al mundo.
Pero los fariseos dijeron entre sí: ¿Veis que nada ganáis? He aquí el mundo se va tras Él.
El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
Y si alguno oye mis palabras, y no cree, yo no le juzgo; porque no vine para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo.
Y antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
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