'Para' en la Biblia
Todo esto aconteció para que se cumpliese lo que fué dicho por el Señor, por el profeta que dijo:
Y enviándolos á Bethlehem, dijo: Andad allá, y preguntad con diligencia por el niño; y después que le hallareis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Y partidos ellos, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños á José, diciendo: Levántate, y toma al niño y á su madre, y huye á Egipto, y estáte allá hasta que yo te lo diga; porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo.
Y estuvo allá hasta la muerte de Herodes: para que se cumpliese lo que fué dicho por el Señor, por el profeta que dijo: De Egipto llamé á mi Hijo.
Y vino, y habitó en la ciudad que se llama Nazaret: para que se cumpliese lo que fué dicho por los profetas, que había de ser llamado Nazareno.
Yo á la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, más poderoso es que yo; los zapatos del cual yo no soy digno de llevar; él os bautizará en Espíritu Santo y en fuego
Entonces Jesús vino de Galilea á Juan al Jordán, para ser bautizado de él.
ENTONCES Jesús fué llevado del Espíritu al desierto, para ser tentado del diablo.
Y le dice: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; que escrito está: A sus ángeles mandará por ti, Y te alzarán en las manos, Para que nunca tropieces con tu pie en piedra.
Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta Isaías, que dijo:
Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos.
No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para abrogar, sino á cumplir.
Mas yo os digo, que cualquiera que mira á una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos: que hace que su sol salga sobre malos y buenos, y llueve sobre justos é injustos.
MIRAD que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos: de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está en los cielos.
Cuando pues haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su recompensa.
Para que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público.
Y cuando oras, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas, y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago.
Y cuando ayunáis, no seáis como los hipócritas, austeros; porque ellos demudan sus rostros para parecer á los hombres que ayunan: de cierto os digo, que ya tienen su pago.
Para no parecer á los hombres que ayunas, sino á tu Padre que está en secreto: y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.
NO juzguéis, para que no seáis juzgados.
Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas á nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece el presente que mandó Moisés, para testimonio á ellos.
Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, dame licencia para que vaya primero, y entierre á mi padre.
Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados, (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete á tu casa.
ENTONCES llamando á sus doce discípulos, les dió potestad contra los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y sanasen toda enfermedad y toda dolencia.
Ni alforja para el camino, ni dos ropas de vestir, ni zapatos, ni bordón; porque el obrero digno es de su alimento.
No penséis que he venido para meter paz en la tierra: no he venido para meter paz, sino espada.
Porque he venido para hacer disensión del hombre contra su padre, y de la hija contra su madre, y de la nuera contra su suegra.
El que tiene oídos para oir, oiga.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
Y salidos los Fariseos, consultaron contra él para destruirle.
Para que se cumpliese lo que estaba dicho por el profeta Isaías, que dijo:
La reina del Austro se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque vino de los fines de la tierra para oir la sabiduría de Salomón: y he aquí más que Salomón en este lugar.
Porque el corazón de este pueblo está engrosado, Y de los oídos oyen pesadamente, Y de sus ojos guiñan: Para que no vean de los ojos, Y oigan de los oídos, Y del corazón entiendan, Y se conviertan, Y yo los sane.
Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré á los segadores: Coged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; mas recoged el trigo en mi alfolí.
Para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta, que dijo: Abriré en parábolas mi boca; Rebosaré cosas escondidas desde la fundación del mundo.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre: el que tiene oídos para oir, oiga.
Y cuando fué la tarde del día, se llegaron á él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y el tiempo es ya pasado: despide las gentes, para que se vayan por las aldeas, y compren para sí de comer.
Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro del barco, andaba sobre las aguas para ir á Jesús.
Y LLEGANDOSE los Fariseos y los Saduceos para tentarle, le pedían que les mostrase señal del cielo.
Y respondiendo Pedro, dijo á Jesús: Señor, bien es que nos quedemos aquí: si quieres, hagamos aquí tres pabellones: para ti uno, y para Moisés otro, y otro para Elías.
Porque el Hijo del hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.
Mas si no te oyere, toma aún contigo uno ó dos, para que en boca de dos ó de tres testigos conste toda palabra.
Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les riñeron.
Y he aquí, uno llegándose le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
Y mirándo los Jesús, les dijo: Para con los hombres imposible es esto; mas para con Dios todo es posible.
Y Jesús les dijo: De cierto os digo, que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando se sentará el Hijo del hombre en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar á las doce tribus de Israel.
PORQUE el reino de los cielos es semejante á un hombre, padre de familia, que salió por la mañana á ajustar obreros para su viña.
Y le entregarán á los Gentiles para que le escarnezcan, y azoten, y crucifiquen; mas al tercer día resucitará.
Y él les dice: A la verdad mi vaso beberéis, y del bautismo de que yo soy bautizado, seréis bautizados; mas el sentaros á mi mano derecha y á mi izquierda, no es mío dar lo, sino á aquellos para quienes está aparejado de mi Padre.
Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Y la gente les reñía para que callasen; mas ellos clamaban más, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.
Y todo esto fué hecho, para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta, que dijo:
Y viendo una higuera cerca del camino, vino á ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: Nunca más para siempre nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.
Porque vino á vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; y los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.
Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos á los labradores, para que recibiesen sus frutos.
Y envió sus siervos para que llamasen los llamados á las bodas; mas no quisieron venir.
Y entró el rey para ver los convidados, y vió allí un hombre no vestido de boda.
Antes, todas sus obras hacen para ser mirados de los hombres; porque ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos;
Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera se haga limpio!
Para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías, hijo de Barachîas, al cual matasteis entre el templo y el altar.
Y SALIDO Jesús, íbase del templo; y se llegaron sus discípulos, para mostrarle los edificios del templo.
Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán; y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
¿Quién pues es el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su familia para que les dé alimento á tiempo?
Mas las prudentes respondieron, diciendo. Porque no nos falte á nosotras y á vosotras, id antes á los que venden, y comprad para vosotras.
Entonces el Rey dirá á los que estarán á su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Entonces dirá también á los que estarán á la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles:
Sabéis que dentro de dos días se hace la pascua, y el Hijo del hombre es entregado para ser crucificado.
Y tuvieron consejo para prender por engaño á Jesús, y matarle.
Porque echando este unguento sobre mi cuerpo, para sepultarme lo ha hecho.
De cierto os digo, que donde quiera que este evangelio fuere predicado en todo el mundo, también será dicho para memoria de ella, lo que ésta ha hecho.
Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.
Y el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos á Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que aderecemos para ti para comer la pascua?
Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados.
Velad y orad, para que no entréis en tentación: el espíritu á la verdad está presto, mas la carne enferma.
Mas todo esto se hace, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos huyeron, dejándole.
Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del pontífice; y entrando dentro, estábase sentado con los criados, para ver el fin.
Y los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos, y todo el consejo, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregale á la muerte;
Y VENIDA la mañana, entraron en consejo todos los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos del pueblo, contra Jesús, para entregarle á muerte.
Mas habido consejo, compraron con ellas el campo del alfarero, por sepultura para los extranjeros.
Y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.
Entonces les soltó á Barrabás: y habiendo azotado á Jesús, le entregó para ser crucificado.
Y después que le hubieron escarnecido, le desnudaron el manto, y le vistieron de sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.
Y saliendo, hallaron á un Cireneo, que se llamaba Simón: á éste cargaron para que llevase su cruz.
Y después que le hubieron crucificado, repartieron sus vestidos, echando suertes: para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta: Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
Y LA víspera de sábado, que amanece para el primer día de la semana, vino María Magdalena, y la otra María, á ver el sepulcro.
Entonces Jesús les dice: No temáis: id, dad las nuevas á mis hermanos, para que vayan á Galilea, y allí me verán.
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