21 Versículo de la Biblia sobre Controlar el enojo
Versículos Más Relevantes
Mejor es el que tarde se aíra que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.
Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;
El que tarde se aíra, es grande de entendimiento; mas el corto de espíritu engrandece la locura.
Toda amargura, y enojo, e ira, y gritería, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia;
La respuesta suave quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.
Mejor es vivir en un rincón del terrado que con la mujer rencillosa en espaciosa casa.
He Déjate de la ira, y depón el enojo; no te enojes en manera alguna para hacerte malo.
Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Por esto, hermanos míos amados, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó en el Cristo.
Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo; ni deis lugar al diablo.
Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.
El entendimiento del hombre detiene su furor; y su honra es disimular la ofensa.
El odio despierta las rencillas; mas la caridad cubre todas las maldades.
Hermanos, no murmuréis los unos de los otros; el que murmura del hermano, y juzga a su hermano, este tal murmura de la Ley, y juzga a la Ley; y si tú juzgas a la Ley, no eres guardador de la Ley, sino juez. Uno es el dador de la Ley, que puede salvar y perder, ¿quién eres tú que juzgas a otro?
Toda amargura, y enojo, e ira, y gritería, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia; antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó en el Cristo.
¿De dónde vienen las guerras, y los pleitos entre vosotros? De aquí, es decir de vuestras concupiscencias, las cuales batallan en vuestros miembros.
El que detiene sus palabras tiene sabiduría; y de espíritu valioso es el hombre entendido.
No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque la ira reposa en el seno de los locos.
Pero las cuestiones locas y sin sabiduría, desecha, sabiendo que engendran contiendas. Que el siervo del Señor no debe ser litigioso, sino manso para con todos, apto para enseñar, sufrido;