71 Versículo de la Biblia sobre Ira

Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo; ni deis lugar al diablo.

Por esto, hermanos míos amados, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

Toda amargura, y enojo, e ira, y gritería, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia; antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó en el Cristo.

No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque la ira reposa en el seno de los locos.

He Déjate de la ira, y depón el enojo; no te enojes en manera alguna para hacerte malo.

El que tarde se aíra, es grande de entendimiento; mas el corto de espíritu engrandece la locura.

Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, palabras deshonestas de vuestra boca.

La respuesta suave quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.

Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare descontroladamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere: Fatuo, será culpado del quemadero del fuego.

El hombre iracundo revolverá contiendas; mas el que tarde se enoja, apaciguará la rencilla.

El loco da rienda suelta a todo su espíritu; mas el sabio al fin lo sosiega.

El entendimiento del hombre detiene su furor; y su honra es disimular la ofensa.

Mejor es el que tarde se aíra que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.

El hombre iracundo levanta contiendas; y el furioso muchas veces peca.

El que presto se enoja, hará locura; y el hombre malicioso será aborrecido.

y no quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Tú empero, eres Dios de perdones, clemente y piadoso, tardo para la ira, y de mucha misericordia, porque no los dejaste.

No te entremetas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos; para que no aprendas sus veredas, y tomes lazo para tu alma.

Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare, será culpado del juicio. Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare descontroladamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere a su hermano: Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere: Fatuo, será culpado del quemadero del fuego.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,

Chet Clemente y misericordioso es el SEÑOR, lento para la ira, y grande en misericordia.

No defendiéndoos a vosotros mismos, amados; antes dad lugar a la ira de Dios , porque escrito está: Mía es la venganza; yo pagaré, dice el Señor.

Y estaba cerca la Pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén. Y halló en el Templo a los que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y a los cambiadores de dinero sentados. Y hecho un azote de cuerdas, los echó a todos del Templo, y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas;Leer más.
y a los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto; no hagáis la Casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu Casa me consumió. Y los judíos respondieron, y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras de que haces esto?

No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; ingenuamente reprenderás a tu prójimo, y no consentirás sobre el pecado.

Dios es el que juzga al justo; y Dios está airado contra los impíos todos los días.

Cantad al SEÑOR sus misericordiosos, y celebrad la memoria de su santidad. Porque un momento hay en su furor; mas en su voluntad está la vida: por la tarde durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría.

Y mirándolos alrededor con enojo, condoliéndose de la ceguedad de sus corazones, dice al hombre: Extiende tu mano. Y la extendió; y su mano fue restituida sana como la otra.

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificación, para que dé gracia a los oyentes.

Y entró Jesús en el Templo de Dios, y echó fuera todos los que vendían y compraban en el Templo, y trastornó las mesas de los cambiadores, y las sillas de los que vendían palomas;

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos; sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Es cierto que al loco la ira lo mata, y al codicioso consume la envidia.

El loco al momento da a conocer su ira; mas el que cubre la injuria es cuerdo.

El que detiene sus palabras tiene sabiduría; y de espíritu valioso es el hombre entendido.