27 Versículo de la Biblia sobre Las personas gritando
Versículos Más Relevantes
Y puesto en pie, bendijo á toda la congregación de Israel, diciendo en voz alta:
Porque éste es aquel del cual fué dicho por el profeta Isaías, que dijo: Voz de uno que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor, Enderezad sus veredas.
Voz del que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor; Enderezad sus veredas.
Como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías que dice: Voz del que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor, Haced derechas sus sendas.
Y exclamó á gran voz, y dijo. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.
Mas él no le respondió palabra. Entonces llegándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despáchala, pues da voces tras nosotros.
Y he aquí dos ciegos sentados junto al camino, como oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.
Y la gente les reñía para que callasen; mas ellos clamaban más, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros.
Y oyendo que era Jesús el Nazareno, comenzó á dar voces y decir: Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí.
Y muchos le reñían, que callase: mas él daba mayores voces: Hijo de David, ten misericordia de mí.
Y el espíritu inmundo, haciéndole pedazos, y clamando á gran voz, salió de él.
Y había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, el cual dió voces,
Y clamando á gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.
Y estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó á gran voz,
Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, é hiriéndose con las piedras.
El cual, como vió á Jesús, exclamó y se postró delante de él, y dijo á gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Ruégote que no me atormentes.
Y he aquí un espíritu le toma, y de repente da voces; y le despedaza y hace echar espuma, y apenas se aparta de él quebrantándole.
Y estando preñada, clamaba con dolores de parto, y sufría tormento por parir.
Y cerca de la hora de nona, Jesús exclamó con grande voz, diciendo: Eli, Eli, ¿lama sabachtani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Mas Jesús, habiendo otra vez exclamado con grande voz, dió el espíritu.
Y á la hora de nona, exclamó Jesús á gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabachthani? que declarado, quiere decir: Dios mío, Díos mío, ¿por qué me has desamparado?
Entonces Jesús, clamando á gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, espiró.
Y habiendo dicho estas cosas, clamó á gran voz: Lázaro, ven fuera.
Mas Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;
Dijo á gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y saltó, y anduvo.
Mas Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal; que todos estamos aquí.