32 Versículo de la Biblia sobre Trabajo, como ordenados por Dios
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Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. Y los bendijo Dios; y les dijo Dios: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Sale el hombre a su hacienda, y a su labranza hasta la tarde.
con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado. Porque polvo eres, y al polvo serás tornado.
Cuando comieres el trabajo de tus manos, dichoso tú, y tendrás bien.
y que andéis honestamente para con los extraños, y que nada de ninguno deseéis.
En toda labor hay fruto; mas el hablar y no hacer, empobrece.
El que hurtaba, no hurte más; antes trabaje, obrando con sus manos lo que es bueno, para que tenga de qué dar al que padeciere necesidad.
Vau Se levantó aun de noche, y dio comida a su familia, y ración a sus criadas.
Porque ya, hermanos, os acordáis de nuestro trabajo y fatiga; que trabajando de noche y de día por no ser gravosos a ninguno de vosotros, predicamos entre vosotros el Evangelio de Dios.
Pero si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que el que no creyó.
Y todo lo que hagáis, sea de palabra, o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias al Dios y Padre por él.
Pues si coméis, o si bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
Siervos, obedeced a vuestros amos según la carne con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como al Cristo; no sirviendo para ser visto, como los que agradan solamente a los hombres; sino como siervos del Cristo, haciendo de ánimo la voluntad de Dios; sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres;Leer más.
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
Siervos, oigan en todo a vuestros amos carnales, no sirviendo al ojo, como los que agradan solamente a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios; y todo lo que hagáis, hacedlo de buen ánimo, como al Señor, y no a los hombres; estando ciertos que del Señor recibiréis el salario de herencia, porque al Señor Cristo servís.
Y aprendan asimismo los nuestros a conducirse en buenas obras para los usos necesarios, para que no sean inútiles.
Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio;
y que procuréis tener quietud, y hacer vuestros negocios, y que obréis con vuestras manos de la manera que os hemos mandado;
porque vosotros sabéis de qué manera es necesario imitarnos, porque no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos el pan de balde de ninguno; sino obrando con trabajo y fatiga de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviéramos potestad, sino por daros en nosotros un ejemplo, para que nos imitarais.Leer más.
Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear. Y a los tales denunciamos y rogamos en el Señor nuestro, Jesús el Cristo, que, trabajando con silencio, coman su pan.
Tomó, pues, el SEÑOR Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardara.
Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: Mira, yo he llamado por su nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, y en inteligencia, y en ciencia, y en todo artificio,Leer más.
para inventar diseños, para trabajar en oro, y en plata, y en bronce, y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera; para obrar en toda clase de labor. Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado.
Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, el SEÑOR ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, y en ciencia, y en todo artificio, para proyectar inventos, para obrar en oro, y en plata, y en bronce,Leer más.
y en obra de pedrería para engastar, y en obra de madera, para trabajar en toda invención ingeniosa. Y ha puesto en su corazón para que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan. Y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de artificio, y de invención, y de recamado en cárdeno, y en púrpura, y en carmesí, y en lino fino, y en telar; para que hagan toda labor, e inventen todo diseño.
Y eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas; de tras las paridas lo trajo, para que apacentara a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad.
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas?
¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, y de José, y de Judas, y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros, sus hermanas? Y se escandalizaban de él.
Porque por esto le pagáis también los tributos; porque son ministros de Dios que sirven a esto mismo.
Sino que cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así ande; y así ordeno en todas las Iglesias.
y todo lo que hagáis, hacedlo de buen ánimo, como al Señor, y no a los hombres; estando ciertos que del Señor recibiréis el salario de herencia, porque al Señor Cristo servís.
Porque es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. Y a éste dio cinco talentos, y al otro dos, y al otro uno; a cada uno conforme a su facultad; y luego se fue lejos. Y partido él, el que había recibido cinco talentos granjeó con ellos, e hizo otros cinco talentos.Leer más.
Asimismo el que había recibido dos, ganó también él otros dos. Mas el que había recibido uno, fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Y después de mucho tiempo, vino el señor de aquellos siervos, e hizo cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco talentos que he ganado sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Y llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; he aquí otros dos talentos que he ganado sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste, y recoges donde no esparciste; por tanto tuve miedo, y fui, y escondí tu talento en la tierra; he aquí tienes lo que es tuyo. Y respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí; por tanto, te convenía dar mi dinero a los banqueros, y viniendo yo, hubiera recibido lo que es mío con logro. Quitadle pues el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque a cualquiera que tuviere, le será dado, y tendrá más; y al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Dijo pues: Un hombre noble se fue a una provincia lejos, para tomar para sí un reino, y volver. Mas llamados diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. Pero sus ciudadanos le aborrecían, y enviaron tras de él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.Leer más.
Y aconteció, que vuelto él, habiendo tomado el reino, mandó llamar a sí a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Y vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. Y él le dice: Está bien, buen siervo; pues que en lo poco has sido fiel, tendrás potestad sobre diez ciudades. Y vino el segundo, diciendo: Señor, tu mina ha hecho cinco minas. Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Y vino otro, diciendo: Señor, he aquí tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, que eres hombre recio; tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca te juzgo. Sabías que yo era hombre recio, que quito lo que no puse, y que siego lo que no sembré; ¿por qué, no diste mi dinero al banco, y yo viniendo lo recibiera con el logro? Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. Y ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a cualquiera que tuviere, le será dado; mas al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado. Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinara sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos delante de mí.
Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear.