22 Versículo de la Biblia sobre el peligro de los hombres
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Y guardaos de los hombres: porque os entregarán en concilios, y en sus sinagogas os azotarán;
Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salud.
Danos socorro contra el enemigo, Que vana es la salud de los hombres.
Danos socorro en la angustia: Porque mentirosa es la salud del hombre.
Y los Egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu: de manera que en extendiendo Jehová su mano, caerá el ayudador, y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán á una.
En Dios alabaré su palabra: En Dios he confiado, no temeré Lo que la carne me hiciere.
Jehová está por mí: no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.
De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me hará el hombre.
El temor del hombre pondrá lazo: Mas el que confía en Jehová será levantado.
Entonces David dijo á Gad: En grande angustia estoy: ruego que caiga en la mano de Jehová, porque sus miseraciones son muchas, y que no caiga yo en manos de hombres.
Redímeme de la violencia de los hombres; Y guardaré tus mandamientos.
¿Hablo yo á algún hombre? Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
Y estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del hombre será entregado en manos de hombres,
Porque enseñaba á sus discípulos, y les decía: El Hijo del hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; mas muerto él, resucitará al tercer día.
Poned vosotros en vuestros oídos estas palabras; porque ha de acontecer que el Hijo del hombre será entregado en manos de hombres.
Empero yo no tomo el testimonio de hombre; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos.
Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo me es crucificado á mí, y yo al mundo.
En que en otro tiempo anduvisteis conforme á la condición de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora obra en los hijos de desobediencia: