'Casa' en la Biblia
- 1.Gé 7:1-Éx 19:3
- 2.Éx 20:2-Josué 2:3
- 3.Josué 2:12-1 Samuel 3:15
- 4.1 Samuel 5:2-2 Samuel 14:9
- 5.2 Samuel 14:24-1 Reyes 9:15
- 6.1 Reyes 9:24-2 Reyes 11:20
- 7.2 Reyes 12:4-1 Crónicas 22:14
- 8.1 Crónicas 22:19-2 Crónicas 16:10
- 9.2 Crónicas 18:16-Esdras 3:9
- 10.Esdras 3:11-Ester 5:10
- 11.Ester 6:4-Proverbios 24:27
- 12.Proverbios 25:17-Jeremías 22:6
- 13.Jeremías 22:13-Ezequiel 11:15
- 14.Ezequiel 12:2-Ezequiel 45:8
- 15.Ezequiel 45:17-Zacarías 12:13
- 16.Zacarías 13:1-Lucas 13:35
- 17.Lucas 14:1-2 Juan 1:10
¡Ay del que edifica su casa y no en justicia, y sus salas y no en juicio, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo!
Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa, y airosas salas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.
sino: Vive el SEÑOR que hizo subir y trajo la simiente de la Casa de Israel de tierra del aquilón, y de todas las tierras adonde los eché; y habitarán en su tierra.
Porque así el profeta como el sacerdote son fingidos: aun en mi Casa hallé su maldad, dijo el SEÑOR.
Y el profeta, y el sacerdote, y el pueblo, que dijere: Carga del SEÑOR; yo visitaré sobre tal hombre y sobre su casa.
Así dijo el SEÑOR: Ponte en el atrio de la Casa del SEÑOR, y habla a todas las ciudades de Judá, que vienen para adorar en la Casa del SEÑOR, todas las palabras que yo te mandé les hablases; no detengas palabra.
yo pondré esta casa como Silo, y daré esta ciudad en maldición a todos los gentiles de la tierra.
Y los sacerdotes, los profetas, y todo el pueblo, oyeron a Jeremías hablar estas palabras en la Casa del SEÑOR.
¿Por qué has profetizado en nombre del SEÑOR, diciendo: Esta Casa será como Silo, y esta ciudad será asolada hasta no quedar morador? Y se juntó todo el pueblo contra Jeremías en la Casa del SEÑOR.
Y los príncipes de Judá oyeron estas cosas, y subieron de casa del rey a la Casa del SEÑOR; y se sentaron en la entrada de la puerta nueva de la casa del SEÑOR.
Y habló Jeremías a todos los príncipes y a todo el pueblo, diciendo: El SEÑOR me envió a que profetizase contra esta Casa y contra esta ciudad, todas las palabras que habéis oído.
También a los sacerdotes y a todo este pueblo hablé, diciendo: Así dijo el SEÑOR: No oigáis las palabras de vuestros profetas que os profetizan diciendo: He aquí que los vasos de la Casa del SEÑOR volverán de Babilonia ahora presto. Porque os profetizan mentira.
Y si ellos son profetas, y si es con ellos palabra del SEÑOR, oren ahora al SEÑOR de los ejércitos, que los vasos que han quedado en la Casa del SEÑOR y en la casa del rey de Judá y en Jerusalén, no vayan a Babilonia.
Así, pues, dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de los vasos que quedaron en la Casa del SEÑOR, y en la Casa del rey de Judá, y en Jerusalén;
Y aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, en el año cuarto, en el quinto mes, que Hananías, hijo de Azur, profeta que era de Gabaón, me habló en la Casa del SEÑOR delante de los sacerdotes y de todo el pueblo, diciendo:
Dentro de dos años de días tornaré a este lugar todos los vasos de la Casa del SEÑOR, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, llevó de este lugar para meterlos en Babilonia;
Y dijo Jeremías profeta a Hananías profeta, delante de los sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la Casa del SEÑOR.
Dijo pues Jeremías profeta: Amén, así lo haga el SEÑOR. Confirme el SEÑOR tus palabras, con las cuales profetizaste que los vasos de la Casa del SEÑOR, y todos los transportados, han de ser tornados de Babilonia a este lugar.
El SEÑOR te puso por sacerdote en lugar de Joiada sacerdote, para que presidáis en la Casa del SEÑOR sobre todo hombre furioso y profetizante, poniéndolo en el calabozo y en el cepo.
He aquí vienen días, dijo el SEÑOR, y sembraré la Casa de Israel y la Casa de Judá de simiente de hombre y de simiente de animal.
He aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, en los cuales haré nuevo pacto con la Casa de Jacob y con la Casa de Judá:
Mas éste es el Pacto que haré con la Casa de Israel después de aquellos días, dijo el SEÑOR: Daré mi ley en sus almas, y la escribiré en su corazón; y seré yo a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
Y entonces el ejército del rey de Babilonia tenía cercada a Jerusalén; y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la guarda que estaba en la casa del rey de Judá.
antes asentaron sus abominaciones en la casa sobre la cual es llamado mi nombre, contaminándola.
voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad al SEÑOR de los ejércitos, porque el SEÑOR es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan sacrificio de alabanza a la Casa del SEÑOR. Porque tornaré a traer la cautividad de la tierra como al principio, dijo el SEÑOR.
He aquí vienen días, dijo el SEÑOR, en que yo confirmaré la Palabra buena que he hablado a la Casa de Israel y a la Casa de Judá.
Porque así dijo el SEÑOR: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la Casa de Israel;
Así dice el SEÑOR Dios de Israel: Yo hice Pacto con vuestros padres el día que los saqué de tierra de Egipto, de casa de siervos, diciendo:
Y vosotros os habíais hoy convertido, y hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando cada uno libertad a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en la Casa sobre la cual es llamado mi nombre.
Ve a casa de los recabitas, y habla con ellos, e introdúcelos en la Casa del SEÑOR, en una de las cámaras, y dales a beber vino.
y los metí en la Casa del SEÑOR, en la cámara de los hijos de Hanán, hijo de Igdalías, varón de Dios, la cual estaba junto a la cámara de los príncipes, que estaba sobre la cámara de Maasías hijo de Salum, guarda de los vasos.
ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la tendréis; mas moraréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros peregrináis.
Si por ventura oyere la Casa de Judá todo el mal que yo pienso hacerles, para que se torne cada uno de su mal camino, y yo perdonaré su maldad y su pecado.
Y mandó Jeremías a Baruc, diciendo: Yo estoy preso, no puedo entrar en la Casa del SEÑOR.
Entra tú, pues, y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las palabras del SEÑOR a oídos del pueblo, en la Casa del SEÑOR, el día del ayuno; y también a oídos de todo Judá que vienen de sus ciudades. Las leerás
Y Baruc hijo de Nerías hizo conforme a todas las cosas que le mandó Jeremías profeta, leyendo en el libro las palabras del SEÑOR en la Casa del SEÑOR.
Y Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías en la Casa del SEÑOR, en la cámara de Gemarías hijo de Safán escriba, en el atrio de arriba, a la entrada de la puerta nueva de la Casa del SEÑOR, en oídos de todo el pueblo.
descendió a la casa del rey, a la cámara del escriba, y he aquí que todos los príncipes estaban allí sentados: Elisama escriba, y Delaía hijo de Semaías, y Elnatán hijo de Acbor, y Gemarías hijo de Safán, y Sedequías hijo de Ananías, y todos los príncipes.
Y el rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y había un brasero ardiendo delante de él;
(Y Jeremías entraba y salía en medio del pueblo; porque no lo habían puesto en la casa de la cárcel.
Y los príncipes se airaron contra Jeremías, y le azotaron, y le pusieron en prisión en la casa de Jonatán escriba, porque aquélla la habían hecho casa de cárcel.
Siendo, pues, entrado Jeremías en la casa de la mazmorra, y en las camarillas de la prisión y habiendo estado allá Jeremías por muchos días,
el rey Sedequías envió, y le sacó; y le preguntó el rey secretamente en su casa, y dijo: ¿Es palabra del SEÑOR? Y Jeremías dijo: Es. Y dijo más: En mano del rey de Babilonia serás entregado.
Dijo también Jeremías al rey Sedequías: ¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este pueblo, para que me pusieseis en la casa de la cárcel?
Ahora pues, oye, te ruego, mi señor el rey; caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa de Jonatán escriba, para que no me muera allí.
Y oyendo Ebed-melec, hombre etíope, eunuco que estaba en la casa del rey, que habían puesto a Jeremías en la mazmorra, y estando sentado el rey a la puerta de Benjamín,
Y tomó Ebed-melec en su poder hombres, y entró a la casa del rey al lugar debajo de la tesorería, y tomó de allí trapos viejos, ropas raídas, y andrajosas, y los echó a Jeremías con sogas en la mazmorra.
Después envió el rey Sedequías, e hizo traer a sí a Jeremías profeta a la tercera entrada que estaba en la Casa del SEÑOR. Y dijo el rey a Jeremías: Te pregunto una palabra, no me encubras ninguna cosa.
Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así dijo el SEÑOR Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si salieres luego a los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta a fuego; y vivirás tú y tu casa;
Y he aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá, serán sacadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos; atollaron en el cieno tus pies, se volvieron atrás.
Les dirás: Supliqué al rey que no me hiciese tornar a casa de Jonatán para que no me muriese allí.
Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.
Enviaron entonces, y tomaron a Jeremías del patio de la guarda, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo sacase a casa; y vivió entre el pueblo.
que venían unos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres, raída la barba, y rotas las ropas, y arañados y traían en sus manos ofrenda y perfume para llevar a la Casa del SEÑOR.
Toma con tu mano piedras grandes, y cúbrelas de barro en un horno de ladrillos que está a la puerta de la casa de Faraón en Tafnes, a vista de hombres judíos;
Y se avergonzará Moab de Quemos, a la manera que la Casa de Israel se avergonzó de Betel, su confianza.
Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta; confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los Santuarios de la Casa del SEÑOR.
Pero a Sedequías le sacó los ojos, y le puso en grillos, y el rey de Babilonia lo hizo llevar a Babilonia; y lo puso en la casa de la cárcel hasta el día en que murió.
Y encendió a fuego la Casa del SEÑOR, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y toda casa grande quemó con fuego.
Y los caldeos quebraron las columnas de bronce que estaban en la Casa del SEÑOR, y las basas, y el mar de bronce que estaba en la Casa del SEÑOR, y llevaron todo el bronce a Babilonia.
Dos columnas, un mar, y doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que hizo el rey Salomón en la Casa del SEÑOR; no se podía pesar el bronce de todos estos vasos.
Y acaeció que en el año treinta y siete de la cautividad de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veinticinco del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey de Judá y lo sacó de la casa de la cárcel;
Zain : Desechó el Señor su altar, menospreció su Santuario, entregó en mano del enemigo los muros de sus palacios; dieron grito en la Casa del SEÑOR como en día de fiesta.
Y ellos no oirán, ni cesarán, porque son casa rebelde; mas conocerán que hubo profeta entre ellos.
Y tú, hijo de hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, porque son rebeldes; aunque te hallas entre espinas, y tú moras con abrojos, no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.
Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo: No seas tú rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
Y me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallares; come este rollo, y ve y habla a la Casa de Israel.
Me dijo luego: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras.
Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel.
Mas los de la Casa de Israel no te querrán oír, porque no me quieren oír a mí; porque toda la Casa de Israel son fuertes de frente, y duros de corazón.
Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no les temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque es casa rebelde.
Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la Casa de Israel. Oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
Entonces entró espíritu en mí, y me afirmó sobre mis pies, y me habló, y me dijo: Entra, y enciérrate dentro de tu casa.
Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y estarás mudo, y para que no los reprendas, porque son casa rebelde.
Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así dijo el Señor DIOS: El que oye, oiga; y el que cesa, cese; porque casa rebelde son.
Y tú tómate una sartén de hierro, y ponla en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad, y afirmarás tu rostro contra ella, y será en lugar de cerco, y la sitiarás. Es señal a la Casa de Israel.
Y tú dormirás sobre tu lado izquierdo, y pondrás sobre él la maldad de la Casa de Israel. El número de los días que dormirás sobre él, llevarás sobre ti la maldad de ellos.
Yo te he dado los años de su maldad por el número de los días, trescientos noventa días; y llevarás sobre ti la maldad de la Casa de Israel.
Y cumplidos éstos, dormirás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás sobre ti la maldad de la Casa de Judá cuarenta días, día por año, día por año te lo he dado.
Y tomarás otra vez de ellos, y los echarás en mitad del fuego, y en el fuego los quemarás; de allí saldrá el fuego en toda la Casa de Israel.
Así dijo el Señor DIOS: Hiere con tu mano, y patea con tu pie, y di: ¡Ay, por todas las abominaciones de los males de la Casa de Israel! Porque con cuchillo, y con hambre, y con pestilencia caerán.
Y aconteció en el sexto año, en el mes sexto, a los cinco del mes, que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mí, y allí cayó sobre mí la mano del Señor DIOS.
Y me dijo: Hijo de hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la Casa de Israel hace aquí, para alejarme de mi Santuario? Mas vuélvete aún, y verás abominaciones mayores.
Y entré, y miré, y he aquí imágenes de todas serpientes, y animales; la abominación, y todos los ídolos de la Casa de Israel, que estaban pintados en la pared alrededor.
Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de la Casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán estaba en medio de ellos, cada uno con su incensario en su mano; y del sahumerio subía espesura de niebla.
Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las cosas que los ancianos de la Casa de Israel hacen en tinieblas, cada uno en sus cámaras pintadas? Porque dicen ellos : No nos ve el SEÑOR; el SEÑOR ha dejado la tierra.
Y me llevó a la entrada de la puerta de la Casa del SEÑOR, que está al aquilón; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz.
Y me metió en el atrio de adentro de la Casa del SEÑOR; y he aquí junto a la entrada del Templo del SEÑOR, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al Templo del SEÑOR y sus rostros al oriente, y se encorvaban al nacimiento del sol.
Y me dijo: ¿No has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la Casa de Judá hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado la tierra de maldad, y se tornaron a irritarme, he aquí que ponen hedor a mis narices.
Y la gloria del Dios de Israel se alzó de sobre el querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la Casa; y llamó al varón vestido de lienzos, que tenía a su cintura el tintero de escribano.
Y les dijo: Contaminad la casa, y llenad los atrios de muertos; salid. Y salieron, e hirieron en la ciudad.
Y me dijo: La maldad de la Casa de Israel y de Judá es grande sobremanera, porque la tierra está llena de sangre, y la ciudad está llena de perversidad, porque han dicho: El SEÑOR ha dejado la tierra, y el SEÑOR no ve.
Y los querubines estaban a la mano derecha de la Casa cuando este varón entró; y la nube llenaba el atrio de adentro.
Y la gloria del SEÑOR se había levantado del querubín al umbral de la puerta; y la Casa fue llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del SEÑOR.
Y la gloria del SEÑOR se salió de sobre el umbral de la Casa, y paró sobre los querubines.
Y alzando los querubines sus alas, se levantaron de la tierra delante de mis ojos; cuando ellos salieron, también las ruedas estaban delante de ellos; y se pararon a la entrada de la puerta oriental de la Casa del SEÑOR, y la gloria del Dios de Israel estaba arriba sobre ellos.
Y el Espíritu me levantó, y me metió por la puerta oriental de la Casa del SEÑOR, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco varones, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur, y a Pelatías hijo de Benaía, príncipes del pueblo.
Y cayó sobre mí el Espíritu del SEÑOR, y me dijo: Di: Así dijo el SEÑOR: Así habéis hablado, oh Casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido.
Hijo de hombre, tus hermanos, tus hermanos, los hombres de tu parentesco y toda la Casa de Israel, toda ella son aquellos a quienes dijeron los moradores de Jerusalén: Alejaos del SEÑOR; a nosotros es dada la tierra en posesión.
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- 2.Éx 20:2-Josué 2:3
- 3.Josué 2:12-1 Samuel 3:15
- 4.1 Samuel 5:2-2 Samuel 14:9
- 5.2 Samuel 14:24-1 Reyes 9:15
- 6.1 Reyes 9:24-2 Reyes 11:20
- 7.2 Reyes 12:4-1 Crónicas 22:14
- 8.1 Crónicas 22:19-2 Crónicas 16:10
- 9.2 Crónicas 18:16-Esdras 3:9
- 10.Esdras 3:11-Ester 5:10
- 11.Ester 6:4-Proverbios 24:27
- 12.Proverbios 25:17-Jeremías 22:6
- 13.Jeremías 22:13-Ezequiel 11:15
- 14.Ezequiel 12:2-Ezequiel 45:8
- 15.Ezequiel 45:17-Zacarías 12:13
- 16.Zacarías 13:1-Lucas 13:35
- 17.Lucas 14:1-2 Juan 1:10