'Casa' en la Biblia
- 1.Gé 7:1-Éx 3:22
- 2.Éx 4:18-Deuteronomio 13:10
- 3.Deuteronomio 14:26-Jueces 18:22
- 4.Jueces 18:25-2 Samuel 3:6
- 5.2 Samuel 3:8-1 Reyes 3:17
- 6.1 Reyes 3:18-1 Reyes 14:4
- 7.1 Reyes 14:8-2 Reyes 12:18
- 8.2 Reyes 12:20-1 Crónicas 22:7
- 9.1 Crónicas 22:8-2 Crónicas 9:16
- 10.2 Crónicas 9:20-2 Crónicas 35:21
- 11.2 Crónicas 36:7-Nehemías 12:40
- 12.Nehemías 13:4-Proverbios 5:10
- 13.Proverbios 6:31-Jeremías 2:4
- 14.Jeremías 2:14-Jeremías 48:13
- 15.Jeremías 51:51-Ezequiel 36:37
- 16.Ezequiel 37:11-Amós 9:8
- 17.Amós 9:9-Marcos 2:1
- 18.Marcos 2:11-Juan 18:28
- 19.Juan 19:27-2 Juan 1:10
tomado, paga siete veces; da toda la sustancia de su casa.
Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía,
el cual pasaba por la calle, junto a la esquina de aquella, e iba camino de su casa;
alborotadora y rencillosa, sus pies no pueden estar en casa;
Porque el marido no está en casa, se ha ido a un largo viaje;
el saco de dinero llevó en su mano, el día de la fiesta volverá a su casa.
Caminos del Seol son su casa, que descienden a las cámaras de la muerte.
La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas;
se sienta en una silla a la puerta de su casa, en lo alto de la ciudad,
El que turba su casa heredará viento; y el loco será siervo del sabio de corazón.
Dios trastornará a los impíos, y no serán más; pero la casa de los justos permanecerá.
La mujer sabia edifica su casa; mas la loca con sus manos la derriba.
La casa de los impíos será asolada; mas la tienda de los rectos florecerá.
En la casa del justo hay gran provisión; pero turbación en los frutos del impío.
El SEÑOR asolará la casa de los soberbios; mas él afirmará la heredad de la viuda.
Alborota su casa el codicioso; mas el que aborrece las dádivas vivirá.
Mejor es un bocado seco, y en paz, que la casa de contienda llena de sacrificios de fiesta.
El que da mal por bien, no se apartará el mal de su casa.
La casa y las riquezas herencia son de los padres; mas del SEÑOR la mujer prudente.
Mejor es vivir en un rincón del terrado que con la mujer rencillosa en espaciosa casa.
Considera el justo la casa del impío; cómo los impíos son trastornados por el mal.
Tesoro codiciable y aceite hay en la casa del sabio; mas el hombre loco lo disipará.
Con sabiduría se edificará la casa, y con inteligencia se afirmará;
Prepara tus labores de afuera, y disponlas en tu heredad; y después edificarás tu casa.
Detén tu pie de la casa de tu prójimo, no sea que hastiado de ti te aborrezca.
Mejor es estar en un rincón del terrado, que con la mujer rencillosa en casa espaciosa.
No dejes a tu amigo, ni al amigo de tu padre; ni entres en casa de tu hermano el día de tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejano.
y abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, y para mantenimiento de tu casa, y para sustento de tus criadas.
por la mujer odiada cuando se casa, y por la sierva cuando suplanta a su señora.
los conejos, pueblo no fuerte, y ponen su casa en la piedra;
También se levanta cuando aún es de noche, y da alimento a los de su casa, y tarea a sus doncellas.
No tiene temor de la nieve por los de su casa, porque todos los de su casa llevan ropa escarlata.
Tsade Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde.
Compré esclavos y esclavas, y tuve esclavos nacidos en casa. Tuve también ganados, vacas y ovejas, más que todos los que me precedieron en Jerusalén.
Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para dar el sacrificio de los locos; porque no saben hacer lo que Dios quiere.
Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del convite; porque aquello es el fin de todos los hombres; y el que vive se advertirá.
El corazón de los sabios está en la casa del luto; mas el corazón de los locos, en la casa del placer.
Por la pereza se cae la techumbre, y por flojedad de las manos se llueve la casa.
cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas, porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
cuando también temerán de lo alto, y los tropezones en el camino; y florecerá el almendro, y se cargará la langosta, y se perderá el apetito; porque el hombre va a la casa de su siglo, y los endechadores andarán en derredor por la plaza.
Las vigas de nuestra casa son de cedro, Y de ciprés los artesonados.
Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor.
Pasando de ellos un poco, hallé luego al que mi alma ama; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en la casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz.
¡Que yo te llevara, que yo te metiera en casa de mi madre; que me enseñaras, que te hiciera beber vino adobado del mosto de mis granadas!
Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diera el hombre toda la hacienda de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarán.
Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el Monte de la Casa del SEÑOR por cabeza de los montes; y será ensalzado sobre los collados; y correrán a él todos los gentiles;
y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al Monte del SEÑOR, a la Casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del SEÑOR.
Venid, oh casa de Jacob, y caminemos a la luz del SEÑOR.
Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están henchidos de oriente, y de agoreros, como los filisteos; y en hijos ajenos descansan.
Cuando un hombre eche mano a su hermano en la casa de su padre, {diciendo:} Tú tienes manto, serás nuestro jefe, y estas ruinas {estarán} bajo tu mando,
él jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo.
Ciertamente la viña del SEÑOR de los ejércitos es la casa de Israel, y todo hombre de Judá planta suya deleitosa. Esperaba juicio, y he aquí opresión; justicia, y he aquí clamor.
¡Ay de los que juntan casa con casa, y agregan heredad a heredad hasta acabar el término! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?
Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba; y la Casa se llenó de humo.
Y vino la nueva a la casa de David, diciendo: Siria se ha confederado con Efraín. Y se le estremeció el corazón, y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a causa del viento.
Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿No os basta ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios?
El SEÑOR hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, es a saber, al rey de Asiria.
Esperaré, pues, al SEÑOR, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y a él aguardaré.
Y acontecerá en aquel tiempo, que los que hubieren quedado de Israel, y los que hubieren quedado de la casa de Jacob, nunca más estriben sobre el que los hirió; sino que se apoyarán sobre el SEÑOR, el Santo de Israel con verdad.
Cuando el SEÑOR tenga compasión de Jacob, escoja de nuevo a Israel y los establezca en su propia tierra, entonces se les juntarán extranjeros que se unirán a la casa de Jacob.
Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra del SEÑOR; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán a los que los oprimieron.
Todos los reyes de los gentiles, todos ellos yacen con honra cada uno en su casa.
Y desnudó la cobertura de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque.
Así dice el Señor, DIOS de los ejércitos: Anda, ve a ese mayordomo, a Sebna, que está encargado de la casa {real, y dile:}
Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra larga de términos; allá morirás, y allá fenecerán los carros de tu gloria, vergüenza de la casa de tu Señor.
Y lo vestiré de tus vestiduras, y le fortaleceré con tu talabarte; y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá.
Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.
Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre.
Y colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos, y los nietos, todos los vasos menores, desde los vasos de beber hasta todos los instrumentos de música.
Carga de Tiro. Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es Tiro hasta no quedar casa, ni entrada; de la tierra de Quitim es revelado a ellos.
Quebrantada es la ciudad de la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie.
Por tanto, el SEÑOR que rescató a Abraham, dice así a la casa de Jacob: No será por ahora confundido Jacob, ni su rostro se pondrá pálido;
Mas él también es sabio, para guiar el mal, ni hará mentirosas sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los obradores de iniquidad.
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, salieron a él.
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa {real,} el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces.
Aconteció, pues, que el rey Ezequías, al oír esto, rasgó sus vestidos, y cubierto de cilicio vino a la Casa del SEÑOR.
Envió entonces a Eliaquim, mayordomo de la casa {real,} con el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz.
Y tomó Ezequías las cartas de mano de los mensajeros, y las leyó; y subió a la Casa del SEÑOR, y las extendió delante del SEÑOR.
Y lo que hubiere escapado de la casa de Judá, tornará a echar raíz abajo, y hará fruto arriba.
Y sucedió que mientras él adoraba en la casa de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezaer lo mataron a espada y huyeron a la tierra de Ararat. Y su hijo Esar-hadón reinó en su lugar.
En aquellos días cayó Ezequías enfermo para morir; y vino a él Isaías Profeta, hijo de Amoz, y le dijo: El SEÑOR dice así: Ordena tu casa, porque tú morirás, y no vivirás.
El SEÑOR está listo para salvarme; por tanto cantaremos nuestros Salmos en la Casa del SEÑOR todos los días de nuestra vida.
Y Ezequías había dicho ¿Qué señal será que tengo que subir a la Casa del SEÑOR?
Y se regocijó con ellos Ezequías, y les enseñó la casa de su tesoro: plata, y oro, y especierías, y ungüentos preciosos, y toda su casa de armas; y todo lo que se pudo hallar en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todo su señorío, que Ezequías no les mostrara.
Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu casa? Y dijo Ezequías: Todo lo que hay en mi casa han visto; y ninguna cosa hay en mis tesoros, que no les haya mostrado.
He aquí, que vienen días, en que todo lo que hay en tu casa, sea llevado a Babilonia, y todo lo que tus padres han guardado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice el SEÑOR.
El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace a forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para que esté sentado en casa.
Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel: los que sois traídos de vientre, los que sois llevados de matriz.
Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre del SEÑOR, y hacen memoria del Dios de Israel no en verdad ni en justicia;
Yo les daré lugar en mi casa, y dentro de mis muros, y nombre, mejor que a los hijos y a las hijas; nombre perpetuo les daré que nunca perecerá.
yo los llevaré al monte de mi santidad; y los recrearé en la Casa de mi oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi Casa, Casa de oración será llamada de todos los pueblos.
Clama a alta voz, no te detengas; alza tu voz como shofar, y predicad a mi pueblo su rebelión; y a la casa de Jacob su pecado.
Que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras; y no te escondas de tu hermano.
Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con gracia sobre mi altar, y glorificaré la Casa de mi gloria.
Pues como el joven se casa con la virgen, se casarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.
De las misericordias del SEÑOR haré memoria, de las alabanzas del SEÑOR, conforme a todo lo que el SEÑOR nos ha dado, y de la grandeza de su beneficencia a la Casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus miseraciones.
La Casa de nuestro Santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue quemada al fuego; y todas nuestras cosas preciosas fueron destruidas.
El SEÑOR dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra, estrado de mis pies; ¿dónde quedará esta Casa que me habréis edificado, y dónde quedará este lugar de mi reposo?
Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por presente al SEÑOR, en caballos, en carros, en literas, y en mulos, y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice el SEÑOR de manera que los hijos de Israel traen el presente en vasos limpios a la Casa del SEÑOR.
Oíd la palabra del SEÑOR, Casa de Jacob, y todas las familias de la Casa de Israel.
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