'Condenados' en la Biblia
Pero el Rabsaces les dijo: ¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras {sólo} a tu señor y a ti, y no a los hombres que están sentados en la muralla, {condenados} a comer sus propios excrementos y beber su propia orina con vosotros?
La maldad dará muerte al impío, y los que aborrecen al justo serán condenados.
Condenados sean a muerte, desciendan vivos al Seol, porque hay maldades en su compañía, entre ellos.
Llegue a tu presencia el gemido del cautivo; conforme a la grandeza de tu poder preserva a los condenados a muerte.
para oír el gemido de los prisioneros, para poner en libertad a los condenados a muerte;
Pero el Rabsaces dijo: ¿Acaso me ha enviado mi señor para hablar estas palabras {sólo} a tu señor y a ti, {y} no a los hombres que están sentados en la muralla, {condenados} a comer sus propios excrementos y a beber su propia orina con vosotros?
Porque así dijo el SEÑOR: He aquí que los que no estaban condenados a beber del cáliz, beberán ciertamente; ¿y serás tú absuelto del todo? No serás absuelto, sino que de cierto beberás.
En todas vuestras provincias las ciudades serán desiertas, y los lugares altos serán asolados, para que sean asolados y sean condenados vuestros altares; y vuestros ídolos serán quebrados, y cesarán; y vuestras imágenes del sol serán destruidas, y serán desechas vuestras obras.
¡Cuánto gimen las bestias! ¡Cuán turbados anden los bueyes de los hatos, porque no tienen pastos! También son condenados los rebaños de las ovejas.
Y sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar; y beben el vino de los condenados en la casa de sus dioses.
No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
Entonces Pablo les dijo: Azotados públicamente sin ser condenados, siendo hombres romanos, nos echaron en la cárcel; y ¿ahora nos echan encubiertamente? No, de cierto, sino vengan ellos y sáquennos.
Y esto es precisamente lo que hice en Jerusalén; no sólo encerré en cárceles a muchos de los santos con la autoridad recibida de los principales sacerdotes, sino que también, cuando eran condenados a muerte, yo daba mi voto contra {ellos}.
Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, y he aquí, vivimos; como castigados, pero no condenados a muerte;
para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, antes consintieron a la iniquidad.
Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados. He aquí, el juez está delante de la puerta.