'Dios' en la Biblia
Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, con los pulgares de sus manos y de sus pies cortados cogían las migajas debajo de mi mesa; como yo lo hice, así me ha pagado Dios. Y le metieron en Jerusalén, donde murió.
De igual manera la casa de José subió contra Betel (Casa de Dios); y el SEÑOR estaba con ellos.
Y dejaron al SEÑOR el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, tras los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira al SEÑOR.
Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos del SEÑOR; y olvidados del SEÑOR su Dios, sirvieron a los baales, y a los bosques.
Y se llegó Aod a él, el cual estaba sentado solo en una sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. El entonces se levantó de la silla.
Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado el SEÑOR Dios de Israel, diciendo: Ve, y atrae en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de los hijos de Neftalí, y de los hijos de Zabulón;
Y aquel día sujetó Dios a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel.
Oíd, reyes; estad, oh príncipes, atentos; yo cantaré al SEÑOR, alabaré al SEÑOR Dios de Israel.
Los montes se derritieron delante del SEÑOR, aquel Sinaí, delante del SEÑOR Dios de Israel.
el SEÑOR envió un varón profeta a los hijos de Israel, el cual les dijo: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Yo os saqué de Egipto, y de la casa de servidumbre os saqué;
Y os dije: Yo soy el SEÑOR vuestro Dios; no temáis a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitáis; mas no oísteis mi voz.
Y el ángel de Dios le dijo: Toma la carne, y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así.
Y viendo Gedeón que era el ángel del SEÑOR, dijo: Ay, Señor DIOS, que he visto al ángel del SEÑOR cara a cara.
y edifica altar al SEÑOR tu Dios en la cumbre de este peñasco según el orden debido; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto sobre la leña del bosque que habrás cortado.
Y Joás respondió a todos los que le estaban en contra suyo: ¿Tomaréis vosotros el pleito por Baal? o ¿le salvaréis vosotros? Cualquiera que tomare el pleito por él, que muera mientras que comienza el día. Si es Dios, pleitee por sí mismo con el que derribó su altar.
Y Gedeón preguntó a Dios: ¿has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho?
Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que la sequedad sea sólo en el vellón, y el rocío sobre la tierra.
Y aquella noche lo hizo Dios así; porque la sequedad fue sólo en el vellón, y en toda la tierra estuvo el rocío.
Y su compañero respondió, y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel; Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.
Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián: ¿y qué pude yo hacer como vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra.
Y aconteció que cuando murió Gedeón, los hijos de Israel volvieron a fornicar en pos de los baales, y se pusieron por dios a Baal-berit.
Y no se acordaron los hijos de Israel del SEÑOR su Dios, que los había librado de todos sus enemigos alrededor;
Cuando se lo dijeron a Jotam, fue y se puso en la cumbre del monte de Gerizim, y alzando su voz clamó, y les dijo: Oídme, varones de Siquem; que Dios os oiga.
Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi grosura, con el que por mi causa Dios y los hombres son honrados, por ir a ser grande sobre los árboles?
Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres, por ir a ser grande sobre los árboles?
envió Dios un espíritu malo entre Abimelec y los señores de Siquem; que los de Siquem se levantaron contra Abimelec;
Y salieron al campo y vendimiaron sus viñedos, pisaron las uvas e hicieron fiesta; y entrando a la casa de su dios, comieron y bebieron y maldijeron a Abimelec.
¡Quisiera Dios que este pueblo estuviera bajo mi mano! Yo echaría luego a Abimelec. Y decía a Abimelec: Aumenta tus escuadrones, y sal.
Cuando oyeron esto todos los de la torre de Siquem, entraron en la fortaleza del templo del dios Berit.
Así devolvió Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre matando a sus setenta hermanos.
Y aun todo el mal de los señores de Siquem lo hizo volver Dios sobre sus cabezas; y la maldición de Jotam, hijo de Jerobaal, vino sobre ellos.
Y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, diciendo: Nosotros hemos pecado contra ti; porque hemos abandonado a nuestro Dios, y servido a los baales.
Pero el SEÑOR Dios de Israel entregó a Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel, y los venció; y poseyó Israel toda la tierra del amorreo que habitaba en aquella tierra.
Así que el SEÑOR el Dios de Israel echó a los amorreos delante de su pueblo Israel; ¿y lo has de poseer tú?
Si Quemos tu dios te echara alguno, ¿no lo poseerías tú? Así, poseeremos nosotros a todo aquel que echó el SEÑOR nuestro Dios de delante de nosotros.
Porque tú concebirás, y darás a luz un hijo; y no subirá navaja sobre su cabeza, porque aquel niño nazareo será de Dios desde el vientre, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.
Y la mujer vino y lo contó a su marido, diciendo: Un varón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, terrible en gran manera; y no le pregunté de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre.
Y me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmunda; porque este niño desde el vientre será nazareo de Dios hasta el día de su muerte.
Y oró Manoa al SEÑOR, y dijo: Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que enviaste, regrese ahora a nosotros, y nos enseñe lo que debemos hacer con el niño que ha de nacer.
Y el SEÑOR oyó la voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, estando ella en el campo; mas su marido Manoa no estaba con ella.
Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto.
Entonces quebró Dios una muela que estaba en la quijada, y salieron de allí aguas, y bebió, y recobró su espíritu, y vivió. Por tanto llamó el nombre de aquel lugar, En-hacore (fuente del que llama), el cual está en Lehi, hasta hoy.
Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y seré debilitado, y como todos los demás hombres.
Entonces los cardinales de los filisteos se juntaron para ofrecer un gran sacrificio a Dagón su dios, y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo.
Y viéndolo el pueblo, loaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros.
Entonces clamó Sansón al SEÑOR, y dijo: Señor DIOS, acuérdate ahora de mí, y esfuérzame ahora solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos, por mis dos ojos.
Y ellos le dijeron: Pregunta, pues, ahora a Dios, para que sepamos si ha de prosperar nuestro viaje que hacemos.
Cuando allá llegaréis, vendréis a una gente segura, y a una tierra de ancho asiento; pues que Dios la ha entregado en vuestras manos; lugar donde no hay falta de cosa que sea en la tierra.
Y levantaron la imagen de talla de Micaía, la cual él había hecho, todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo.
Y los cantones de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada.
Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la Casa de Dios, y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y el SEÑOR respondió: Judá será el primero.
Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la Casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí delante del SEÑOR, y ayunaron aquel día hasta la tarde; y sacrificaron holocaustos y pacíficos delante del SEÑOR.
Y los hijos de Israel preguntaron al SEÑOR, (porque el arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días,
Salieron los hijos de Benjamín contra el pueblo, y fueron alejados de la ciudad. Comenzaron como las otras veces a herir y a matar a algunos del pueblo por los caminos, uno de los cuales sube a Betel (Casa de Dios) y el otro a Guibeá, en campo abierto. Y {mataron a} unos treinta hombres de Israel.
Y vino el pueblo a la Casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la tarde delante de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron:
Oh SEÑOR Dios de Israel, ¿por qué ha sucedido esto en Israel, que falte hoy de Israel una tribu?
Y dijeron: ``Cada año hay una fiesta del SEÑOR en Silo, que está al norte de Betel (Casa de Dios), al lado oriental del camino que sube de Betel a Siquem, y al sur de Lebona."
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