'Dulce' en la Biblia
Y al séptimo día, antes que el sol se pusiera, los de la ciudad le dijeron: ¿Qué cosa hay más dulce que la miel? ¿Y qué cosa hay más fuerte que el león? Y él les respondió: Si no araseis con mi novilla, nunca hubierais descubierto mi enigma.
Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, muy dulce fuiste para conmigo; maravilloso fue tu amor hacia mí, que sobrepasó el amor de las mujeres.
Estas son las postreras palabras de David. Dijo David hijo de Jessé, dijo aquel varón que fue levantado alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce cantor de Israel:
Y les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen aparejado; porque día santo es a nuestro Señor; y no os entristezcáis, porque el gozo del SEÑOR es vuestra fortaleza.
Aunque el mal sea dulce en su boca, {y} lo oculte bajo su lengua,
nosotros que juntos teníamos dulce comunión, {que} con la multitud andábamos en la casa de Dios.
Dulce será mi meditación en Él: Yo me alegraré en Jehová.
Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, y la ciencia fuere dulce a tu alma,
Cuando te acuestes no tendrás temor, sí, te acostarás y será dulce tu sueño.
El pan obtenido con falsedad es dulce al hombre, pero después su boca se llenará de grava.
Come, hijo mío, de la miel, porque es buena, y del panal dulce a tu paladar;
El alma saciada desprecia el panal de miel; mas al alma hambrienta todo lo amargo es dulce.
El ungüento y el perfume alegran el corazón, y dulce para su amigo es el consejo del hombre.
Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho o coma poco; mas al rico no lo deja dormir la abundancia.
He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce; nuestro lecho también florido.
Como el manzano entre los árboles silvestres, así es mi amado entre los hijos; bajo su sombra deseé sentarme, y su fruto fue dulce a mi paladar.
Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de la escalera, muéstrame tu vista, hazme oír tu voz; porque tu voz es dulce, y tu vista hermosa.
Levántate, Aquilón, y ven, Austro; sopla sobre mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta.
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que tornen de lo amargo dulce, y de lo dulce amargo!
Haré comer a tus opresores su propia carne, y como con vino dulce, con su sangre se embriagarán; y toda carne sabrá que yo, el SEÑOR, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Jacob.
¿Para qué viene a mí este incienso de Sabá, y la dulce caña de una tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, y vuestros sacrificios no me agradan.
Y me dijo: Hijo de hombre, haz a tu vientre que coma, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.
`Vedán y Javán pagaban tus mercancías desde Uzal; hierro forjado, casia y caña dulce estaban entre tus productos.
Despertad, borrachos, y llorad, y gemid todos los que bebéis vino, a causa del vino dulce que os es quitado de la boca.
Y sucederá que en aquel día los montes destilarán vino dulce, las colinas manarán leche, y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas; brotará un manantial de la casa del SEÑOR y regará el valle de Sitim.
He aquí, vienen días --declara el SEÑOR-- cuando el arador alcanzará al segador, y el que pisa la uva al que siembra la semilla; cuando destilarán vino dulce los montes, y todas las colinas se derretirán.
y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros a Dios, ofrenda y sacrificio de dulce fragancia.
Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; perfume de dulce fragancia, sacrificio acepto, agradable a Dios.
¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga?
Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
Y fui al ángel, diciéndole que me diera el librito; y él me dijo: Toma, y trágalo; y él te hará amargar tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Y tomé el librito de la mano del ángel, y lo devoré; y era dulce en mi boca como la miel; y cuando lo hube devorado, fue amargo mi vientre.