'Había' en la Biblia
- 1.Gé 1:31-Gé 40:9
- 2.Gé 40:10-Éx 39:21
- 3.Éx 39:26-Deuteronomio 10:5
- 4.Deuteronomio 13:2-Jueces 16:18
- 5.Jueces 16:20-2 Samuel 3:33
- 6.2 Samuel 3:37-1 Reyes 10:7
- 7.1 Reyes 10:19-2 Reyes 11:15
- 8.2 Reyes 11:20-1 Crónicas 23:5
- 9.1 Crónicas 24:19-2 Crónicas 28:21
- 10.2 Crónicas 29:2-Ester 8:13
- 11.Ester 8:17-Jeremías 41:11
- 12.Jeremías 41:16-Daniel 1:11
- 13.Daniel 1:18-Marcos 5:30
- 14.Marcos 5:32-Lucas 24:12
- 15.Juan 2:6-Hechos 11:13
- 16.Hechos 11:20-Apocalipsis 21:13
Ezequías hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que su padre David había hecho.
"Además, todos los utensilios que el rey Acaz en su infidelidad había desechado durante su reino los hemos preparado y santificado, y ahora están delante del altar del SEÑOR."
Los sacerdotes los mataron y purificaron el altar con su sangre como expiación por todo Israel, porque el rey había ordenado el holocausto y la ofrenda por el pecado por todo Israel.
Entonces Ezequías se regocijó con todo el pueblo por lo que Dios había preparado para el pueblo, pues todo sucedió rápidamente.
porque no la habían podido celebrar a su debido tiempo, pues los sacerdotes no se habían santificado en número suficiente, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén.
Y se levantaron y quitaron los altares que {había} en Jerusalén; también quitaron todos los altares de incienso y {los} arrojaron al torrente Cedrón.
Porque {había} muchos en la asamblea que no se habían santificado; por eso los Levitas {estaban} encargados de la matanza de los {corderos} de la Pascua por todos los que {estaban} inmundos, para santificar{los} al SEÑOR.
Porque Ezequías, rey de Judá, había contribuido a la asamblea 1,000 novillos y 7,000 ovejas; y los príncipes habían contribuido a la asamblea 1,000 novillos y 10,000 ovejas; y gran número de sacerdotes se santificaron.
Y hubo gran regocijo en Jerusalén, porque desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel, no había habido cosa semejante en Jerusalén.
Cuando todo esto había terminado, todos {los de} Israel que estaban presentes, salieron a las ciudades de Judá, despedazaron los pilares {sagrados,} cortaron las Aseras. También derribaron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjamín, y además en Efraín y Manasés, hasta acabar con todos ellos. Entonces todos los Israelitas volvieron a sus ciudades, cada cual a su posesión.
También para los hijos de Aarón, los sacerdotes {que estaban} en las tierras de pasto de sus ciudades, o en cualquiera de las ciudades, {había} hombres que estaban designados por nombre para distribuir porciones a todo varón entre los sacerdotes, y a todos los inscritos genealógicamente entre los Levitas.
Cuando Ezequías vio que Senaquerib había venido y que se proponía hacer guerra contra Jerusalén,
Y Ezequías cobró ánimo y reedificó toda la muralla que había sido derribada y levantó torres en ella, {edificó} otra muralla exterior, fortificó el Milo {en} la ciudad de David, e hizo armas arrojadizas y escudos en gran cantidad.
Pero Ezequías no correspondió al bien que había recibido, porque su corazón era orgulloso; por tanto, la ira vino sobre él, sobre Judá y sobre Jerusalén.
El edificó ciudades y adquirió rebaños y ganados en abundancia, porque Dios le había dado muchísimas riquezas.
Aun {en el asunto} de los enviados por los gobernantes de Babilonia, que los mandaron a él para investigar la maravilla que había acontecido en el país, Dios lo dejó {solo} para probarlo, a fin de saber todo lo que había en su corazón.
Pero hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR conforme a las abominaciones de las naciones que el SEÑOR había expulsado delante de los Israelitas.
Porque reedificó los lugares altos que su padre Ezequías había derribado. Levantó también altares a los Baales e hizo Aseras, y adoró a todo el ejército de los cielos y los sirvió.
Edificó altares en la casa del SEÑOR, de la cual el SEÑOR había dicho: ``Mi nombre estará en Jerusalén para siempre."
Colocó la imagen tallada del ídolo que había hecho, en la casa de Dios, de la cual Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: ``En esta casa y en Jerusalén, que he escogido de entre todas las tribus de Israel, pondré Mi nombre para siempre,
Así Manasés hizo extraviar a Judá y a los habitantes de Jerusalén para que hicieran lo malo más que las naciones que el SEÑOR había destruido delante de los Israelitas.
También quitó los dioses extranjeros y el ídolo de la casa del SEÑOR, así como todos los altares que había edificado en el monte de la casa del SEÑOR y en Jerusalén, y {los} arrojó fuera de la ciudad.
Pero hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como había hecho su padre Manasés. Amón ofreció sacrificios a todas las imágenes talladas que su padre Manasés había hecho, y las sirvió.
Además, no se humilló delante del SEÑOR como su padre Manasés se había humillado, sino que Amón aumentó {su} culpa.
Ellos vinieron al sumo sacerdote Hilcías y le entregaron el dinero que había sido traído a la casa de Dios, y que los Levitas guardianes del umbral habían recogido de Manasés y de Efraín y de todo el remanente de Israel, y de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Jerusalén.
Entonces Hilcías fue con los que el rey había dicho a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario. Ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella acerca de esto.
Y subió el rey a la casa del SEÑOR con todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los Levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el menor, y leyó en su presencia todas las palabras del Libro del Pacto que había sido hallado en la casa del SEÑOR.
No se había celebrado una Pascua como ésta en Israel desde los días del profeta Samuel. Tampoco ninguno de los reyes de Israel había celebrado una Pascua como la que celebró Josías con los sacerdotes, los Levitas y todos los de Judá e Israel que estaban presentes, y los habitantes de Jerusalén.
Después de todo esto, cuando Josías había terminado de reparar el templo, Necao, rey de Egipto, subió para combatir en Carquemis junto al Eufrates, y Josías salió para enfrentarse a él.
También se rebeló contra el rey Nabucodonosor que le había hecho jurar {fidelidad} por Dios. Pero Sedequías fue terco y obstinó su corazón {en vez} de volverse al SEÑOR, Dios de Israel.
Asimismo todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo fueron infieles en gran manera, {y siguieron} todas las abominaciones de las naciones, y profanaron la casa del SEÑOR que El había consagrado en Jerusalén.
Entonces se levantaron los jefes de las {casas} paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y los Levitas, y todos aquéllos cuyo espíritu Dios había movido a subir para edificar la casa del SEÑOR que está en Jerusalén.
También el rey Ciro sacó los objetos de la casa del SEÑOR que Nabucodonosor se había llevado de Jerusalén y había puesto en la casa de sus dioses.
Estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de los desterrados que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos a Babilonia y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad,
De los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, que había tomado por mujer a una de las hijas de Barzilai el Galaadita, con cuyo nombre fue llamado.
~`También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que {estaba} en Jerusalén y llevado al templo de Babilonia, los sacó el rey Ciro del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador.
Entonces Tatnai, gobernador de {la provincia} al otro lado del Río (Eufrates), Setar Boznai y sus compañeros llevaron a cabo {el decreto} con toda exactitud, tal como el rey Darío había ordenado.
Y por siete días celebraron gozosos la Fiesta de los Panes sin Levadura, porque el SEÑOR los había llenado de regocijo, y había vuelto hacia ellos el corazón del rey de Asiria para animarlos en la obra de la casa de Dios, el Dios de Israel.
Este Esdras subió de Babilonia, y {era} escriba experto en la ley de Moisés, que el SEÑOR, Dios de Israel, había dado. El rey le concedió todo lo que pedía porque la mano del SEÑOR su Dios {estaba} sobre él.
porque Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del SEÑOR, y a practicar{la,} y a enseñar {Sus} estatutos y ordenanzas en Israel.
Aconteció que en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, {estando ya} el vino delante de él, tomé el vino y se lo di al rey. Yo nunca había estado triste en su presencia.
Fui entonces a los gobernadores de más allá del Río y les entregué las cartas del rey. El rey también había enviado conmigo oficiales del ejército y hombres de a caballo.
me levanté de noche, yo y unos pocos hombres conmigo, pero no informé a nadie lo que mi Dios había puesto en mi corazón que hiciera por Jerusalén. No llevaba conmigo ningún animal excepto el animal sobre el cual yo iba montado.
Pasé luego hacia la Puerta de la Fuente y hacia el Estanque del Rey, pero no había lugar para que pasara mi cabalgadura.
Los oficiales no sabían adónde yo había ido ni qué había hecho. Tampoco se lo había hecho saber todavía a los Judíos, ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los oficiales, ni a los demás que hacían la obra.
Les conté cómo la mano de mi Dios había sido bondadosa conmigo, y también las palabras que el rey me había dicho. Entonces dijeron: ``Levantémonos y edifiquemos." Y esforzaron sus manos en la buena {obra.}
Sucedió que nuestros enemigos se enteraron que conocíamos {sus} propósitos y que Dios había desbaratado sus planes; entonces todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo.
Había quienes decían: ``Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas somos muchos; por tanto, que se nos dé trigo para que comamos y vivamos."
Había {otros} que decían: ``Nosotros tenemos que empeñar nuestros campos, nuestras viñas y nuestras casas para conseguir grano, a causa del hambre."
También había {otros} que decían: ``Hemos pedido dinero prestado para el impuesto del rey {sobre} nuestros campos y nuestras viñas.
Había a mi mesa 150 Judíos y oficiales, sin contar los que vinieron a nosotros de las naciones que nos rodeaban.
Cuando se les informó a Sanbalat, a Tobías, a Gesem el Arabe y a los demás enemigos nuestros que yo había reedificado la muralla y que no quedaba ninguna brecha en ella (aunque en aquel tiempo yo no había asentado todavía las hojas en las puertas),
Entonces me di cuenta de que ciertamente Dios no lo había enviado, sino que había dicho su profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat le habían pagado.
Cuando se enteraron todos nuestros enemigos y {lo} vieron todas las naciones que {estaban} alrededor nuestro, decayó su ánimo; porque reconocieron que esta obra había sido hecha {con la ayuda} de nuestro Dios.
Porque muchos en Judá estaban unidos a él bajo juramento porque él era yerno de Secanías, hijo de Ara, y su hijo Johanán se había casado con la hija de Mesulam, hijo de Berequías.
Cuando la muralla quedó reconstruida y yo había asentado las puertas, y habían sido designados los porteros, los cantores y los Levitas,
La ciudad era espaciosa y grande, pero el pueblo dentro de ella era poco y no había casas reedificadas.
Estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, {aquéllos} que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad,
De los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, que había tomado por mujer a una de las hijas de Barzilai el Galaadita, con cuyo nombre fue llamado.
Todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que {estaba} delante de la Puerta de las Aguas, y pidieron al escriba Esdras que trajera el Libro de la Ley de Moisés que el SEÑOR había dado a Israel.
Y encontraron escrito en la ley que el SEÑOR había mandado por medio de Moisés que los Israelitas habitaran en tabernáculos (tiendas) durante la fiesta del mes séptimo.
Porque {había} un mandato del rey acerca de ellos y un reglamento fijo para los cantores de cada día.
Aquel día ofrecieron gran {cantidad de} sacrificios y se regocijaron porque Dios les había dado mucha alegría, también las mujeres y los niños se regocijaron. El regocijo de Jerusalén se oía desde lejos.
Porque en los días de David y Asaf, en tiempos antiguos, {había} directores de los cantores, cánticos de alabanza e himnos de acción de gracias a Dios.
le había preparado una habitación amplia, donde anteriormente se colocaban las ofrendas de cereal, el incienso, los utensilios, y los diezmos del cereal, del vino nuevo y del aceite prescritos para los Levitas, los cantores y los porteros, y las contribuciones para los sacerdotes.
Pero durante todo este {tiempo} yo no estaba en Jerusalén, porque en el año treinta y dos de Artajerjes, rey de Babilonia, yo había ido al rey; pero después de algún tiempo, pedí permiso al rey,
y vine a Jerusalén y me enteré del mal que Eliasib había hecho por {favorecer a} Tobías, al prepararle un aposento en los atrios de la casa de Dios.
" ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Sin embargo, entre tantas naciones no hubo rey como él, y era amado por su Dios, y Dios le había hecho rey sobre todo Israel; pero aún a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.
{Había colgaduras} de lino blanco y violeta, sostenidas por cordones de lino fino y púrpura en anillos de plata y columnas de mármol, {y} lechos de oro y plata sobre un pavimento mosaico de pórfido, de mármol, de alabastro y de piedras preciosas.
Se bebía conforme a la ley, no había obligación, porque así el rey había dado órdenes a todos los oficiales de su casa para que hicieran conforme a los deseos de cada persona.
Después de estas cosas, cuando el furor del rey Asuero se había aplacado, él se acordó de Vasti, de lo que ella había hecho y de lo que se había decretado contra ella.
{Y} había en la fortaleza de Susa un Judío que se llamaba Mardoqueo, hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, el Benjamita.
El había sido deportado de Jerusalén con los cautivos que habían sido deportados con Jeconías, rey de Judá, a quien se había llevado cautivo Nabucodonosor, rey de Babilonia.
Ester no dio a conocer ni su pueblo ni su familia, porque Mardoqueo le había mandado que no {los} diera a conocer.
Cuando a Ester, hija de Abihail, tío de Mardoqueo, que la había tomado como hija, le tocó venir al rey, ella no pidió cosa alguna sino lo que le aconsejó Hegai, eunuco del rey, encargado de las mujeres. Y Ester hallaba favor ante los ojos de cuantos la veían.
Ester todavía no había dado a conocer ni su familia ni su pueblo, tal como Mardoqueo le había mandado, porque Ester hizo lo que le había dicho Mardoqueo, como cuando estaba bajo su tutela.
Y todos los siervos del rey que {estaban} a la puerta del rey se inclinaban y se postraban ante Amán, porque así había ordenado el rey en cuanto a él; pero Mardoqueo ni se inclinaba ni se postraba.
Después que ellos le estuvieron hablando día tras día y él se había negado a escucharlos, se {lo} informaron a Amán para ver si la palabra de Mardoqueo era firme, porque él les había declarado que era Judío.
Entonces fueron llamados los escribas del rey el día trece del mes primero, y conforme a todo lo que Amán había ordenado, fue escrito a los sátrapas del rey, a los gobernadores que estaban sobre cada provincia y a los príncipes de cada pueblo, a cada provincia conforme a su escritura, a cada pueblo conforme a su lengua, escrito en el nombre del rey Asuero y sellado con el anillo del rey.
Cuando Mardoqueo supo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y ceniza, y salió por la ciudad, lamentándose con grande y amargo clamor.
En cada una de las provincias {y} en todo lugar donde llegaba la orden del rey y su decreto, había entre los Judíos gran duelo y ayuno, llanto y lamento. Muchos se acostaban sobre cilicio y ceniza.
Entonces Ester llamó a Hatac, uno de los eunucos que el rey había puesto a su servicio, y le ordenó {que fuera} a Mardoqueo para saber qué {era} aquello y por qué.
Y Mardoqueo le informó de todo lo que le había acontecido, y la cantidad exacta de dinero que Amán había prometido pagar a los tesoros del rey por la destrucción de los Judíos.
Le dio también una copia del texto del decreto que había sido promulgado en Susa para la destrucción de los Judíos, para que {se la} mostrara a Ester y le informara, y le mandara que ella fuera al rey para implorar su favor y para interceder ante él por su pueblo.
Y Mardoqueo se fue e hizo conforme a todo lo que Ester le había ordenado.
``Traigan pronto a Amán para que hagamos como Ester desea," dijo el rey. Y el rey vino con Amán al banquete que Ester había preparado.
Entonces Amán les contó la gloria de sus riquezas, la multitud de sus hijos, y todas {las ocasiones} en que el rey lo había engrandecido, y cómo lo había exaltado sobre los príncipes y siervos del rey.
Y Amán añadió: ``Aun la reina Ester no permitió que nadie, excepto yo, viniera con el rey al banquete que ella había preparado; y también para mañana estoy invitado por ella junto con el rey.
Y fue hallado escrito lo que Mardoqueo había informado acerca de Bigtán y Teres, dos de los eunucos del rey, guardianes del umbral, de que ellos habían procurado echar mano al rey Asuero.
Entonces el rey preguntó: `` ¿Quién está en el atrio?" Y Amán acababa de entrar al atrio exterior del palacio del rey, para pedir al rey que hiciera ahorcar a Mardoqueo en la horca que él le había preparado.
Y Amán contó a su mujer Zeres y a todos sus amigos todo lo que le había acontecido. Entonces sus sabios y su mujer Zeres le dijeron: ``Si Mardoqueo, delante de quien has comenzado a caer, es de descendencia Judía, no podrás con él, sino que ciertamente caerás delante de él."
Aún estaban hablando con él, cuando llegaron los eunucos del rey y llevaron aprisa a Amán al banquete que Ester había preparado.
Y dejando de beber vino, el rey se levantó lleno de furor {y salió} al jardín del palacio. Pero Amán se quedó para rogar por su vida a la reina Ester, porque vio que el mal había sido determinado contra él por el rey.
Cuando el rey volvió del jardín del palacio al lugar donde estaban bebiendo vino, Amán se había dejado caer sobre el lecho donde {se hallaba} Ester. Entonces el rey dijo: `` ¿Aún se atreve a hacer violencia a la reina estando yo en la casa?" Al salir la palabra de la boca del rey, cubrieron el rostro a Amán.
Entonces Harbona, uno de los eunucos que {estaban} delante del rey, dijo: ``Precisamente, la horca de 22.5 metros de alto está en la casa de Amán, la cual Amán había preparado para Mardoqueo, quien había hablado bien en favor del rey." ``Ahórquenlo en ella," ordenó el rey.
Colgaron, pues, a Amán en la horca que había preparado para Mardoqueo, y se aplacó el furor del rey.
Aquel mismo día el rey Asuero dio a la reina Ester la casa de Amán, enemigo de los Judíos; y Mardoqueo vino delante del rey, porque Ester {le} había revelado lo que era él para ella.
Entonces el rey se quitó el anillo que había recobrado de Amán, y se lo dio a Mardoqueo. Y Ester puso a Mardoqueo sobre la casa de Amán.
Ester habló de nuevo delante del rey, cayó a sus pies, y llorando, le imploró que impidiera los {propósitos} perversos de Amán el Agagueo y el plan que había tramado contra los Judíos.
Una copia del edicto que había de promulgarse como ley en cada provincia fue publicado a todos los pueblos, para que los Judíos estuvieran listos para ese día a fin de vengarse de sus enemigos.
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