'Hablen' en la Biblia
Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.
"Cuando los lleven y los entreguen, no se preocupen de antemano por lo que van a decir, sino que lo que les sea dado en aquella hora, eso hablen; porque no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu Santo.
¿Ay {de vosotros,} cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, porque de la misma manera trataban sus padres a los falsos profetas.
Todavía, para que no se divulgue más por el pueblo, amenacémoslos, que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este Nombre.
Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y da a tus siervos que con toda confianza hablen tu palabra;
``Vayan, preséntense en el templo, y hablen al pueblo todo el mensaje (todas las palabras) de esta Vida (la Vida eterna que Cristo reveló)."
Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los oficiales de la sinagoga les mandaron a decir: ``Hermanos, si tienen alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablen."
y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí.
Les ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos se pongan de acuerdo (que hablen lo mismo), y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén enteramente unidos en un mismo sentir (de una misma mente) y en un mismo parecer.
Si alguno habla en lenguas, que {hablen} dos, o a lo más tres, y por turno, y que uno interprete;
Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.
Por tanto, dejando a un lado la falsedad, HABLEN VERDAD CADA CUAL CON SU PROJIMO, porque somos miembros los unos de los otros.
Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con su corazón al Señor.
Que no hablen mal de nadie, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.
Así hablen ustedes y así procedan, como los que han de ser juzgados por {la} ley de la libertad.
Hermanos, no hablen mal los unos de los otros. El que habla mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Pero si tú juzgas a la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez {de ella.}
Porque: El que quiere amar la vida, y ver los días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño;