'Ir' en la Biblia
Y oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, temió ir allá; mas amonestado por revelación Divina en sueños, se fue a las partes de Galilea.
Y los demonios le rogaron, diciendo: Si nos echas, permítenos ir a aquel hato de puercos.
Luego Jesús hizo a sus discípulos entrar en un barco, e ir delante de él al otro lado del lago, entre tanto que él despedía a la multitud.
Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro del barco, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Desde aquel tiempo comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le convenía ir a Jerusalén, y padecer mucho de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Y los vieron ir muchos, y le conocieron; y concurrieron allá muchos a pie de las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él.
Y luego apuró a sus discípulos a subir en el barco, e ir delante de él a Betsaida en la otra ribera, entre tanto que él despedía la multitud.
Mas si tu mano te hace caer, córtala; mejor te es entrar a la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado;
Y volviéndose a ir, oró, y dijo las mismas palabras.
Y le rogaban que no les mandara ir al abismo.
Y aconteció que, como se cumplió el tiempo en que había de ser recibido arriba, él afirmó su rostro para ir a Jerusalén.
Y el otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir.
¿O cuál rey, teniendo que ir a hacer guerra contra otro rey, sentándose primero no consulta si puede salir al encuentro con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
Y él le dijo: Señor, aparejado estoy a ir contigo aun a cárcel y a muerte.
El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halla a Felipe, al cual dijo: Sígueme.
Entonces los judíos dijeron entre sí: ¿A dónde se ha de ir éste que no le hallemos? ¿Se ha de ir a los esparcidos entre los griegos, y a enseñar a los griegos?
Entonces el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Les dice Jesús: Desatadle, y dejadle ir.
Respondió Jesús: Ya os he dicho que YO SOY; pues si a mí me buscáis, dejad ir a éstos.
los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Levántate, pues, y desciende, y no dudes de ir con ellos; porque yo los he enviado.
Cuando llegaron a Misia, intentaron de ir a Bitinia; mas el Espíritu no les dejó.
Cuando fue de día, los magistrados enviaron los alguaciles, diciendo: Deja ir a aquellos hombres.
Y acabadas estas cosas, se propuso Pablo por el Espíritu ir a Jerusalén, después de andar en Macedonia y Acaya, diciendo: Después que hubiere estado allá me será necesario ver también a Roma.
Y después que cesó el alboroto, llamando Pablo a los discípulos, habiéndoles exhortado y abrazado, se despidió, y salió para ir a Macedonia.
Y nosotros subiendo en el navío, navegamos a Asón, para recibir de allí a Pablo; pues así había determinado que debía él ir por tierra.
Y yo, dudando en cuestión semejante, dije, si quería ir a Jerusalén, y allá ser juzgado de estas cosas.
rogando, si al fin tendré, por la voluntad de Dios, próspero viaje para ir a vosotros.
Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los otros gentiles.
Mas ahora teniendo más lugar en estas regiones, y deseando ir a vosotros hace muchos años,
Mas algunos están envanecidos, como si nunca hubiera yo de ir a vosotros.
¿Osa alguno de vosotros, teniendo pleito con otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?
Y si algún incrédulo os llama, y queréis ir, de todo lo que se os ponga delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia.
Y podrá ser que me quede con vosotros, o invernare también, para que vosotros me llevéis a donde hubiere de ir.
Acerca del hermano Apolos, mucho le he rogado que fuera a vosotros con algunos hermanos; mas en ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tuviere oportunidad.
Pues a la verdad recibió la exhortación; mas estando también muy solícito, de su voluntad partió para ir a vosotros.
He aquí estoy aparejado para ir a vosotros la tercera vez, y no os seré gravoso; porque no busco vuestras cosas, sino a vosotros; porque no han de atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.
Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo a la verdad, una y otra vez; pero Satanás nos estorbó.
Aunque tengo muchas cosas que escribiros, no las he querido escribir por papel y tinta; mas yo espero ir a vosotros, y hablar cara a cara, para que nuestro gozo sea cumplido.
Porque son espíritus de demonios, que hacen milagros, para ir a los reyes de la tierra y de todo el mundo, para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
La bestia que has visto, fue, y ya no es; y ha de subir del abismo, y ha de ir a perdición; y los moradores de la tierra, (cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo,) se maravillarán viendo la bestia que era, y no es, aunque es.