'Ojos' en la Biblia
Mas sabe Dios, que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses, sabiendo el bien y el mal.
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era deseable a los ojos, y árbol de codicia para entender; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, y comió con ella.
Y fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron cintas para ceñir.
Pero Noé halló gracia en los ojos del SEÑOR.
Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, antes que destruyera el SEÑOR a Sodoma, y a Gomorra, como un huerto del SEÑOR, como la tierra de Egipto entrando en Zoar.
Y el SEÑOR dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde tú estás hacia el aquilón, y al mediodía, y al oriente y al occidente;
Y alzó sus ojos, y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se inclinó hacia la tierra,
Y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.
Entonces salió Lot, y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque el SEÑOR va a destruir esta ciudad. Mas fue tenido como burlador en ojos de sus yernos.
he aquí ahora ha hallado tu siervo gracia en tus ojos, y has engrandecido tu misericordia que has hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, que por ventura no se me pegue el mal, y muera.
Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es por velo de ojos para todos los que estuvieron contigo, y para con todos; así fue reprendida.
Entonces abrió Dios sus ojos, y vio una fuente de agua; y fue, y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.
Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.
entonces alzó Abraham sus ojos, y miró, y he aquí un carnero a sus espaldas, trabado en una mata por sus cuernos; y fue Abraham, y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
y había salido Isaac a orar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.
Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello;
Y aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron de vista, llamó a Esaú, su hijo el mayor, y le dijo: Mi hijo. Y él respondió: Heme aquí.
Y los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.
Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, he experimentado que el SEÑOR me ha bendecido por tu causa.
Y sucedió que al tiempo que las ovejas se calentaban, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí que los machos que subían sobre las hembras eran cinchados, pintados y overos.
Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás todos los machos que suben sobre las ovejas cinchados, pintados y overos; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.
De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño se huía de mis ojos.
y tengo vacas, y asnos, y ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, por hallar gracia en tus ojos.
Y alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas.
Y alzó sus ojos, y vio las mujeres y los niños, y dijo: ¿Quiénes son éstos? Y él respondió: Son los niños que Dios ha dado a tu siervo.
Y él dijo: ¿Qué te propones con todas estas cuadrillas que he encontrado? Y él respondió: El hallar gracia en los ojos de mi señor.
Y dijo Jacob: No, yo te ruego, si he hallado ahora gracia en tus ojos, toma mi presente de mi mano, que por eso he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios; y hazme placer.
Y Esaú dijo: Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y él dijo: ¿Para qué esto? Halle yo gracia en los ojos de mi señor.
Siquem también dijo a su padre y a sus hermanos: Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me dijereis.
Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas y bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto.
Y Er, el primogénito de Judá, fue malo a los ojos del SEÑOR, y lo mató el SEÑOR.
Y desagradó en ojos del SEÑOR lo que hacía, y lo mató también a él.
Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa, y entregó en su poder todo lo que tenía.
Y aconteció después de esto, que la mujer de su señor alzó sus ojos sobre José, y dijo: Duerme conmigo.
Mas el SEÑOR estaba con José, y extendió a él su misericordia, y le dio gracia en ojos del príncipe de la casa de la cárcel.
Y alzando él sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es éste vuestro hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.
Y tú dijiste a tus siervos: Traédmelo, y pondré mis ojos sobre él.
Y he aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca os habla.
Y se oyó la noticia en la casa del Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y agradó a los ojos del Faraón y de sus siervos.
Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y José pondrá su mano sobre tus ojos.
¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra siervos del Faraón: y danos simiente para que vivamos y no muramos, y no sea asolada la tierra.
Y ellos respondieron: La vida nos has dado; hallemos gracia en ojos de nuestro señor, que seamos siervos del Faraón.
Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad; te ruego que no me entierres en Egipto;
Y los ojos de Israel estaban ya tan agravados de la vejez, que no podía ver. Y los hizo acercarse a él, y él los besó y abrazó.
Entonces viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le pesó en sus ojos; y tomó la mano de su padre, para quitarla de sobre la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.
Los ojos bermejos del vino, los dientes blancos de la leche.
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