'Pues' en la Biblia
Y como los mensajeros se volvieron al rey, él les dijo: ¿Por qué pues os habéis vuelto?
Y díjole: Así ha dicho Jehová: Pues que enviaste mensajeros á consultar á Baal-zebub dios de Ecrón, ¿no hay Dios en Israel para consultar en su palabra? No descenderás, por tanto, del lecho en que subiste, antes morirás de cierto.
Y dijo Elías á Eliseo: Quédate ahora aquí, porque Jehová me ha enviado á Beth-el. Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Descendieron pues á Beth-el.
Y Elías le volvió á decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado á Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron pues á Jericó.
Y Elías le dijo: Ruégote que te quedes aquí, porque Jehová me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Fueron pues ambos á dos.
Partieron pues el rey de Israel, y el rey de Judá, y el rey de Idumea; y como anduvieron rodeando por el desierto siete días de camino, faltóles el agua para el ejército, y para las bestias que los seguían.
Y dijeron: Sangre es esta de espada! Los reyes se han revuelto, y cada uno ha muerto á su compañero. Ahora pues, Moab, á la presa!
Y él dijo: ¿Qué pues haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí ella no tiene hijo, y su marido es viejo.
Partióse pues, y vino al varón de Dios al monte del Carmelo. Y cuando el varón de Dios la vió de lejos, dijo á su criado Giezi: He aquí la Sunamita:
Y díjole el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré letras al rey de Israel. Partió pues él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos.
Entonces Naamán dijo: Ruégote pues, ¿no se dará á tu siervo una carga de un par de acémilas de aquesta tierra? porque de aquí adelante tu siervo no sacrificará holocausto ni sacrificio á otros dioses, sino á Jehová.
Y él le dijo: Vete en paz. Partióse pues de él, y caminó como el espacio de una milla.
Fuése pues con ellos; y como llegaron al Jordán, cortaron la madera.
Cocimos pues mi hijo, y le comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Mas ella ha escondido su hijo.
Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los Siros: si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muert
Levantáronse pues en el principio de la noche, para irse al campo de los Siros; y llegando á las primeras estancias de los Siros, no había allí hombre.
Y dijéronse el uno al otro: No hacemos bien: hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos: y si esperamos hasta la luz de la mañana, nos alcanzará la maldad. Vamos pues ahora, entremos, y demos la nueva en casa del rey.
Tomaron pues dos caballos de un carro, y envió el rey tras el campo de los Siros, diciendo: Id, y ved.
Aconteció pues de la manera que el varón de Dios había hablado al rey, diciendo: Dos seah de cebada por un siclo, y el seah de flor de harina será vendido por un siclo mañana á estas horas, á la puerta de Samaria.
Tomó pues Hazael en su mano un presente de todos los bienes de Damasco, cuarenta camellos cargados, y saliólo á recibir: y llegó, y púsose delante de él, y dijo: Tu hijo Ben-adad, rey de Siria, me ha enviado á ti, diciendo: ¿Tengo de sanar de esta enferme
Fué pues el de á caballo á reconocerlos, y dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y Jehú le dijo: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? vuélvete tras mí. El atalaya dió luego aviso, diciendo: El mensajero llegó hasta ellos, y no vuelve.
Que yo he visto ayer las sangres de Naboth, y las sangres de sus hijos, dijo Jehová; y tengo de darte la paga en esta heredad, dijo Jehová. Tómale pues ahora, y échalo en la heredad, conforme á la palabra de Jehová.
Partiéndose luego de allí encontróse con Jonadab hijo de Rechâb; y después que lo hubo saludado, díjole: ¿Es recto tu corazón, como el mío es recto con el tuyo? Y Jonadab dijo: Lo es. Pues que lo es, dame la mano. Y él le dió su mano. Hízolo luego subir c
Y díjole: Ven conmigo, y verás mi celo por Jehová. Pusiéronlo pues en su carro.
Llamadme pues luego á todos los profetas de Baal, á todos sus siervos, y á todos sus sacerdotes; que no falte uno, porque tengo un gran sacrifico para Baal; cualquiera que faltare, no vivirá. Esto hacía Jehú con astucia, para destruir á los que honraban á
Los centuriones pues, hicieron todo como el sacerdote Joiada les mandó: y tomando cada uno los suyos, es á saber, los que habían de entrar el sábado, y los que habían salido el sábado, viniéronse á Joiada el sacerdote.
Diéronle pues lugar, y como iba el camino por donde entran los de á caballo á la casa del rey, allí la mataron.
Llamando entonces el rey Joas al pontífice Joiada y á los sacerdotes, díjoles: ¿Por qué no reparáis las aberturas del templo? Ahora pues, no toméis más el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las roturas del templo.
Pues Josachâr hijo de Simaath, y Jozabad hijo de Somer, sus siervos, hiriéronle, y murió. Y sepultáronle con sus padres en la ciudad de David, y reinó en su lugar Amasías su hijo.
Mas Joachâz oró á la faz de Jehová, y Jehová lo oyó: porque miró la aflicción de Israel, pues el rey de Siria los afligía.
Porque no le había quedado gente á Joachâz, sino cincuenta hombres de á caballo, y diez carros, y diez mil hombres de á pié; pues el rey de Siria los había destruído, y los había puesto como polvo para hollar.
Hazael pues, rey de Siria, afligió á Israel todo el tiempo de Joachâz.
Ciertamente has herido á Edom, y tu corazón te ha envanecido: gloríate pues, mas estáte en tu casa. ¿Y por qué te entrometerás en un mal, para que caigas tú, y Judá contigo?
Pues subió Manahem hijo de Gadi, de Thirsa, y vino á Samaria, é hirió á Sallum hijo de Jabes en Samaria, y matólo, y reinó en su lugar.
Y atendióle el rey de Asiria; pues subió el rey de Asiria contra Damasco, y tomóla, y trasportó los moradores á Kir, y mató á Resín.
Pues servían á los ídolos, de los cuales Jehová les había dicho: Vosotros no habéis de hacer esto;
¿Cómo pues harás volver el rostro de un capitán el menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y su gente de á caballo?
Ahora pues, oh Jehová Dios nuestro, sálvanos, te suplico, de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que tú solo, Jehová, eres Dios.
Asimismo por la sangre inocente que derramó, pues hinchió á Jerusalem de sangre inocente: Jehová por tanto, no quiso perdonar.
Fué pues la ira de Jehová contra Jerusalem y Judá, hasta que los echó de su presencia. Y Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia.
Tomado pues el rey, trajéronle al rey de Babilonia á Ribla, y profirieron contra él sentencia.
Resultados de Búsqueda por Versiones
- J2000 (34)
- LBDA (29)
- NBLH (28)
- RV (43)
- SEV (33)
- RV1909 (43)
Resultados de Búsqueda por Libro
- Génesis (85)
- Éxodo (41)
- Levítico (21)
- Números (32)
- Deuteronomio (41)
- Josué (47)
- Jueces (58)
- Rut (15)
- 1 Samuel (109)
- 2 Samuel (69)
- 1 Reyes (55)
- 2 Reyes (43)
- 1 Crónicas (27)
- 2 Crónicas (65)
- Esdras (16)
- Nehemías (17)
- Ester (13)
- Job (32)
- Salmos (36)
- Proverbios (10)
- Eclesiastés (8)
- Cantares (1)
- Isaías (43)
- Jeremías (69)
- Lamentaciones (1)
- Ezequiel (53)
- Daniel (25)
- Oseas (11)
- Joel (1)
- Amós (7)
- Abdías (2)
- Jonás (1)
- Miqueas (1)
- Habacuc (1)
- Sofonías (2)
- Hageo (5)
- Zacarías (8)
- Malaquías (8)
- Mateo (47)
- Marcos (16)
- Lucas (48)
- Juan (49)
- Hechos (43)
- Romanos (36)
- 1 Corintios (35)
- 2 Corintios (19)
- Gálatas (10)
- Efesios (7)
- Filipenses (7)
- Colosenses (4)
- 1 Tesalonicenses (4)
- 2 Tesalonicenses (1)
- 1 Timoteo (8)
- 2 Timoteo (3)
- Filemón (1)
- Hebreos (17)
- Santiago (6)
- 1 Pedro (7)
- 2 Pedro (2)
- 1 Juan (3)
- 3 Juan (1)
- Judas (2)
- Apocalipsis (4)