'Se' en la Biblia
- 1.Gé 1:2-Gé 19:9
- 2.Gé 19:11-Gé 32:25
- 3.Gé 33:3-Gé 45:19
- 4.Gé 45:20-Éx 10:15
- 5.Éx 10:19-Éx 29:33
- 6.Éx 29:34-Levítico 8:7
- 7.Levítico 8:13-Levítico 18:27
- 8.Levítico 18:30-Números 5:27
- 9.Números 5:28-Números 19:19
- 10.Números 19:20-Deuteronomio 1:37
- 11.Deuteronomio 1:41-Deuteronomio 25:15
- 12.Deuteronomio 26:12-Josué 9:3
- 13.Josué 9:15-Jueces 7:2
- 14.Jueces 7:3-Jueces 19:4
- 15.Jueces 19:5-1 Samuel 4:14
- 16.1 Samuel 4:15-1 Samuel 17:32
- 17.1 Samuel 17:34-1 Samuel 28:14
- 18.1 Samuel 28:15-2 Samuel 13:2
- 19.2 Samuel 13:3-2 Samuel 23:16
- 20.2 Samuel 24:1-1 Reyes 12:27
- 21.1 Reyes 13:2-2 Reyes 2:23
- 22.2 Reyes 3:3-2 Reyes 12:17
- 23.2 Reyes 12:18-1 Crónicas 12:1
- 24.1 Crónicas 12:8-2 Crónicas 13:3
- 25.2 Crónicas 13:4-2 Crónicas 30:8
- 26.2 Crónicas 30:9-Esdras 10:18
- 27.Esdras 10:44-Ester 4:17
- 28.Ester 5:1-Job 17:5
- 29.Job 17:7-Job 36:17
- 30.Job 36:33-Salmos 22:26
- 31.Salmos 22:27-Salmos 58:10
- 32.Salmos 59:1-Salmos 97:11
- 33.Salmos 98:3-Salmos 136:23
- 34.Salmos 139:16-Proverbios 19:25
- 35.Proverbios 19:28-Eclesiastés 2:22
- 36.Eclesiastés 2:25-Isaías 6:10
- 37.Isaías 7:2-Isaías 28:4
- 38.Isaías 28:6-Isaías 45:6
- 39.Isaías 45:14-Jeremías 1:13
- 40.Jeremías 2:3-Jeremías 15:18
- 41.Jeremías 15:19-Jeremías 37:9
- 42.Jeremías 37:10-Jeremías 51:36
- 43.Jeremías 51:37-Ezequiel 10:18
- 44.Ezequiel 10:19-Ezequiel 23:30
- 45.Ezequiel 23:40-Ezequiel 44:8
- 46.Ezequiel 44:10-Daniel 8:17
- 47.Daniel 8:19-Oseas 13:15
- 48.Oseas 13:16-Miqueas 6:7
- 49.Miqueas 7:2-Zacarías 14:14
- 50.Malaquías 1:8-Mateo 11:1
- 51.Mateo 11:5-Mateo 19:28
- 52.Mateo 20:20-Mateo 27:64
- 53.Mateo 28:2-Marcos 8:8
- 54.Marcos 8:10-Marcos 16:14
- 55.Marcos 16:18-Lucas 7:9
- 56.Lucas 7:12-Lucas 14:5
- 57.Lucas 14:10-Lucas 23:48
- 58.Lucas 24:4-Juan 11:29
- 59.Juan 11:31-Hechos 2:41
- 60.Hechos 2:42-Hechos 12:17
- 61.Hechos 12:18-Hechos 21:22
- 62.Hechos 21:24-Romanos 11:35
- 63.Romanos 12:2-1 Corintios 14:40
- 64.1 Corintios 15:5-Efesios 5:18
- 65.Efesios 5:25-Hebreos 3:10
- 66.Hebreos 3:13-1 Pedro 5:9
- 67.2 Pedro 2:1-Apocalipsis 17:15
- 68.Apocalipsis 17:17-Apocalipsis 21:25
Todos éstos se habían casado con mujeres extranjeras, y algunos de ellos {tenían} mujeres que {les} habían dado hijos.
pero {si} se vuelven a Mí y guardan Mis mandamientos y los cumplen, aunque sus desterrados estén en los confines de los cielos, de allí los recogeré y los traeré al lugar que he escogido para hacer morar Mi nombre allí.'
"Te ruego, oh Señor, que Tu oído esté atento ahora a la oración de Tu siervo y a la oración de Tus siervos que se deleitan en reverenciar Tu nombre. Haz prosperar hoy a Tu siervo, y concédele favor delante de este hombre." Era yo entonces copero del rey.
Aconteció que en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes, {estando ya} el vino delante de él, tomé el vino y se lo di al rey. Yo nunca había estado triste en su presencia.
Y le dije al rey: ``Si le agrada al rey, que se me den cartas para los gobernadores {de las provincias} más allá del Río (Eufrates), para que me dejen pasar hasta que llegue a Judá,
Cuando se enteraron Sanbalat el Horonita y Tobías el oficial Amonita, les disgustó mucho que alguien hubiera venido a procurar el bienestar de los Israelitas.
Los oficiales no sabían adónde yo había ido ni qué había hecho. Tampoco se lo había hecho saber todavía a los Judíos, ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los oficiales, ni a los demás que hacían la obra.
Pero cuando se enteraron Sanbalat el Horonita, Tobías el oficial Amonita y Gesem el Arabe, se burlaron de nosotros, nos despreciaron y dijeron: `` ¿Qué es esto que están haciendo? ¿Se están rebelando contra el rey?"
Entonces el sumo sacerdote Eliasib se levantó con sus hermanos los sacerdotes y edificaron la Puerta de las Ovejas; la consagraron y asentaron sus hojas. Consagraron la muralla hasta la Torre de los Cien {y} hasta la Torre de Hananeel.
Cuando Sanbalat se enteró de que estábamos reedificando la muralla, se enfureció y se enojó mucho. Y burlándose de los Judíos,
Cuando Sanbalat, Tobías, los Arabes, los Amonitas y los de Asdod se enteraron que continuaba la reparación de las murallas de Jerusalén, que las brechas comenzaban a ser cerradas, se enojaron mucho.
Pero se decía en Judá: ``Desfallecen las fuerzas de los cargadores, Y queda mucho escombro; Nosotros no podemos Reedificar la muralla."
Así que cuando los Judíos que habitaban cerca de ellos vinieron y nos dijeron diez veces: ``Subirán contra nosotros de todo lugar adonde ustedes se vuelvan,"
Sucedió que nuestros enemigos se enteraron que conocíamos {sus} propósitos y que Dios había desbaratado sus planes; entonces todos nosotros volvimos a la muralla, cada uno a su trabajo.
Ni yo, ni mis hermanos, ni mis criados, ni los hombres de la guardia que me seguían, ninguno de nosotros se quitó la ropa; cada uno {llevaba} su arma {aun} en el agua.
Había quienes decían: ``Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas somos muchos; por tanto, que se nos dé trigo para que comamos y vivamos."
Se rebeló mi corazón dentro de mí, y reprendí a los nobles y a los oficiales y les dije: ``Ustedes están cobrando en exceso cada uno a su hermano." Por tanto congregué contra ellos una gran asamblea.
Y les dije: ``Nosotros, conforme a nuestras posibilidades, hemos redimido a nuestros hermanos Judíos que fueron vendidos a las naciones; y ahora, ¿venderían ustedes aun a sus hermanos para que sean vendidos a nosotros?" Ellos se quedaron callados y no hallaron respuesta que dar.
Lo que se preparaba para cada día era un buey {y} seis ovejas escogidas, también eran preparadas aves para mí; cada diez días {se proveía} en abundancia toda clase de vino. Y con todo esto, no reclamé el pan del gobernador, porque la servidumbre era pesada sobre este pueblo.
Cuando se les informó a Sanbalat, a Tobías, a Gesem el Arabe y a los demás enemigos nuestros que yo había reedificado la muralla y que no quedaba ninguna brecha en ella (aunque en aquel tiempo yo no había asentado todavía las hojas en las puertas),
En ella estaba escrito: ``Se ha oído entre las naciones, y Gasmu dice, que tú y los Judíos están tramando rebelarse; por eso reedificas la muralla. Y según estos informes tú vas a ser su rey.
Porque todos ellos {querían} atemorizarnos, pensando: ``Ellos se desanimarán con la obra y no será hecha." Pero ahora, {oh Dios,} fortalece mis manos.
Cuando se enteraron todos nuestros enemigos y {lo} vieron todas las naciones que {estaban} alrededor nuestro, decayó su ánimo; porque reconocieron que esta obra había sido hecha {con la ayuda} de nuestro Dios.
También en aquellos días se enviaban muchas cartas de los nobles de Judá a Tobías, y de Tobías venían {cartas} a ellos.
Porque muchos en Judá estaban unidos a él bajo juramento porque él era yerno de Secanías, hijo de Ara, y su hijo Johanán se había casado con la hija de Mesulam, hijo de Berequías.
Entonces les dije: ``No se abrirán las Puertas de Jerusalén hasta que caliente el sol; y estando todavía los porteros en sus puestos, se cerrarán y atrancarán las puertas. Designen también guardias de los habitantes de Jerusalén, unos en su {puesto de} guardia, y otros delante de su casa."
Estos buscaron {en} su registro de genealogías pero no se hallaron, y fueron considerados inmundos {y excluidos} del sacerdocio.
Y el gobernador les dijo que no comieran de las cosas santísimas hasta que un sacerdote se levantara con Urim y Tumim.
Todo el pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que {estaba} delante de la Puerta de las Aguas, y pidieron al escriba Esdras que trajera el Libro de la Ley de Moisés que el SEÑOR había dado a Israel.
Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo, pues él estaba en un lugar más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso en pie.
Entonces Esdras bendijo al SEÑOR, el gran Dios. Y todo el pueblo respondió: `` ¡Amén, Amén!," mientras alzaban las manos. Después se postraron y adoraron al SEÑOR rostro en tierra.
Entonces Nehemías, que era el gobernador, y Esdras, el sacerdote {y} escriba, y los Levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: ``Este día es santo para el SEÑOR su Dios; no se entristezcan, ni lloren." Porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley.
También les dijo: ``Vayan, coman de la grasa, beban de lo dulce, y manden raciones a los que no tienen nada preparado; porque este día es santo para nuestro Señor. No se entristezcan, porque la alegría del SEÑOR es la fortaleza de ustedes."
Los Levitas calmaron a todo el pueblo diciéndole: ``Callen, porque el día es santo, no se entristezcan."
Entonces todo el pueblo se fue a comer, a beber, a mandar porciones y a celebrar una gran fiesta, porque comprendieron las palabras que les habían enseñado.
Al segundo día los jefes de {casas} paternas de todo el pueblo, los sacerdotes y los Levitas se reunieron {junto} al escriba Esdras para entender las palabras de la ley.
El pueblo salió y trajeron las ramas y se hicieron tabernáculos, cada uno en su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la Puerta de las Aguas y en la plaza de la Puerta de Efraín.
El día veinticuatro de ese mes se congregaron los Israelitas en ayuno, {vestidos} de cilicio y con polvo sobre sí.
Y los descendientes de Israel se separaron de todos los extranjeros, y se pusieron en pie, confesando sus pecados y las iniquidades de sus padres.
Y sobre el estrado de los Levitas se levantaron Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani {y} Quenani, y clamaron en alta voz al SEÑOR su Dios.
Sólo Tú eres el SEÑOR. Tú hiciste los cielos, Los cielos de los cielos con todo su ejército, La tierra y todo lo que en ella hay, Los mares y todo lo que en ellos hay. Tú das vida a todos ellos Y el ejército de los cielos se postra ante Ti.
Rehusaron escuchar, Y no se acordaron de las maravillas que hiciste entre ellos; Fueron tercos y eligieron un jefe para volver a su esclavitud en Egipto. Pero Tú eres un Dios de perdón, Clemente y compasivo, Lento para la ira y abundante en misericordia, Y no los abandonaste.
Por cuarenta años proveíste para ellos en el desierto {y} nada les faltó, Sus vestidos no se gastaron ni se hincharon sus pies.
También les diste reinos y pueblos, Y se {los} repartiste con {sus} límites. Tomaron posesión de la tierra de Sehón, rey de Hesbón, Y la tierra de Og, rey de Basán.
Capturaron ciudades fortificadas y una tierra fértil. Tomaron posesión de casas llenas de toda cosa buena, Cisternas excavadas, viñas y olivares, Y árboles frutales en abundancia. Comieron, se saciaron, engordaron Y se deleitaron en tu gran bondad.
Pero fueron desobedientes y se rebelaron contra Ti, Echaron Tu ley a sus espaldas, Mataron a Tus profetas que los amonestaban (les testificaban) Para que se volvieran a Ti; Y cometieron grandes blasfemias.
Pero ellos en su propio reino, Con los muchos bienes que Tú les diste, Con la espaciosa y rica tierra que pusiste delante de ellos, No Te sirvieron ni se convirtieron de sus malas obras.
Y el resto del pueblo, los sacerdotes, los Levitas, los porteros, los cantores, los sirvientes del templo, y todos los que se han apartado de los pueblos de las tierras para aceptar la ley de Dios, también sus mujeres, sus hijos y sus hijas, y todos los que tienen conocimiento y entendimiento,
se adhieren a sus parientes, sus nobles, y toman sobre sí un voto y un juramento de andar en la ley de Dios que fue dada por medio de Moisés, siervo de Dios, y de guardar y cumplir todos los mandamientos de DIOS nuestro Señor, y Sus ordenanzas y Sus estatutos;
Los jefes del pueblo habitaron en Jerusalén, pero el resto del pueblo echó suertes a fin de traer uno de cada diez para que habitara en Jerusalén, la ciudad santa, mientras los otros nueve {se quedarían} en las {otras} ciudades.
Y el pueblo bendijo a todos los hombres que se ofrecieron para habitar en Jerusalén.
Y se reunieron los hijos de los cantores del distrito alrededor de Jerusalén, de las aldeas de los Netofatitas,
de Bet Gilgal y de los campos de Geba y Azmavet, pues los cantores se habían edificado aldeas alrededor de Jerusalén.
Los sacerdotes y los Levitas se purificaron; también purificaron al pueblo, las puertas y la muralla.
y por la Puerta de Efraín, junto a la Puerta Vieja, junto a la Puerta del Pescado, {y} la Torre de Hananeel, y la Torre de los Cien hasta la Puerta de las Ovejas, y se detuvieron en la Puerta de la Guardia.
Aquel día ofrecieron gran {cantidad de} sacrificios y se regocijaron porque Dios les había dado mucha alegría, también las mujeres y los niños se regocijaron. El regocijo de Jerusalén se oía desde lejos.
Aquel día fueron designados hombres a cargo de las cámaras destinadas a almacenes de las contribuciones, de las primicias y de los diezmos, para que de los campos de las ciudades, recogieran en ellas las porciones dispuestas por la ley para los sacerdotes y Levitas. Pues Judá se regocijaba por los sacerdotes y Levitas que servían.
Y todo Israel, en días de Zorobabel y en días de Nehemías, daba las porciones correspondientes a los cantores y a los porteros como se demandaba para cada día, y consagraban {parte} para los Levitas, y los Levitas consagraban {parte} para los hijos de Aarón.
Aquel día leyeron del Libro de Moisés a oídos del pueblo; y se encontró escrito en él que los Amonitas y los Moabitas no debían entrar jamás en la asamblea de Dios,
le había preparado una habitación amplia, donde anteriormente se colocaban las ofrendas de cereal, el incienso, los utensilios, y los diezmos del cereal, del vino nuevo y del aceite prescritos para los Levitas, los cantores y los porteros, y las contribuciones para los sacerdotes.
También descubrí que las porciones de los Levitas no se {les} habían dado, por lo que los Levitas y los cantores que hacían el servicio se habían ido, cada uno a su campo.
Y puse al frente de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc, y a Pedaías, uno de los Levitas; además de éstos estaba Hanán, hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque se les consideraba dignos de confianza, y su responsabilidad {era} repartir {las raciones} a sus parientes.
Así que cuando iba oscureciendo a las Puertas de Jerusalén, antes del día de reposo, ordené que se cerraran las puertas y que no las abrieran hasta después del día de reposo. Entonces puse algunos de mis siervos a las puertas {para que} no entrara ninguna carga en día de reposo.
Y ordené a los Levitas que se purificaran y que vinieran a guardar las puertas para santificar el día de reposo. {Por} esto también acuérdate de mí, Dios mío, y ten piedad de mí conforme a la grandeza de Tu misericordia.
En aquellos días también vi a Judíos que se habían casado con mujeres Asdoditas, Amonitas {y} Moabitas.
" ¿Y se debe oír de ustedes que han cometido todo este gran mal obrando infielmente contra nuestro Dios casándose con mujeres extranjeras?"
Cuando se cumplieron estos días, el rey ofreció un banquete de siete días para todo el pueblo que se encontraba en la fortaleza de Susa, desde el mayor hasta el menor, en el atrio del jardín del palacio del rey.
Las bebidas {se servían} en vasijas de oro de diferentes formas, y el vino real abundaba conforme a la liberalidad del rey.
Se bebía conforme a la ley, no había obligación, porque así el rey había dado órdenes a todos los oficiales de su casa para que hicieran conforme a los deseos de cada persona.
Pero la reina Vasti rehusó venir al mandato del rey {comunicado} por los eunucos. Entonces el rey se enojó mucho y se encendió su furor en él.
Conforme a la ley, ¿qué se debe hacer con la reina Vasti, por no haber obedecido el mandato del rey Asuero {comunicado} por los eunucos?
"Si le place al rey, proclame él un decreto real y que se escriba en las leyes de Persia y Media para que no sea revocado, que Vasti no entre más a la presencia del rey Asuero, y que el rey dé su título de reina a otra que sea más digna que ella.
Y envió cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia conforme a su escritura y a cada pueblo conforme a su lengua, para que todo hombre fuera señor en su casa y que {en ella} se hablara la lengua de su pueblo.
Después de estas cosas, cuando el furor del rey Asuero se había aplacado, él se acordó de Vasti, de lo que ella había hecho y de lo que se había decretado contra ella.
"Que el rey nombre oficiales en todas las provincias de su reino para que reúnan a todas las jóvenes vírgenes y de buen parecer en el harén de la fortaleza de Susa. Estarán bajo la custodia de Hegai, eunuco del rey, encargado de las mujeres, y que se {les} den sus cosméticos.
{Y} había en la fortaleza de Susa un Judío que se llamaba Mardoqueo, hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, el Benjamita.
El había sido deportado de Jerusalén con los cautivos que habían sido deportados con Jeconías, rey de Judá, a quien se había llevado cautivo Nabucodonosor, rey de Babilonia.
La joven le agradó a Hegai y halló favor delante de él, por lo que se apresuró en proveerle cosméticos y alimentos. Le dio siete doncellas escogidas del palacio del rey, y la trasladó con sus doncellas al mejor lugar del harén.
Todos los días Mardoqueo se paseaba delante del patio del harén para enterarse de cómo estaba Ester y qué le sucedía.
Cuando le tocaba a cada joven venir al rey Asuero, al cumplirse sus doce meses, según las ordenanzas para las mujeres, pues los días de su embellecimiento se cumplían así: seis meses con aceite de mirra y seis meses con especias y cosméticos para las mujeres,
entonces la joven venía al rey de esta manera: cualquier cosa que ella deseaba se le concedía para que la llevara consigo del harén al palacio del rey.
Ella entraba por la tarde y a la mañana {siguiente} volvía al segundo harén, bajo la custodia de Saasgaz, eunuco del rey, encargado de las concubinas. Ella no iba otra vez al rey a menos que el rey se complaciera en ella y fuera llamada por nombre.
En aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey, Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, guardianes del umbral, se enojaron y procuraban echar mano al rey Asuero.
Pero el asunto llegó a conocimiento de Mardoqueo, y él se lo comunicó a la reina Ester, y Ester informó al rey en nombre de Mardoqueo.
Y todos los siervos del rey que {estaban} a la puerta del rey se inclinaban y se postraban ante Amán, porque así había ordenado el rey en cuanto a él; pero Mardoqueo ni se inclinaba ni se postraba.
Después que ellos le estuvieron hablando día tras día y él se había negado a escucharlos, se {lo} informaron a Amán para ver si la palabra de Mardoqueo era firme, porque él les había declarado que era Judío.
Cuando Amán vio que Mardoqueo no se inclinaba ni se postraba ante él, Amán se llenó de furor.
Y él no se contentó con echar mano sólo a Mardoqueo, pues le habían informado {cuál era} el pueblo de Mardoqueo. Por tanto Amán procuró destruir a todos los Judíos, el pueblo de Mardoqueo, que {estaban} por todo el reino de Asuero.
En el mes primero, que es el mes de Nisán, el año doce del rey Asuero, se echó el Pur, es decir la suerte, delante de Amán para cada día y cada mes hasta el mes doce, que es el mes de Adar.
"Si al rey le parece bien, que se decrete que sean destruidos, y yo pagaré 340 toneladas de plata en manos de los que manejan los negocios {del rey,} para que {los} pongan en los tesoros del rey.
El rey tomó de su mano el anillo de sellar y se lo dio a Amán, hijo de Hamedata el Agagueo, enemigo de los Judíos.
Se enviaron cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey para destruir, matar y exterminar a todos los Judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un solo día, el {día} trece del mes doce, que es el mes de Adar, y sus posesiones dadas al saqueo.
Salieron los correos apremiados por la orden del rey. El decreto fue promulgado (fue dado al pueblo) en la fortaleza de Susa, y mientras el rey y Amán se sentaron a beber, la ciudad de Susa estaba turbada.
Cuando Mardoqueo supo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y ceniza, y salió por la ciudad, lamentándose con grande y amargo clamor.
En cada una de las provincias {y} en todo lugar donde llegaba la orden del rey y su decreto, había entre los Judíos gran duelo y ayuno, llanto y lamento. Muchos se acostaban sobre cilicio y ceniza.
Vinieron las doncellas de Ester y sus eunucos y se {lo} comunicaron, y la reina se angustió en gran manera. Y envió ropa para que Mardoqueo se vistiera y se quitara el cilicio de encima, pero él no {la} aceptó.
Le dio también una copia del texto del decreto que había sido promulgado en Susa para la destrucción de los Judíos, para que {se la} mostrara a Ester y le informara, y le mandara que ella fuera al rey para implorar su favor y para interceder ante él por su pueblo.
``Todos los siervos del rey y el pueblo de las provincias del rey saben que para cualquier hombre o mujer que vaya al rey en el atrio interior, sin ser llamado, él tiene una sola ley, que se le dé muerte, a menos que el rey le extienda el cetro de oro para que viva. Y yo no he sido llamada para ir al rey por estos treinta días."
``Ve, reúne a todos los Judíos que se encuentran en Susa y ayunen por mí; no coman ni beban por tres días, ni de noche ni de día. También yo y mis doncellas ayunaremos. Y así iré al rey, lo cual no es conforme a la ley; y si perezco, perezco."
Y Mardoqueo se fue e hizo conforme a todo lo que Ester le había ordenado.
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- Cese
- Comer reclinable
- Corazón Humano
- Corazón, Divino
- Corazón, caído y redimido
- Cristo, nombres para
- Cuerpo
- De pie
- Dios apareciendo
- El Sol
- El acto de apertura
- El alcohol
- El amor, el abuso de
- El desaliento
- Embarcaciones
- Enfermedades
- Enfrentamiento
- Esperando
- Falsa confianza
- Inutilidad
- La infelicidad
- La infidelidad a Dios
- La sequedad
- La teofanía
- La voz de Dios
- Las multitudes
- Las personas sentarse
- Las personas yendo a casa
- Llanto
- Los adúlteros
- Los gestos
- Mañana
- Oro
- Pelos
- Pies
- Placer
- Profecías acerca de Cristo
- Profecías mesiánicas
- Propagando
- Puertas
- Quienes se levantaron temprano
- Sentado
- Siete días
- Soledad
- Tristeza
- Trono
- Una acción apresurada
- Conocer el reino de Dios
- El cumplimiento
- El cumplimiento de las Escrituras Bsagradas
- El matrimonio entre un hombre y una mujer
- El matrimonio homosexual
- El primer templo
- El regocijo en el mal
- El sexo
- El sexo antes del matrimonio
- Extrañar a alguien
- La diversión
- La enojo de las personas
- La infidelidad
- La obstaculización de la obra de Dios
- La ocultación de las cosas de Dios
- La profecía del fin de los tiempos
- La revelación de la salvación de Dios
- La revelación de las cosas de Dios
- La vergüenza de la idolatría
- La vergüenza de la mala conducta
- Las personas que se levantan
- Las preocupaciones
- Las rosas
- Las sorpresas
- Los borrachos
- Los lagos
- Los rumores
- Los ríos
- Los siete días para efectos legales
- No preocuparse
- Preocuparse por el futuro