'Soy' en la Biblia
Porque sabemos que la ley es espiritual; pero yo soy carnal, vendido bajo pecado.
De manera que ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí.
Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí.
Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? ¡En ninguna manera! Porque también yo soy israelita, de la simiente de Abraham, de la tribu de Benjamín.
Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol de los gentiles, mi ministerio honro,
Digo esto ahora, porque cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.
Porque cuando uno dice: Yo soy de Pablo; y otro: Yo de Apolos; ¿no sois carnales?
Porque de nada tengo mala conciencia, mas no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.
¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesucristo nuestro Señor? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.
Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?
Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?
Y si tuviese el don de profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
Y ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte; mas entonces conoceré como soy conocido.
Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la iglesia de Dios.
Mas por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que ha sido conmigo.
Y yo, Pablo mismo, os ruego por la mansedumbre y bondad de Cristo; yo que estando presente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros;
Porque aunque soy rudo en la palabra, no así en el conocimiento; y en todo hemos sido enteramente manifiestos entre vosotros.
Por lo cual me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy poderoso.
Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis; pues yo debía de ser alabado por vosotros; porque en nada soy menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy.
mas sea así: Yo no fui carga a vosotros; sino que, como soy astuto, os he tomado con engaño.
Porque yo por la ley soy muerto a la ley, a fin de que viva para Dios.
Os ruego, hermanos, que seáis como yo; porque yo soy como vosotros: Ningún agravio me habéis hecho.
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me es dada esta gracia de predicar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo;
por el cual soy embajador en cadenas; para que en ellas hable osadamente, como debo hablar.
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos; que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
Para lo cual yo soy ordenado predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), maestro de los gentiles en fe y verdad.
del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y maestro de los gentiles.
más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora además, prisionero de Jesucristo.
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que ha de ser revelada:
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Yo Juan, que también soy vuestro hermano y compañero en la tribulación y en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que es llamada Patmos, por la palabra de Dios y por el testimonio de Jesucristo.
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia; a Éfeso, y a Esmirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, y a Filadelfia, y a Laodicea.
Y cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;
Y heriré a sus hijos con muerte; y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriño los riñones y los corazones; y daré a cada uno de vosotros según sus obras.
Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de nada; y no conoces que tú eres un desventurado, y miserable, y pobre, y ciego, y desnudo.
Cuanto ella se ha glorificado, y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto.
Y yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
Y me dijo: Hecho es. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente.
Y él me dijo: Mira que no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el postrero.
Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, y la estrella resplandeciente de la mañana.