Gálatas 4:6

Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre.

Romanos 5:5

y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.

Romanos 8:9

Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él.

Efesios 4:30

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención.

Filipenses 1:19

Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto se tornará para mi liberación,

Isaías 44:3-5

Porque yo derramaré aguas sobre el que tiene sed, y ríos sobre la tierra árida; derramaré mi Espíritu sobre tu linaje, y mi bendición sobre tu descendencia;

Jeremías 3:4

A lo menos desde ahora, ¿no clamarás a mí: Padre mío, guiador de mi juventud?

Jeremías 3:19

Mas yo dije: ¿Cómo he de ponerte entre los hijos, y darte la tierra deseable, la rica heredad de los ejércitos de las naciones? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí.

Mateo 6:6-9

Mas tú, cuando ores, entra en tu alcoba, y cerrada tu puerta ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará en público.

Lucas 11:2

Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Lucas 11:13

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

Juan 3:34

Porque el que Dios envió habla las palabras de Dios, pues Dios no le da el Espíritu por medida.

Juan 7:39

(Esto dijo del Espíritu Santo que habían de recibir los que creyesen en Él; porque el Espíritu Santo aún no había sido dado; porque Jesús no había sido aún glorificado.)

Juan 14:16

y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre;

Juan 15:26

Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí.

Juan 16:7

Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo me vaya; porque si yo no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

Hechos 16:7

Y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia; pero el Espíritu no se lo permitió.

Romanos 8:15-17

Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: Abba Padre.

Romanos 8:26-27

Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

1 Corintios 15:45

Y así está escrito: El primer hombre Adán fue hecho un alma viviente; el postrer Adán, un espíritu vivificante.

2 Corintios 1:22

el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

2 Corintios 3:17

Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

Efesios 1:13

En el cual también confiasteis vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación; en quien también, desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

Efesios 2:18

porque por medio de Él ambos tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Efesios 6:18

orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

Hebreos 4:14-16

Por tanto, teniendo un gran Sumo Sacerdote, que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.

1 Pedro 1:11

escudriñando cuándo o en qué punto de tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, cuando prenunciaba los sufrimientos de Cristo, y las glorias después de ellos.

Judas 1:20

Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,

Apocalipsis 19:10

Y yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)