Romanos 8:26

Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

Efesios 6:18

orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

Zacarías 12:10

Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, el espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán llanto sobre Él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre Él como quien se aflige sobre primogénito.

Mateo 20:22

Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís: ¿Podéis beber la copa que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Ellos le dijeron: Podemos.

Lucas 11:1-13

Y aconteció que estaba Él orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.

Romanos 8:15

Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: Abba Padre.

Santiago 4:3

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Salmos 6:3

Mi alma también está muy turbada; y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?

Salmos 6:9

Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración.

Salmos 10:17

El deseo de los humildes oíste, oh Jehová: Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído;

Salmos 42:1-5

«Al Músico principal: Masquil para los hijos de Coré» Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

Salmos 55:1-2

«Al Músico principal: en Neginot: Masquil de David» Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica.

Salmos 69:3

Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.

Salmos 77:1-3

«Al Músico principal: para Jedutún: Salmo de Asaf» Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y Él me escuchó.

Salmos 88:1-3

«Canción. Salmo para los hijos de Coré; al Músico principal; para cantar sobre Mahalat; Masquil de Hemán ezraíta» Oh Jehová, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti.

Salmos 102:5

Por la voz de mi gemido mis huesos se han pegado a mi carne.

Salmos 102:20

para oír el gemido de los presos, para soltar a los sentenciados a muerte;

Salmos 119:81-82

KAF. Desfallece mi alma por tu salvación, mas espero en tu palabra.

Salmos 143:4-7

Y mi espíritu se angustió dentro de mí; mi corazón está desolado.

Mateo 10:20

Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.

Lucas 22:44

Y estando en agonía, oraba más intensamente; y fue su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Juan 14:16

y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre;

Romanos 7:24

¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?

Romanos 15:1

Así que los que somos fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.

2 Corintios 5:2

Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;

2 Corintios 5:4

Porque nosotros que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.

2 Corintios 12:5-10

De tal hombre me gloriaré, mas de mí mismo no me gloriaré, sino en mis debilidades.

Gálatas 4:6

Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre.

Efesios 2:18

porque por medio de Él ambos tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Hebreos 4:15

Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas; sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Hebreos 5:2

que pueda compadecerse de los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de flaqueza;

Judas 1:20-21

Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo,

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)