Isaías 65:4
que se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de puerco, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas;
Levítico 11:7
También el puerco, aunque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo.
Isaías 66:17
Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros, los que comen carne de puerco, y abominación, y ratón; juntamente serán talados, dice Jehová.
Isaías 66:3
El que sacrifica buey, es como si matase un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que ofrece presente, como si ofreciese sangre de puerco; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque han escogido sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones,
Éxodo 23:19
Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová tu Dios. No guisarás el cabrito con la leche de su madre.
Éxodo 34:26
La primicia de los primeros frutos de tu tierra meterás en la casa de Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
Números 19:11
El que tocare el cadáver de cualquier persona, siete días será inmundo:
Números 19:16-20
Y cualquiera que en campo abierto tocare a alguno que ha sido muerto a espada, o un cuerpo muerto, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo.
Deuteronomio 14:3
Nada abominable comerás.
Deuteronomio 14:8
ni puerco; porque tiene uña hendida, mas no rumia, os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.
Deuteronomio 14:21
Ninguna cosa mortecina comeréis: al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él la comerá: o véndela al extranjero; porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
Deuteronomio 18:11
ni encantador, ni adivino, ni espiritista, ni quien consulte a los muertos.
Ezequiel 4:14
Y dije: ¡Ah Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda.
Mateo 8:28
Y cuando Él llegó a la otra ribera, a la región de los gergesenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, fieros en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.
Marcos 5:2-5
Y saliendo Él de la barca, en seguida le salió al encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo,
Lucas 8:27
Y llegando Él a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad que tenía demonios por ya mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido