Jeremías 5:5

Me iré a los grandes, y les hablaré; porque ellos conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios. Pero ellos también quebraron el yugo y rompieron las coyundas.

Jeremías 2:20

Porque desde hace mucho quebré tu yugo, y rompí tus ataduras; y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso corrías tú, oh ramera.

Salmos 2:2-3

Se levantan los reyes de la tierra, y los príncipes consultan unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo:

Jeremías 6:13

Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande de ellos, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.

Ezequiel 22:6-8

He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, estuvieron en ti para derramar sangre.

Ezequiel 22:25-29

Hay conspiración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus viudas en medio de ella.

Amós 4:1

Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres, que quebrantáis a los menesterosos, que decís a sus señores: Traed, y beberemos.

Miqueas 3:1-4

Y dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y cabezas de la casa de Israel: ¿No pertenece a vosotros saber el derecho?

Miqueas 3:11

Sus cabezas juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.

Miqueas 7:3-4

Para completar la maldad con ambas manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompensa; el grande, habla el antojo de su alma, y lo confirman.

Sofonías 3:3-5

Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana.

Malaquías 2:7

Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque él es el mensajero de Jehová de los ejércitos.

Mateo 19:23-26

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.

Lucas 18:24

Y viendo Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!

Lucas 19:14

Pero sus ciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.

Hechos 4:26-27

Se levantaron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo.

Santiago 2:5-7

Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha escogido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)