Juan 12:3

Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó de la fragancia del ungüento.

Juan 11:2

(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, era la que ungió al Señor con ungüento, y enjugó sus pies con sus cabellos.)

Lucas 7:37-38

Y he aquí, una mujer de la ciudad que era pecadora, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con ungüento,

Salmos 132:2

que juró él a Jehová, prometió al Fuerte de Jacob:

Cantares 1:3

Por el olor de tus suaves ungüentos, tu nombre es ungüento derramado, por eso las doncellas te aman.

Cantares 1:12

Mientras que el rey estaba en su reclinatorio, mi nardo dio su olor.

Cantares 4:10

¡Cuán hermosos son tus amores, hermana mía, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!

Cantares 4:13-14

Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves, de flores de alheña y nardos,

Mateo 26:6-13

Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,

Marcos 14:3-9

Y estando Él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado Él a la mesa, vino una mujer trayendo un frasco de alabastro de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y quebrando el frasco de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.

Lucas 7:46

No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta, ha ungido con ungüento mis pies.

Lucas 10:38-39

Y aconteció que yendo ellos, entró Él en una aldea; y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.

Juan 11:28

Y habiendo dicho esto, fue y llamó en secreto a María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama.

Juan 11:32

Y cuando María llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)