Proverbios 1:8

Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la ley de tu madre;

Proverbios 6:20

Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la ley de tu madre:

1 Samuel 2:25

Si un hombre pecare contra otro, el Juez le juzgará; pero si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto quitarles la vida.

Levítico 19:3

Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis sábados guardaréis: Yo Jehová vuestro Dios.

Deuteronomio 21:18-21

Cuando alguno tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere;

Proverbios 1:10

Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas.

Proverbios 1:15

Hijo mío, no andes en camino con ellos; aparta tu pie de sus veredas;

Proverbios 2:1

Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos atesorares dentro de ti,

Proverbios 3:1

Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos;

Proverbios 4:1-4

Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura.

Proverbios 5:1-2

Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia inclina tu oído;

Proverbios 7:1

Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos.

Proverbios 30:17

El ojo que escarnece a su padre, y menosprecia la enseñanza de su madre, los cuervos del valle lo saquen, y lo traguen los aguiluchos.

Proverbios 31:1

Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.

Mateo 9:2

Y he aquí, le trajeron a un paralítico echado en una cama; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, ten ánimo, tus pecados te son perdonados.

Mateo 9:22

Mas Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha salvado. Y la mujer fue sana desde aquella hora.

2 Timoteo 1:5

trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice; y estoy seguro que en ti también.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)