Proverbios 27:9

El ungüento y el perfume alegran el corazón: Y el amigo al hombre con el cordial consejo.

Éxodo 18:17-24

Entonces el suegro de Moisés le dijo: No haces bien:

Jueces 9:9

Mas la oliva respondió: ¿Tengo de dejar mi pingüe jugo, con el que por mi causa Dios y los hombres son honrados, por ir á ser grande sobre los árboles?

1 Samuel 23:16-17

Entonces se levantó Jonathán hijo de Saúl, y vino á David en el bosque, y confortó su mano en Dios.

Esdras 10:2-4

Entonces respondió Sechânías hijo de Jehiel, de los hijos Elam, y dijo á Esdras: Nosotros hemos prevaricado contra nuestro Dios, pues tomamos mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra: mas hay aún esperanza para Israel sobre esto.

Salmos 23:5

Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.

Salmos 45:7-8

Amaste la justicia y aborreciste la maldad: Por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de gozo sobre tus compañeros.

Salmos 104:15

Y el vino que alegra el corazón del hombre, Y el aceite que hace lucir el rostro, Y el pan que sustenta el corazón del hombre.

Salmos 133:2

Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y que baja hasta el borde de sus vestiduras;

Proverbios 7:17

He sahumado mi cámara Con mirra, áloes, y cinamomo.

Proverbios 15:23

Alégrase el hombre con la respuesta de su boca: Y la palabra á su tiempo, ­cuán buena es!

Proverbios 16:21

El sabio de corazón es llamado entendido: Y la dulzura de labios aumentará la doctrina.

Proverbios 16:23-24

El corazón del sabio hace prudente su boca; Y con sus labios aumenta la doctrina.

Cantares 1:3

Por el olor de tus suaves unguüentos, (Ungüento derramado es tu nombre,) Por eso las doncellas te amaron.

Cantares 3:6

¿Quién es ésta que sube del desierto como columnita de humo, Sahumada de mirra y de incienso, Y de todos polvos aromáticos?

Cantares 4:10

Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ­Cuánto mejores que el vino tus amores, Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!

Juan 12:3

Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos: y la casa se llenó del olor del ungüento.

Hechos 28:15

De donde, oyendo de nosotros los hermanos, nos salieron á recibir hasta la plaza de Appio, y Las Tres Tabernas: á los cuales como Pablo vió, dió gracias á Dios, y tomó aliento.

2 Corintios 2:15-16

Porque para Dios somos buen olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden:

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