68 Versículos de la Biblia sobre el juicio

Porque es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios: y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

Uno es el dador de la ley, que puede salvar y perder: ¿quién eres tú que juzgas á otro?

HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.

Y de la manera que está establecido á los hombres que mueran una vez, y después el juicio;

¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?

¿Y piensas esto, oh hombre, que juzgas á los que hacen tales cosas, y haces las mismas, que tú escaparás del juicio de Dios.?

Mas los cielos que son ahora, y la tierra, son conservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos.

Porque juicio sin misericordia será hecho con aquel que no hiciere misericordia: y la misericordia se gloría contra el juicio.

Que si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.

NO juzguéis, para que no seáis juzgados.

Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio;

Ahora es el juicio de este mundo: ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

Para ejecutar en ellos el juicio escrito: Gloria será esta para todos sus santos. Aleluya.

No juzguéis, y no seréis juzgados: no condenéis, y no seréis condenados: perdonad, y seréis perdonados.

Y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo es juzgado.

Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán á medir.

Porque Dios traerá toda obra á juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta, buena ó mala.

Por tanto os digo, que á la tierra de los de Sodoma será más tolerable el castigo en el día del juicio, que á ti.

Castígame, oh Jehová, mas con juicio; no con tu furor, porque no me aniquiles.

En esto es perfecto el amor con nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.

Porque es menester que todos nosotros parezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que hubiere hecho por medio del cuerpo, ora sea bueno ó malo.

Y dijo á los jueces: Mirad lo que hacéis: porque no juzguéis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros en el negocio del juicio.

Enséñame bondad de sentido y sabiduría; Porque tus mandamientos he creído.

POR lo cual eres inexcusable, oh hombre, cuaquiera que juzgas: porque en lo que juzgas á otro, te condenas á ti mismo; porque lo mismo haces, tú que juzgas.

No puedo yo de mí mismo hacer nada: como oigo, juzgo: y mi juicio es justo; porque no busco mi voluntad, mas la voluntad del que me envió, del Padre.

Porque el Padre á nadie juzga, mas todo el juicio dió al Hijo;

Alégrate, mancebo, en tu mocedad, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud; y anda en los caminos de tu corazón, y en la vista de tus ojos: mas sabe, que sobre todas estas cosas te traerá Dios á juicio.

Por tanto, nadie os juzgue en comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó de nueva luna, ó de sábados:

Y dijo Jesús: Yo, para juicio he venido á este mundo: para que los que no ven, vean; y los que ven, sean cegados.

No juzguéis según lo que parece, mas juzgad justo juicio.

Sino una horrenda esperanza de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar á los adversarios.

Los pecados de algunos hombres, antes que vengan ellos á juicio, son manifiestos; mas á otros les vienen después.

Empero el espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de nadie.

El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud: Dios de verdad, y ninguna iniquidad en él: Es justo y recto.

Y esta es la condenación: porque la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.

Justicia y juicio son el asiento de tu trono: Misericordia y verdad van delante de tu rostro.

Yo en muy poco tengo el ser juzgado de vosotros, ó de juicio humano; y ni aun yo me juzgo.

No los grandes son los sabios, Ni los viejos entienden el derecho.

La reina del Austro se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque vino de los fines de la tierra para oir la sabiduría de Salomón: y he aquí más que Salomón en este lugar.

Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor.

Toda herramienta que fuere fabricada contra ti, no prosperará; y tú condenarás toda lengua que se levantare contra ti en juicio. Esta es la heredad de los siervos de Jehová, y su justicia de por mí, dijo Jehová.

El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Y por espíritu de juicio al que se sentare en juicio, y por fortaleza á los que harán tornar la batalla hasta la puerta.

AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.

¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena á sí mismo con lo que aprueba.

Jehová el que hace justicia Y derecho á todos los que padecen violencia.

Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron á la predicación de Jonás; y he aquí más que Jonás en este lugar.

Ni tampoco de la manera que por un pecado, así también el don: porque el juicio á la verdad vino de un pecado para condenación, mas la gracia vino de muchos delitos para justificación.

¿O no sabéis que hemos de juzgar á los angeles? ¿cuánto más las cosas de este siglo?

Una demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.