53 Versículo de la Biblia sobre el sexo

El marido pague a su esposa la debida benevolencia; y asimismo la esposa a su marido.

Huid de la fornicación. Todo pecado que el hombre comete, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.

Mas para evitar fornicaciones, cada varón tenga su propia esposa, y cada mujer tenga su propio marido.

Los alimentos son para el vientre, y el vientre para los alimentos; pero tanto al uno como a los otros destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo.

Entonces Judá dijo a Onán: Entra a la esposa de tu hermano, y despósate con ella, y levanta simiente a tu hermano.

Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos.

En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno es al hombre no tocar mujer.

Y si alguno engañare a alguna doncella que no fuere desposada, y se acostare con ella, deberá dotarla y tomarla por esposa.

Y la mujer con quien el varón tuviera ayuntamiento de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la tarde.

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,

Y se enamoró de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos.

Se oye por todas partes que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la esposa de su padre.

pero si no pueden contenerse, cásense; que mejor es casarse que quemarse.

La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad.

No te echarás con varón como con mujer; es abominación.

Y cualquiera que tuviere ayuntamiento con varón como con mujer, abominación hicieron; indefectiblemente han de ser muertos; su sangre será sobre ellos.

Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza;

No os defraudéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos en ayuno y oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,

Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación; que os abstengáis de fornicación;

Y dijo al pueblo: Estad apercibidos para el tercer día; no entréis a vuestras esposas.

Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros como conviene a santos;

¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es hecho un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.

Y cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto; y mataréis a la bestia.

Y aconteció después de esto, que la esposa de su señor puso sus ojos en José, y dijo: Acuéstate conmigo.

Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez durante su impureza menstrual.

Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él; ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es depravación.

Pero tengo unas pocas cosas contra ti; que tú tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, el cual enseñaba a Balac a poner tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.

Honroso es en todo el matrimonio, y el lecho sin mancilla; mas a los fornicarios y a los adúlteros juzgará Dios.

Y sabiendo Onán que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba a la esposa de su hermano vertía en tierra, por no dar simiente a su hermano.

Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Acuéstate conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

Así le dio a Bilha su sierva por esposa; y Jacob entró a ella.

Y dieron a beber vino a su padre aquella noche; y entró la mayor, y se acostó con su padre; mas él no sintió cuando se acostó ella, ni cuando se levantó.

entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán con piedras los hombres de su ciudad, y morirá; por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre: así quitarás el mal de en medio de ti.

Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?

Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que ellos, habiéndose dado a la fornicación e ido en pos de carne extraña, fueron puestas por ejemplo; sufriendo el castigo del fuego eterno.

Haced morir, pues, vuestros miembros que están en la tierra; fornicación, impureza, pasiones desordenadas, mala concupiscencia y avaricia, que es idolatría;

La desnudez de la esposa de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano.

No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que es para destruir a los reyes.

Además, no tendrás acto carnal con la esposa de tu prójimo, contaminándote con ella.

Mas ahora os he escrito, que no os asociéis con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón, con el tal ni aun comáis.

Cualquiera que tuviere ayuntamiento con bestia, morirá.

Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, a las concupiscencias de sus corazones, a que deshonrasen entre sí sus propios cuerpos,

y de la misma manera también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, recibiendo en sí mismos la recompensa que convino a su extravío.

Ningún varón se allegue a ninguna parienta cercana, para descubrir su desnudez: Yo Jehová.

Cuando se sorprendiere alguno acostado con mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer; así quitarás el mal de Israel.

Y aconteció, morando Israel en aquella tierra, que fue Rubén y durmió con Bilha la concubina de su padre; lo cual escuchó Israel. Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:

pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y llamó su nombre JESÚS.

Y todas las niñas entre las mujeres, que no hayan conocido ayuntamiento de varón, os reservaréis vivas.