52 Versículo de la Biblia sobre las pruebas

Examinadlo todo; retened lo que fuere bueno.

sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia.

la obra de cada uno será manifestada, porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cual sea, el fuego hará la prueba.

El SEÑOR prueba al justo; pero al malo y al que ama la rapiña, su alma aborrece.

Bienaventurado el varón que padece con paciencia la tentación, porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios. Porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo.

Dije en mi corazón, en orden a la condición de los hijos de los hombres, que Dios los puede manifestar, y es para ver que ellos son bestias los unos a los otros.

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de Dios; porque Dios no puede ser tentado de los males, ni él tienta a alguno;

Porque el oído prueba las palabras, como el paladar gusta para comer.

Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído el SEÑOR tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, por probarte para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.

Hasta la hora que llegó su palabra, el dicho del SEÑOR le purificó.

Nun : Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos al SEÑOR.

sino por haber sido aprobados de Dios para que se nos encargase el Evangelio, así hablamos; no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, el cual prueba nuestros corazones.

no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque el SEÑOR vuestro Dios os prueba, para saber si amáis al SEÑOR vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.

Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,

y lo visites todas las mañanas, y todos los momentos lo pruebes?

Y éstos también sean antes probados; y así ministren, si fueren irreprensibles.

Yo sé, oh Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto; y ahora he visto con alegría que tu pueblo, que aquí se ha hallado ahora, ha dado liberalmente.

Y respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.

Mas esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer.

Estos, pues, son los gentiles que dejó el SEÑOR para probar con ellos a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán;

para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual perece, mas sin embargo es probado con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesús, el Cristo, fuere manifestado;

y la paciencia, experiencia; y la experiencia, esperanza;

Y meteré en el fuego la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: El SEÑOR es mi Dios.

Porque tú nos probaste, oh Dios; nos afinaste como se afina la plata.

Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿No os conocéis a vosotros mismos, si Jesús, el Cristo, está en vosotros? Si ya no sois reprobados.

No tentaréis al SEÑOR vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah.

Y volvían, y tentaban a Dios, y ponían límite al Santo de Israel.

Mas él conoció mi camino; me probó, y salí como oro.

Prueba, ahora, con tus siervos diez días, y dennos de las legumbres a comer, y agua a beber.

Yo soy el SEÑOR, que escudriño el corazón, que pruebo los riñones, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

Carísimos, no os maravilléis cuando seáis examinados por fuego, (lo cual se hace para vuestra prueba), como si alguna cosa peregrina os aconteciese;

Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?

El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro; y al hombre la boca del que lo alaba.

Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré al SEÑOR.

El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; mas el SEÑOR prueba los corazones.

Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has refinado, y nada inicuo hallaste; lo que pensé, no pasó mi boca.

He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.

Ciertamente el oído prueba las palabras, y el paladar gusta las viandas.

Entonces Moisés respondió al pueblo: No temáis; que por probaros vino Dios, y para que su temor esté en vuestra presencia para que no pequéis.

Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que la sequedad sea sólo en el vellón, y el rocío sobre la tierra.

Pruébame, oh SEÑOR, y sondéame; funde mis riñones y mi corazón.

Y dijo el SEÑOR a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante del SEÑOR.

Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron al SEÑOR, diciendo: ¿Está, pues, el SEÑOR entre nosotros, o no?

Y he aquí, un doctor de la ley se levantó, tentándole y diciendo: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?

El SEÑOR está en el templo de su santidad; la silla del SEÑOR está en el cielo; sus ojos ven, sus párpados prueban a los hijos de los hombres.

No hablo como quien manda, sino por experimentar la liberalidad de vuestra caridad por la solicitud de los otros.

Así que cada uno examine su obra, y entonces tendrá gloria sólo respecto de sí mismo, y no en otro.

Las palabras del SEÑOR son palabras limpias, como plata refinada en horno de tierra, colada siete veces.

Oh SEÑOR de los ejércitos, que examinas lo justo, que ves los riñones y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he descubierto mi causa.