31 Versículo de la Biblia sobre Personas esperando
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Y esperó aún otros siete días, y volvió á enviar la paloma fuera del arca.
Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más á él.
Y encontrando á Moisés y á Aarón, que estaban á la vista de ellos cuando salían de Faraón,
Y dijo á los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos á vosotros: y he aquí Aarón y Hur están con vosotros: el que tuviere negocios, lléguese á ellos.
Y Moisés les respondió: Esperad, y oiré qué mandará Jehová acerca de vosotros.
Y bajarás delante de mí á Gilgal; y luego descenderé yo á ti para sacrificar holocaustos, é inmolar víctimas pacíficas. Espera siete días, hasta que yo venga á ti, y te enseñe lo que has de hacer.
Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía á Gilgal, y el pueblo se le desertaba.
Y como llegaron los criados de David, dijeron á Nabal todas estas palabras en nombre de David, y callaron.
Todos tus enemigos abrieron sobre ti su boca, Silbaron, y rechinaron los dientes; dijeron: Devoremos: Cierto éste es el día que esperábamos; lo hemos hallado, vímoslo.
Mas cuando hubiere alguno que aborreciere á su prójimo, y lo acechare, y se levantare sobre él, y lo hiriere de muerte, y muriere, y huyere á alguna de estas ciudades;
Reúnense, escóndense, Miran ellos atentamente mis pasos, Esperando mi vida.
Los impíos me han aguardado para destruirme: Mas yo entenderé en tus testimonios.
¿Habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿habías vosotras de quedaros sin casar por amor de ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.
Mirad, yo me detendré en los campos del desierto, hasta que venga respuesta de vosotros que me dé aviso.
Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los hombres: todos acechan á la sangre; cada cual arma red á su hermano.
Oí, y tembló mi vientre; A la voz se batieron mis labios; Pudrición se entró en mis huesos, y en mi asiento me estremecí; Si bien estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus tropas.
Y el pueblo estaba esperando á Zacarías, y se maravillaban de que él se detuviese en el templo.
Y estando el pueblo esperando, y pensando todos de Juan en sus corazones, si él fuese el Cristo,
Y aconteció que volviendo Jesús, recibióle la gente; porque todos le esperaban.
Secándose los hombres á causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán á la redondez de la tierra: porque las virtudes de los cielos serán conmovidas.
Y rodeáronle los Judíos y dijéronle: ¿Hasta cuándo nos has de turbar el alma? Si tú eres el Cristo, dínos lo abiertamente.
Entonces él estuvo atento á ellos, esperando recibir de ellos algo.
Y esperándolos Pablo en Atenas, su espíritu se deshacía en él viendo la ciudad dada á idolatría.
Mas tú no los creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales han hecho voto debajo de maldición, de no comer ni beber hasta que le hayan muerto; y ahora están apercibidos esperando tu promesa.
Empero si lo que no vemos esperamos, por paciencia esperamos.
Así, que, hermanos míos, cuando os juntáis á comer, esperaos unos á otros.
Y Eliú había esperado á Job en la disputa, porque eran más viejos de días que él.
He aquí yo he esperado á vuestras razones, He escuchado vuestros argumentos, En tanto que buscabais palabras.
Yo pues he esperado, porque no hablaban, Antes pararon, y no respondieron más.