88 Versículos de la Biblia sobre Ricos, el
Versículos Más Relevantes
Y envió el SEÑOR a Natán ante David, el cual viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; mas el pobre no tenía más que una sola cordera, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado, y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija.Leer más.
Y vino uno de camino al hombre rico; y él no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar al caminante que había venido, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la aderezó para el varón que había venido. Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive el SEÑOR, que el que tal hizo es digno de muerte; y que él pagará la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo pesar. Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel varón. Así dijo el SEÑOR, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl; yo te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además de esto te di la casa de Israel y de Judá. Y si esto es poco, yo te añadiré tales y tales cosas. ¿Por qué pues tuviste en poco la palabra del SEÑOR, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías el heteo heriste a espada, y tomaste por tu mujer a su mujer, y a él mataste con la espada de los hijos de Amón. Por lo cual ahora no se apartará la espada de tu casa perpetuamente; por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías el heteo para que fuera tu mujer.
También, el Reino de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo; el cual hallado, el hombre lo encubre, y de gozo de ello va, y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. También el Reino de los cielos es semejante al hombre tratante, que busca buenas perlas; que hallando una preciosa perla, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
Por lo cual, el Reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos.
El Reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que hizo fiesta de bodas a su hijo;
Porque es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
Dijo pues: Un hombre noble se fue a una provincia lejos, para tomar para sí un reino, y volver.
Y les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había llevado muchos frutos;
Y dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de la hacienda que me pertenece; y les repartió su sustento. Y no muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, partió lejos a una provincia apartada; y allí desperdició su hacienda viviendo perdidamente.
Y dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y éste fue acusado delante de él como disipador de sus bienes.
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas inciertas, sino en el Dios viviente, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos;
Y será como el árbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo; y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará.
Alef Bienaventurado el varón que teme al SEÑOR, Bet y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Guímel Su simiente será valiente en la tierra; Dálet la generación de los rectos será bendita. He Hacienda y riquezas habrá en su casa; Vau y su justicia permanece para siempre.
El rico se enseñoreará de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta.
Las riquezas del rico son su ciudad fuerte; y el desmayo de los pobres es su pobreza.
Las riquezas del rico son la ciudad de su fortaleza, y como un muro alto en su imaginación.
y digas en tu corazón: Mi potencia y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza. Antes te acordarás del SEÑOR tu Dios; porque él te da la potencia para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como parece en este día.
Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupara miel de la peña, y aceite del pedernal fuerte; manteca de vacas y leche de ovejas, con grosura de corderos, y carneros de los hijos de Basán (fructificación); también machos cabríos, con grosura de riñones de trigo; y sangre de la uva bebiste, vino puro. Y engrosó Jesurún (el recto), y tiró coces; (te engordaste, te engrosaste, te cubriste;) y dejó al Dios que le hizo, y menospreció al Fuerte de su salud.
Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino, y el aceite, y que les multipliqué la plata y el oro con que hicieron a Baal.
Así dijo el SEÑOR: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni se alabe el valiente en su valentía, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy el SEÑOR, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra, porque estas cosas quiero, dijo el SEÑOR.
¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis calcañares me cercará? Los que confían en sus haciendas, y en la muchedumbre de sus riquezas se jactan,
¿Por qué te glorías de los valles? Tu valle se le escurrió, oh hija contumaz, la que confía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí?
Y dijo Efraín: Ciertamente yo he enriquecido, he hallado riquezas para mí; nadie hallará en mí iniquidad, ni pecado en todos mis trabajos.
Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un desventurado y miserable y pobre y ciego y desnudo;
El que confía en sus riquezas, caerá; mas los justos reverdecerán como ramos.
Los que confían en sus haciendas, y en la muchedumbre de sus riquezas se jactan,
He aquí un varón que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas; se esforzó en su maldad.
No confiéis en la violencia, ni en la rapiña no os envanezcáis; si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella.
Pues por cuanto confiaste en tus haciendas, en tus tesoros, tú también serás tomada; y Quemos saldrá en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.
Mejor es el pobre que camina en su perfección, que el de perversos caminos, aunque sea rico.
El que oprime al pobre para aumentarse él, y que da al rico, ciertamente será pobre.
Como jaula llena de pájaros, así están sus casas llenas de engaño; así se hicieron grandes y ricos. Engordaron y se pusieron lustrosos, y aún sobrepujaron hechos de maldad; no juzgaron la causa, la causa del huérfano; con todo se hicieron prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron.
Como la perdiz que hurta lo que no parió, es el que allega riquezas, y no con justicia; en medio de sus días las dejará, y en su postrimería será incipiente.
Con lo cual sus ricos se llenaron de rapiña, y sus moradores hablaron mentira, y su lengua engañosa en su boca.
Por tanto os digo: No os acongojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas? Mas ¿quién de vosotros podrá, acongojándose, añadir a su estatura un codo?Leer más.
Y por el vestido ¿por qué os acongojáis? Aprended de los lirios del campo, cómo crecen; no trabajan ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria fue vestido así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os acongojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas tenéis necesidad. Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os acongojéis por lo de mañana; que el mañana traerá su congoja: basta al día su aflicción.
Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No estéis afanosos de vuestra vida, qué comeréis; ni del cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen cillero, ni alfolí; y Dios los alimenta. ¿Cuánto de más estima sois vosotros que las aves?Leer más.
¿Y quién de vosotros podrá con su afán añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis aun lo que es menos, ¿para qué estaréis afanosos de lo demás? Considerad los lirios, cómo crecen; no labran, ni hilan; y os digo, que ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios a la hierba, que hoy está en el campo, y mañana es echada en el horno; ¿cuánto más a vosotros, los de poca fe? Vosotros, pues, no procuréis qué tengáis de comer, o qué tengáis de beber; ni andéis elevados. Porque todas estas cosas buscan los gentiles del mundo; que vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas. Mas procurad el Reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
Y les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había llevado muchos frutos; y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿qué haré, porque no tengo dónde juntar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes;Leer más.
y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Y le dijo Dios: Necio, esta noche vuelven a pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico en Dios.
¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis calcañares me cercará? Los que confían en sus haciendas, y en la muchedumbre de sus riquezas se jactan, ninguno de ellos podrá en manera alguna rescatar al hermano, ni dar a Dios propiciación por él.Leer más.
(Porque la redención de su vida es de gran precio, y no lo pueden hacer) que viva adelante para siempre, y nunca vea la sepultura. Pues se ve que mueren todos los sabios; el loco y el ignorante perecen, y dejan a otros sus riquezas. En su interior piensan que sus casas son eternas, y sus habitaciones para generación y generación; llamaron sus tierras de sus nombres. Mas el hombre no permanecerá en honra; es semejante a las bestias que son cortadas.
porque las riquezas no son para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas generaciones?
¿Y qué haréis en el día de la visitación? ¿Y a quién os acogeréis que os ayude, cuando viniere de lejos el asolamiento? ¿Y a dónde dejaréis vuestra gloria?
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. El SEÑOR dio, y el SEÑOR quitó; sea el nombre del SEÑOR bendito.
mas el que es rico, en su bajeza; porque él pasará como la flor de la hierba. Porque salido el sol con ardor, la hierba se seca, y su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todos sus caminos.
El SEÑOR es mi fortaleza, y mi canción, él me es por salud; éste es mi Dios, y a éste prepararé habitación; Dios de mi padre, y a éste ensalzaré.
Dios es el que con virtud me corrobora, y el que despeja mi camino;
El SEÑOR es mi fortaleza y mi escudo; en él esperó mi corazón, y fui ayudado; por tanto se gozó mi corazón, y con mi canción le alabaré.
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Y verán los justos, y temerán; y se reirán de él, diciendo: He aquí un varón que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas; se esforzó en su maldad.
He aquí oh Dios, salud mía; me aseguraré, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH, el SEÑOR, el cual ha sido salud para mí.
El Señor DIOS es mi fortaleza, el cual pondrá mis pies como de ciervas, y sobre mis alturas me hará andar victorioso en mis instrumentos de música.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que el rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Pero os digo, que más liviano trabajo es pasar un cable por el ojo de una aguja, que el rico entrar en el Reino de Dios. Mas sus discípulos, oyendo estas cosas, se espantaron en gran manera, diciendo: ¿Quién pues podrá ser salvo?Leer más.
Mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dice a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas! Y los discípulos se espantaron de sus palabras; mas Jesús respondiendo, les volvió a decir: ¡Hijos, cuán difícil es entrar en el Reino de Dios, los que confían en las riquezas! Más fácil es pasar un cable por el ojo de una aguja, que el rico entrar en el Reino de Dios.Leer más.
Mas ellos se espantaban más, diciendo dentro de sí: ¿Y quién podrá salvarse? Entonces Jesús mirándolos, dice: Para los hombres es imposible; mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.
Y viendo Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán dificultosamente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas! Porque más fácil cosa es entrar un cable por el ojo de una aguja, que un rico entrar al Reino de Dios. Y los que le oían, dijeron: ¿Y quién podrá ser salvo?Leer más.
Y él les dijo: Lo que es imposible para con los hombres, posible es para Dios.
Y el que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la Palabra; pero la congoja de este siglo y el engaño de las riquezas, ahogan la Palabra, y se hace infructuosa.
Y éstos son los que son sembrados entre espinas: los que oyen la palabra; pero los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias que hay en las otras cosas, entrando, ahogan la Palabra, y es hecha sin fruto.
Y la que cayó entre las espinas, éstos son los que oyeron; mas yéndose, son ahogados de los cuidados y de las riquezas y de los pasatiempos de la vida, y no llevan fruto a perfección.
Y he aquí, uno acercándose le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? Y él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, es a saber, Dios; y si quieres entrar a la vida, guarda los mandamientos. Le dice: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No cometerás homicidio. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.Leer más.
Honra al padre y a la madre. Y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Le dice el joven: Todo esto guardé desde mi juventud; ¿qué más me falta? Le dice Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Y oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Y saliendo él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna? Y Jesús le dijo: ¿Por qué me dices bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No cometas homicidio. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.Leer más.
El entonces respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes, y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu madero (si quieres ser perfecto). Mas él, entristecido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Y le preguntó un príncipe, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la vida eterna? Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino sólo Dios. Los mandamientos sabes: No cometerás homicidio; no adulterarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.Leer más.
Y él dijo: Todas estas cosas he guardado desde mi juventud. Y Jesús, oído esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oídas estas cosas, se puso muy triste, porque era muy rico.
a las cuales mataban sus compradores, y no se tenían por culpables; y el que las vendía, decía: Bendito sea el SEÑOR, porque he enriquecido; ni sus pastores tenían piedad de ellas. Por tanto, no tendré piedad más de los moradores de la tierra, dice el SEÑOR; porque he aquí, yo entregaré los hombres, cada cual en mano de su compañero, y en mano de su rey; y quebrantarán la tierra, y yo no los libraré de sus manos.
Ea, ya ahora, oh ricos, llorad aullando por vuestras miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas; vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro, y plata están corrompidos de orín, y su orín os será testimonio en contra, y comerá del todo vuestras carnes, como fuego. Habéis allegado tesoro para los postreros días.Leer más.
He aquí, el jornal de los obreros que han segado vuestras tierras (el cual por engaño no les ha sido pagado de vosotros) clama, y los clamores de los que han segado, han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.
El que oprime al pobre, afrenta a su Hacedor; mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.
El hombre pobre y robador de los pobres, es lluvia de avenida que deja sin pan.
al pobre y menesteroso oprimiere, cometiere robos, no tornare la prenda, o alzare sus ojos a los ídolos, o hiciere abominación, diere a usura, y recibiere más de lo que dio; ¿vivirá éste? No vivirá. Todas estas abominaciones hizo; de cierto morirá; su sangre será sobre él.
El pueblo de la tierra usaba de opresión, y cometía robo, y al pobre y menesteroso hacían violencia, y al extranjero oprimían sin derecho. Y busqué de ellos hombre que hiciera vallado y que se pusiera al portillo delante de mí por la tierra, para que yo no la destruyera; y no le hallé. Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el fuego de mi ira los consumí; torné el camino de ellos sobre su cabeza, dijo el Señor DIOS.
Mas vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos con tiranía, y ellos os llevan con violencia a los juzgados?
Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y habéis sido disolutos, y habéis recreado vuestros corazones como en el día de matar sacrificios.
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, el cual estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, y deseando saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.Leer más.
Y aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vio a Abraham de lejos, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama. Y le dijo Abraham: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; mas ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Y además de todo esto, una gran sima está constituida entre nosotros y vosotros, que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar a nosotros. Y dijo: Te ruego pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre; porque tengo cinco hermanos; para que les testifique, para que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dice: A Moisés y a los profetas tienen; oigan a ellos. El entonces dijo: No, padre Abraham; mas si alguno fuere a ellos de los muertos, se enmendarán. Mas él le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán, si alguno se levantare de los muertos.
¿No blasfeman ellos el buen nombre que es invocado sobre vosotros?
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan: Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.
Vosotros, pues, no procuréis qué tengáis de comer, o qué tengáis de beber; ni andéis elevados. Porque todas estas cosas buscan los gentiles del mundo; que vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas. Mas procurad el Reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.
el atesorar para sí buen fundamento para en lo por venir, que echen mano a la vida eterna.
mas encomiéndales el bien hacer, el hacerse ricos en buenas obras, el dar con facilidad, el comunicar fácilmente;
Le dice Jesús: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Entonces Jesús mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes, y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu madero (si quieres ser perfecto).
Y Jesús, oído esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
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