'Altísimo' en la Biblia
Entonces Melquisedec, Rey de Salem, el cual era sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino,
y le bendijo, y dijo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, poseedor de los cielos y de la tierra;
y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.
Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, poseedor de los cielos y de la tierra,
dijo el que oyó las palabras de Dios y entendió el conocimiento del Altísimo; el que vio la visión del Omnipotente, cayendo en éxtasis, pero con sus ojos abiertos:
Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando separó a los hijos de los hombres, estableció los términos de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
Jehová tronó desde el cielo, y el Altísimo dio su voz;
Alabaré a Jehová conforme a su justicia, y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.
Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo;
Y tronó en los cielos Jehová, y el Altísimo dio su voz; granizo y carbones encendidos.
Por cuanto el rey confía en Jehová, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.
Hay un río cuyas corrientes alegrarán la ciudad de Dios, el lugar santo de los tabernáculos del Altísimo.
Porque Jehová el Altísimo es terrible; Rey grande sobre toda la tierra.
Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo.
Me devorarían cada día mis enemigos; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.
Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me favorece.
Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?
Y dije: Enfermedad mía es ésta; traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.
Pero aún siguieron pecando contra Él, provocando al Altísimo en el desierto.
Y se acordaban que Dios era su refugio; y el Dios Altísimo su Redentor.
Mas ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, y no guardaron sus testimonios;
Yo dije: Vosotros sois dioses; y todos vosotros sois hijos del Altísimo.
Y conozcan que tu nombre es JEHOVÁ; tú solo Altísimo sobre toda la tierra.
Y de Sión se dirá: Éste y aquél nacieron en ella; y el Altísimo mismo la establecerá.
El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
Porque has puesto a Jehová, que es mi refugio, al Altísimo por tu habitación,
«Salmo: Canción para el día del sábado» Bueno es alabar a Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;
Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo.
Por cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, y aborrecieron el consejo del Altísimo.
Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
hacer apartar el derecho del hombre ante la presencia del Altísimo,
¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?
Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y habló y dijo: Sadrac, Mesac, y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac, y Abed-nego salieron de en medio del fuego.
Me ha parecido bien publicar las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.
La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la demanda: para que conozcan los vivientes que el Altísimo señorea en el reino de los hombres, y que a quien Él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.
ésta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre el rey mi señor:
Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y te harán comer hierba del campo, como a los bueyes, y con rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que entiendas que el Altísimo señorea en el reino de los hombres, y que a quien Él quiere lo da.
Y de entre los hombres te echan, y con las bestias del campo será tu morada, y como a los bueyes te apacentarán: y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo señorea en el reino de los hombres, y que a quien Él quiere lo da.
Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es eterno, y su reino por todas las edades.
El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor tu padre el reino, y la grandeza, y la gloria, y la honra.
Y fue echado de entre los hijos de los hombres; y su corazón fue puesto con las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer, como a buey, y su cuerpo fue bañado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios señorea en el reino de los hombres, y que pone sobre él a quien le place.
Después tomarán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino por siempre, eternamente y para siempre.
hasta tanto que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y vino el tiempo, y los santos poseyeron el reino.
Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo afligirá, y pensará en mudar los tiempos y la ley: y entregados serán en su mano hasta un tiempo, y tiempos, y el medio de un tiempo.
y que el reino, el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo; cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.
Se vuelven, pero no al Altísimo; son como arco engañoso; sus príncipes caerán a espada por la soberbia de su lengua; esto será su escarnio en la tierra de Egipto.
Entre tanto, mi pueblo está inclinado a rebelarse contra mí; aunque ellos invocan al Altísimo, ninguno absolutamente quiere enaltecerle.
¿Con qué me presentaré delante de Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Vendré ante Él con holocaustos, con becerros de un año?
Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tengo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.
Éste será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también lo Santo que de ti nacerá, será llamado el Hijo de Dios.
Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la faz del Señor, para preparar sus caminos;
Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando nada a cambio; y vuestro galardón será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es benigno para con los ingratos y malos.
Éste, cuando vio a Jesús, dio voces, y postrándose delante de Él, dijo a gran voz: ¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano; como el profeta dice:
Ésta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, los cuales nos enseñan el camino de salvación.
Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, el cual salió a recibir a Abraham que volvía de la matanza de los reyes, y le bendijo,