92 casos

'Asiria' en la Biblia

Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va hacia el oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto, viniendo a Asiria; y delante de todos sus hermanos cayó.

Y vino Pul rey de Asiria a la tierra; y dio Manahem a Pul mil talentos de plata para que le ayudara a confirmarse en el reino.

E impuso Manahem este dinero sobre Israel, sobre todos los poderosos de virtud; de cada varón cincuenta siclos de plata, para dar al rey de Asiria. Y el rey de Asiria se volvió, y no se detuvo allí en la tierra.

En los días de Peka rey de Israel, vino Tiglat-pileser rey de los Asirios, y tomó a Ijón, Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad, Galilea, y toda la tierra de Neftalí; y los transportó a Asiria.

Entonces Acaz envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí.

Y tomando Acaz la plata y el oro que se halló en la Casa del SEÑOR, y en los tesoros de la casa real, envió al rey de Asiria soborno.

Y le oyó el rey de Asiria; y subió el rey de Asiria contra Damasco, y la tomó, y transportó los moradores a Cirene, y mató a Rezín.

Y fue el rey Acaz a encontrar a Tiglat-pileser rey de Asiria en Damasco; y viendo el rey Acaz el altar que estaba en Damasco, envió a Urías el sacerdote el diseño y la descripción del altar, conforme a toda su hechura.

Asimismo la tienda del sábado que habían edificado en la Casa, y el pasadizo de afuera del rey, los mudó a las espaldas de la Casa del SEÑOR, por amor del rey de Asiria.

Mas el rey de Asiria halló que Oseas hacía conjuración; porque había enviado embajadores a So, rey de Egipto, y ya no daba presente al rey de Asiria, como cada año; y el rey de Asiria le detuvo, y le aprisionó en la casa de la cárcel.

Y el rey de Asiria subió por toda la tierra, y subió contra Samaria, y la cercó tres años.

En el año nueve de Oseas tomó el rey de Asiria a Samaria, y transportó a Israel a Asiria, y los puso en Halah, y en Habor, junto al río de Gozán, y en las ciudades de los Medos.

hasta tanto que el SEÑOR quitó a Israel de delante de su rostro, como lo había él dicho por mano de todos los profetas sus siervos; e Israel fue transportado de su tierra a Asiria, hasta hoy.

Y trajo el rey de Asiria gentiles de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat, y de Sefarvaim, y los puso en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel; y poseyeron a Samaria, y habitaron en sus ciudades.

Entonces dijeron ellos al rey de Asiria: Los gentiles que tú traspasaste y pusiste en las ciudades de Samaria, no saben el juicio del Dios de aquella tierra, y él ha echado leones en ellos, y he aquí los matan, porque no saben el juicio del Dios de la tierra.

Y el rey de Asiria mandó, diciendo: Llevad allí a alguno de los sacerdotes que trajisteis de allá; y vayan, y habiten allí, y les enseñen el juicio del Dios de la tierra.

Y el SEÑOR estaba con él; y en todas las cosas a que salía prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió.

Y el rey de Asiria traspuso a Israel a Asiria, y los puso en Halah, y en Habor, junto al río de Gozán, y en las ciudades de los medos:

Y a los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib rey de Asiria contra todas las ciudades fuertes de Judá, y las tomó.

Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria en Laquis: Yo he pecado; retírate de mí, y yo aceptaré todo lo que me impusieres. Entonces el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro.

Entonces rompió Ezequías las puertas del templo del SEÑOR, y los quiciales que el mismo rey Ezequías había recubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria.

Y el rey de Asiria envió a Tartán y a Rabsaris y a Rabsaces desde Laquis al rey Ezequías con un gran ejército contra Jerusalén; y subieron, y vinieron a Jerusalén. Y subieron, y vinieron, y pararon junto al conducto del estanque de arriba, que es en el camino de la heredad del lavador.

Y les dijo Rabsaces: Decid ahora a Ezequías: Así dice el gran rey, el rey de Asiria: ¿Qué confianza es ésta en la que tú confías?

Por tanto, ahora yo te ruego que des rehenes a mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si tú pudieres dar jinetes para ellos.

Y se paró Rabsaces, y clamó a gran voz en judaico, y habló, diciendo: Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria.

Y no os haga Ezequías confiar en el SEÑOR, diciendo: De cierto nos librará el SEÑOR, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria.

No oigáis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Dadme bendición, y salid a mí, y cada uno comerá de su vid, y de su higuera, y cada uno beberá las aguas de su pozo;

¿Por ventura han librado los dioses de los gentiles cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria?

E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así dijo el SEÑOR: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.

Y regresando Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo a Libna; porque había oído que se había ido de Laquis.

Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, para decir: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.

He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas, ¿y has tú de escapar?

Es verdad, oh SEÑOR, que los reyes de Asiria han destruido a los gentiles y sus tierras;

Entonces Isaías hijo de Amós envió a decir a Ezequías: Así dijo el SEÑOR, Dios de Israel: Lo que me rogaste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído.

Por tanto, el SEÑOR dice así del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella escudo, ni será echado contra ella baluarte.

Entonces Senaquerib, rey de Asiria partió, y se fue de allí y estuvo en Nínive.

Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor de mí, y por amor de David mi siervo.

En aquellos días el Faraón Necao rey de Egipto subió contra el rey de Asiria al río Eufrates, y salió contra él el rey Josías; pero aquel así que le vio, lo mató en Meguido.

En aquel tiempo envió a pedir el rey Acaz a los reyes de Asiria que le ayudaran.

Fueron, pues, correos con letras de la mano del rey y de sus príncipes por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, y decían: Hijos de Israel, volveos al SEÑOR el Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, y él se volverá al remanente que han escapado de la mano de los reyes de Asiria.

Y se juntó mucho pueblo, y taparon todas las fuentes, y también el arroyo que va por medio de la tierra, diciendo: ¿Por qué han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vinieren?

Esforzaos y confortaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda su multitud que con él viene; porque más son con nosotros que con él.

¿No os engaña Ezequías para entregaros a muerte, a hambre, y a sed, diciendo: El SEÑOR nuestro Dios nos librará de la mano del rey de Asiria?

Y el SEÑOR envió un ángel, el cual hirió a todo valiente de gran valor, y a los capitanes y a los príncipes en el campamento del rey de Asiria. Se volvió, por tanto, con vergüenza de rostro a su tierra; y entrando en la casa de su dios, allí le mataron a espada los que habían salido de sus entrañas.

Así salvó el SEÑOR a Ezequías y a los moradores de Jerusalén de las manos de Senaquerib rey de Asiria, y de las manos de todos; y los guió en cuanto a todo.

vinieron a Zorobabel, y a las cabezas de los padres, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscaremos a vuestro Dios, y a él sacrificamos desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo subir aquí.

E hicieron la fiesta de los panes ázimos siete días con alegría, por cuanto el SEÑOR los había alegrado, y había convertido el corazón del rey de Asiria a ellos, para esforzar sus manos en la obra de la Casa de Dios, del Dios de Israel.

Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte y terrible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que nos ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres, y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.

El SEÑOR hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, es a saber, al rey de Asiria.

Y acontecerá que aquel día silbará el SEÑOR a la mosca que está en el fin de los ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria.

En aquel día raerá el Señor con navaja alquilada, con los que habitan del otro lado del río, es a saber, con el rey de Asiria, cabeza y pelos de los pies; y aun la barba también quitará.

Porque antes que el niño sepa decir, Padre mío, y Madre mía, será quitada la fuerza de Damasco y los despojos de Samaria, en la presencia del rey de Asiria.

he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de río, impetuosas y muchas, es a saber, al rey de Asiria con todo su poder: el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas;

Mas acontecerá que después que el Señor hubiere acabado toda su obra en el Monte de Sion, y en Jerusalén, visitaré sobre el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y sobre la gloria de la altivez de sus ojos.

En aquel tiempo habrá camino de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios al SEÑOR.

En aquel tiempo, Israel será la tercera parte con Egipto y con Asiria, bendición en medio de la tierra.

En el año que vino Tartán a Asdod, cuando le envió Sargón rey de Asiria, y peleó contra Asdod, y la tomó.

así llevará el rey de Asiria la cautividad de Egipto, y la transmigración de Etiopía, de niños, y de viejos, desnuda, y descalza, y descubiertas las nalgas para vergüenza de Egipto.

Y dirá en aquel día el morador de esta isla: Mirad qué tal fue nuestra esperanza, donde nos acogimos por socorro, para ser libres de la presencia del rey de Asiria, ¿y cómo escaparemos?

Acontecerá también en aquel día, que habrá tañido con gran voz de shofar; y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido echados en tierra de Egipto, y adorarán al SEÑOR en el Monte santo, en Jerusalén.

Aconteció en el año catorce del rey Ezequías, que Sennaquerib rey de Asiria subió contra todas las ciudades fuertes de Judá, y las tomó.

Y el rey de Asiria envió a Rabsaces con gran ejército desde Laquis a Jerusalén al rey Ezequías; y asentó el campo a los caños de la pesquera de arriba, en el camino de la heredad del Lavador.

A los cuales dijo Rabsaces: Ahora pues, diréis a Ezequías: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es ésta en que confías?

Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor; y yo te daré dos mil caballos, si pudieres tú dar caballeros que cabalguen sobre ellos.

Entonces dijeron Eliacim, Sebna y Joa a Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en lengua de Asiria, porque nosotros la entendemos; y no hables con nosotros en lengua judaica, oyéndolo el pueblo que está sobre el muro.

Y se paró Rabsaces, y gritó a gran voz en lengua judaica, diciendo: Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria.

Ni os haga Ezequías confiar en el SEÑOR, diciendo: Ciertamente el SEÑOR nos librará; no será entregada esta ciudad en la mano del rey de Asiria.

No escuchéis a Ezequías, porque el rey de Asiria dice así: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo.

Mirad no os engañe Ezequías diciendo: El SEÑOR nos librará. ¿Libraron los dioses de los gentiles cada uno a su tierra de la mano del rey de Asiria?

Quizá oirá el SEÑOR tu Dios las palabras de Rabsaces, al cual envió el rey de Asiria su señor a blasfemar al Dios vivo, y a reprender con las palabras, que oyó el SEÑOR tu Dios; alza pues, oración tú por el remanente que aún ha quedado.

Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro Señor: Así dice el SEÑOR: No temas por las palabras, que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.

Vuelto pues Rabsaces halló al rey de Asiria, que combatía contra Libna; porque ya había oído que se había apartado de Laquis.

Diréis así a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios, en quien tú confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.

He aquí, que tú oíste lo que hicieron los reyes de Asiria a todas las tierras, como las destruyeron; ¿y escaparás tú?

Ciertamente, oh SEÑOR, los reyes de Asiria destruyeron todas las tierras, y sus comarcas;

Entonces Isaías hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: El SEÑOR Dios de Israel dice así: Acerca de lo que me rogaste sobre Senaquerib rey de Asiria,

Por tanto, así dice el SEÑOR acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; no vendrá delante de ella escudo, ni será echado sobre ella baluarte.

Entonces Senaquerib rey de Asiria partiéndose se fue, y se tornó, e hizo su morada en Nínive.

Y te libraré, y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé.

Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto? ¿Para qué bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria? ¿Para qué bebas agua del Río (Eufrates)?

¿Para qué discurres tanto, mudando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria.

Ganado descarriado ha sido Israel; leones lo amontonaron; el rey de Asiria lo devoró el primero; este Nabucodonosor rey de Babilonia lo deshuesó el postrero.

Por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo visito al rey de Babilonia y a su tierra como visité al rey de Asiria.

los de Babilonia, y todos los caldeos, mayordomos, y príncipes, y capitanes, todos los de Asiria con ellos; mancebos todos ellos de codiciar, capitanes y príncipes, todos ellos; nobles y principales, que montan a caballo todos ellos.

Harán, Cane, y Edén, los mercaderes de Seba, de Asiria, y Quilmad, fueron en tu mercadería.

No quedarán en la tierra del SEÑOR, sino que volverá Efraín a Egipto, y a Asiria, donde comerán vianda inmunda.

Y aun será él llevado a Asiria en presente al rey de Jareb; Efraín será avergonzado, e Israel será confuso de su consejo.

Como ave se moverán velozmente de Egipto, y de la tierra de Asiria como paloma; y los pondré en sus casas, dice el SEÑOR.

En ese día vendrá hasta ti desde Asiria y las ciudades fuertes, y desde las ciudades fuertes hasta el Río, y de mar a mar, y de monte a monte.

Durmieron tus pastores, oh rey de Asiria, reposaron tus valientes; tu pueblo se derramó por los montes, y no hay quien lo junte.

Porque yo los tornaré de la tierra de Egipto, y de Asiria los congregaré; y los traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, y no les bastará.

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