'Fuerte' en la Biblia
El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y que su altura llegaba hasta el cielo, y su vista por toda la tierra;
tú mismo eres, oh rey, que creciste, y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza, y ha llegado hasta el cielo, y tu señorío hasta el cabo de la tierra.
Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible, y en gran manera fuerte; la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; y era muy diferente de todas las bestias que habían sido antes de ella, y tenía diez cuernos.
y me dijo: No temas, hombre muy estimado. La paz sea contigo; sé fuerte y esfuérzate. Cuando habló conmigo, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.
Y ahora te declararé la verdad: He aquí, se levantarán tres reyes más en Persia, y un cuarto {rey} obtendrá muchas más riquezas que todos {ellos.} Cuando {éste} se haya hecho fuerte con sus riquezas, incitará a todo el {imperio} contra el reino de Grecia.
Y se hará fuerte el rey del mediodía y de sus principados y le sobrepujará, y se hará poderoso, y su señorío será grande señorío.
Vendrá pues el rey del norte, y fundará baluartes, y tomará la ciudad fuerte; y los brazos del mediodía no podrán permanecer, ni su pueblo escogido, ni habrá fortaleza que pueda resistir.
Y despertará sus fuerzas y su corazón contra el rey del mediodía con gran ejército; y el rey del mediodía se moverá a la guerra con grande y muy fuerte ejército; mas no prevalecerá, porque le harán traición.
Con halagos hará apostatar a los que obran inicuamente hacia el pacto, mas el pueblo que conoce a su Dios se mostrará fuerte y actuará.
Y actuará contra la más fuerte de las fortalezas con {la ayuda de} un dios extranjero; a los que {le} reconozcan colmará de honores, los hará gobernar sobre muchos y repartirá la tierra por un precio.
Porque gente subió a mi tierra, fuerte y sin número; sus dientes, dientes de león, y sus muelas, de león.
Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; que sobre los montes se derrama como el alba; un pueblo grande y fuerte; nunca desde el siglo fue semejante, ni después de él será jamás en años de generación en generación.
Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como fuerte pueblo aparejado para la batalla.
Y Jehová dará su voz delante de su ejército; porque muy grande es su campamento, fuerte es el que ejecuta su palabra; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿y quién podrá soportarlo?
Haced espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el flaco: Fuerte soy.
Y yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como un alcornoque; y destruí su fruto arriba, y sus raíces abajo.
y la huida perecerá del ligero, y el fuerte no esforzará su fuerza, ni el valiente librará su alma;
que da esfuerzo al despojador sobre el fuerte, y que el despojador venga contra la fortaleza.
Y el SEÑOR desató sobre el mar un fuerte viento, y hubo una tempestad tan grande en el mar que el barco estuvo a punto de romperse.
Si hubiere alguno andando con espíritu de falsedad mintiere diciendo: Yo te profetizaré de vino y de bebida fuerte; éste tal será profeta a este pueblo.
Haré de la coja un remanente, y de la perseguida una nación fuerte. Y el SEÑOR reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre.
Ahora, ¿por qué gritas tan fuerte? ¿No hay rey en ti? ¿Ha perecido tu consejero, que el dolor te aflige como a mujer de parto?
¿No eres tú desde el principio, oh SEÑOR, Dios mío, Santo mío? No moriremos oh SEÑOR, para juicio lo pusiste; y fuerte lo fundaste para castigar.
Aúlla, oh haya, porque el cedro cayó, porque los magníficos son talados. Aullad, alcornoques de Basán, porque el fuerte monte es derribado.
Porque he aquí, yo voy a levantar en la tierra un pastor que no se preocupará de la que perece, ni buscará a la descarriada, ni curará a la herida, ni sustentará a la fuerte, sino que comerá la carne de la cebada y arrancará sus pezuñas.
Porque, ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus alhajas, si primero no prendiere al hombre fuerte; y entonces saqueará su casa?
Pero viendo el viento fuerte, tuvo miedo; y comenzándose a hundir, dio voces, diciendo: Señor, sálvame.
Nadie puede saquear las alhajas del hombre fuerte entrando en su casa, si antes no atare al hombre fuerte; y entonces saqueará su casa.
porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarlo.
Y a la hora novena Jesús exclamó con fuerte voz: ELOI, ELOI, ¿LEMA SABACTANI?, que traducido significa, DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUE ME HAS ABANDONADO?
Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
Cuando el fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee.
Mas si sobreviniendo otro más fuerte que él, le venciere, le toma todas sus armas en que confiaba, y reparte sus despojos.
¿O qué rey, cuando sale al encuentro de otro rey para la batalla, no se sienta primero y delibera si con diez mil {hombres} es {bastante} fuerte como para enfrentarse al que viene contra él con veinte mil?
y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento.
Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: ¿Lázaro, ven fuera!
"El Dios de este pueblo de Israel, escogió a nuestros padres (antepasados) y engrandeció al pueblo durante su estancia en la tierra de Egipto, y con brazo fuerte los sacó de ella.
dijo con fuerte voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él dio un salto y anduvo.
Porque lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres.
antes lo que es la locura del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo que es la flaqueza del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte;
Por eso me complazco en {las} debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Y vi un fuerte ángel predicando en alta voz: ¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos?
y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como la higuera deja caer sus higos verdes al ser sacudida por un fuerte viento.
Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, vestido de una nube, y el arco del cielo estaba en su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
El templo de Dios que está en el cielo fue abierto; y el arca de su pacto se veía en su templo, y hubo relámpagos, voces y truenos, y un terremoto y una fuerte granizada.
Por lo cual en un día vendrán sus plagas, muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios es fuerte, que la juzgará.
Estando lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de aquella gran ciudad de Babilonia, aquella fuerte ciudad; porque en una hora vino tu juicio!
Y un fuerte ángel tomó una piedra como una gran muela de molino, y la echó en el mar, diciendo: Con tanto ímpetu será derribada Babilonia, aquella gran ciudad, y nunca jamás será hallada.
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