547 casos

'Hermanos' en la Biblia

Y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus hermanos.

Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos.

Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y las manos de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará.

y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.

Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó su misericordia y su verdad de mi amo, guiándome Jehová en el camino a casa de los hermanos de mi amo.

Y habitaron desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto viniendo a Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos.

Pueblos te sirvan, y naciones se inclinen a ti: Sé señor de tus hermanos, e inclínense a ti los hijos de tu madre: Malditos los que te maldijeren, y benditos los que te bendijeren.

Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?

Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos.

Entonces tomó a sus hermanos consigo, y fue tras él camino de siete días, y le alcanzó en el monte de Galaad.

Alcanzó, pues, Labán a Jacob. Y Jacob había fijado su tienda en el monte, y Labán acampó con sus hermanos en el monte de Galaad.

En quien hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tuviere tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.

Pues que has buscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todas las alhajas de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de tus hermanos, y juzguen entre nosotros.

Y dijo Jacob a sus hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano; y comieron allí sobre aquel majano.

Entonces Jacob ofreció un sacrificio en el monte y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y pasaron aquella noche en el monte.

Siquem también dijo al padre y a los hermanos de ella: Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me dijereis.

Y sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, los dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad osadamente, y mataron a todo varón.

Éstas fueron las generaciones de Jacob. José, siendo de edad de diecisiete años apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha, y con los hijos de Zilpa, esposas de su padre; y José informaba a su padre la mala fama de ellos.

Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos; y ellos vinieron a aborrecerle más todavía.

Y le respondieron sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, o te has de enseñorear sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y de sus palabras.

Y soñó aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.

Y lo contó a su padre y a sus hermanos: y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es éste que soñaste? ¿Hemos de venir yo y tu madre, y tus hermanos, a inclinarnos a ti a tierra?

Y fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.

Y dijo Israel a José: ¿No están tus hermanos apacentando las ovejas en Siquem? Ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí.

Y él le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.

Y él respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde apacientan sus ovejas.

Y aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán.

Y sucedió que, cuando llegó José a sus hermanos, ellos hicieron desnudar a José su ropa, la ropa de colores que tenía sobre sí;

Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?

Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; que nuestro hermano es nuestra carne. Y sus hermanos acordaron con él.

Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no aparece; y yo, ¿adónde iré yo?

Y aconteció en aquel tiempo, que Judá descendió de donde estaban sus hermanos, y se fue a un varón adulamita, que se llamaba Hira.

Y Judá dijo a Tamar su nuera: Quédate viuda en casa de tu padre, hasta que crezca Sela mi hijo; porque dijo: No sea que como sus hermanos también él muera. Y se fue Tamar, y moró en la casa de su padre.

Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo a Egipto.

Mas Jacob no envió a Benjamín hermano de José con sus hermanos; porque dijo: No sea acaso que le acontezca algún desastre.

Y José era el señor de la tierra; él era quien le vendía a todo el pueblo de la tierra. Y llegaron los hermanos de José y se inclinaron a él rostro a tierra.

Y José como vio a sus hermanos, los reconoció; mas hizo como que no los conocía, y les habló ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán a comprar alimentos.

José, pues, reconoció a sus hermanos; pero ellos no le reconocieron.

Y ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece.

Si sois hombres de verdad, quede preso en la casa de vuestra cárcel uno de vuestros hermanos; y vosotros id, llevad el alimento para el hambre de vuestras casas:

Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?

Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.

Y aquel varón, señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que sois hombres de verdad; dejad conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad grano para el hambre de vuestras casas, y andad,

Y llegó Judá con sus hermanos a casa de José, que aún estaba allí, y se postraron delante de él en tierra.

Te ruego, por tanto, que quede ahora tu siervo en lugar del joven por siervo de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos.

No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de conmigo a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos.

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José: ¿Vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.

Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano el que vendisteis para Egipto.

Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos: y después sus hermanos hablaron con él.

Y se oyó la noticia en la casa de Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y esto agradó a Faraón, y a sus siervos.

Y dijo Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: Cargad vuestras bestias, e id, volved a la tierra de Canaán;

Y despidió a sus hermanos, y ellos se fueron. Y él les dijo: No riñáis por el camino.

Y José dijo a sus hermanos, y a la casa de su padre: Subiré y haré saber a Faraón, y le diré: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí;

Y José vino, e hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí, están en la tierra de Gosén.

Y de los postreros de sus hermanos tomó cinco varones, y los presentó delante de Faraón.

Y Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron a Faraón: Pastores de ovejas son tus siervos, así nosotros como nuestros padres.

Entonces Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti.

La tierra de Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos hombres eficaces, ponlos por mayorales del ganado mío.

Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés como mandó Faraón.

Y alimentaba José a su padre y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, de pan, según el número de la familia.

Y los que después de ellos has engendrado, serán tuyos; por el nombre de sus hermanos serán llamados en sus heredades.

Y yo te he dado a ti una parte sobre tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.

Simeón y Leví son hermanos: Instrumentos de crueldad hay en sus habitaciones.

Judá, te alabarán tus hermanos: Tu mano en la cerviz de tus enemigos: Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.

Las bendiciones de tu padre prevalecieron más que las bendiciones de mis progenitores; hasta el término de los collados eternos serán sobre la cabeza de José y sobre la coronilla del que fue apartado de entre sus hermanos.

Y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre: solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus vacas.

Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que le hubo sepultado.

Y viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.

Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.

Y vinieron también sus hermanos, y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por tus siervos.

Y José dijo a sus hermanos: Yo moriré; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac, y a Jacob.

Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación.

Y en aquellos días aconteció que, crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y vio sus cargas: y vio a un egipcio que hería a uno de los hebreos, sus hermanos.

Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.

Y llamó Moisés a Misael, y a Elizafán, hijos de Uziel, tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a vuestros hermanos de delante del santuario fuera del campamento.

Entonces Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar y a Itamar, sus hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestras vestiduras, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación: pero dejad que vuestros hermanos, toda la casa de Israel, lamente el incendio que Jehová ha hecho.

Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestimentas, no descubrirá su cabeza, ni romperá sus vestiduras:

Y los poseeréis como herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en cuanto a vuestros hermanos los hijos de Israel, no os enseñorearéis uno sobre otro con dureza.

después que se hubiere vendido, podrá ser redimido; uno de sus hermanos podrá redimirlo;

Pero servirán con sus hermanos en el tabernáculo de la congregación, para hacer la guarda, bien que no servirán en el ministerio. Así harás de los levitas en cuanto a su ministerio.

e hizo que te acercaras a Él, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Y procuráis también el sacerdocio?

Y a tus hermanos también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, hazlos venir a ti, para que se unan contigo, y te servirán; y tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo de la congregación.

Porque he aquí yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don de Jehová, para que sirvan en el ministerio del tabernáculo de la congregación.

Y altercó el pueblo con Moisés, y hablaron diciendo: ¡Fuera bueno que nosotros hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos delante de Jehová!

Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, que estaban llorando a la puerta del tabernáculo de la congregación.

¿Por qué será quitado el nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido hijo? Danos heredad entre los hermanos de nuestro padre.

Bien dicen las hijas de Zelofehad. Ciertamente les darás posesión de una heredad entre los hermanos de su padre; y traspasarás la heredad de su padre a ellas.

y si no tuviere hermanos, daréis su herencia a los hermanos de su padre.

Y si su padre no tuviere hermanos, daréis su herencia a su pariente más cercano de su linaje, el cual la poseerá: y será a los hijos de Israel por estatuto de derecho, como Jehová mandó a Moisés.

Y respondió Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: ¿Irán vuestros hermanos a la guerra, y vosotros os quedaréis sentados aquí?

Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd las querellas entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero que está con él.

¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí hijos de gigantes.

Y manda al pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho:

Y pasamos de nuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitaban en Seir, por el camino de la llanura de Elat y de Ezión-geber. Y volvimos, y pasamos camino del desierto de Moab.

Y os mandé en aquel tiempo, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra para que la poseáis; pasaréis armados delante de vuestros hermanos los hijos de Israel, todos los valientes.

hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y hereden también ellos la tierra que Jehová vuestro Dios les ha dado al otro lado del Jordán: entonces os volveréis cada uno a su heredad que yo os he dado.

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