'Malicia' en la Biblia
Y vió Jehová que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y á quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que
Si él dijere, Bien está, paz tendrá tu siervo; mas si se enojare, sabe que la malicia es en él cosumada.
Y Jonathán le dijo: Nunca tal te suceda; antes bien, si yo entendiera ser consumada la malicia de mi padre, para venir sobre ti, ¿no había yo de descubrírtelo?
Y luego que David oyó que Nabal era muerto, dijo: Bendito sea Jehová que juzgó la causa de mi afrenta recibida de la mano de Nabal, y ha preservado del mal á su siervo; y Jehová ha tornado la malicia de Nabal sobre su propia cabeza. Después envió David á
Que yo ahora aún soy tierno rey ungido; y estos hombres, los hijos de Sarvia, muy duros me son: Jehová dé el pago al que mal hace, conforme á su malicia.
Consúmase ahora la malicia de los inicuos, y establece al justo; Pues el Dios justo prueba los corazones y los riñones.
Dales conforme á su obra, y conforme á la malicia de sus hechos: Dales conforme á la obra de sus manos, Dales su paga.
Encúbrese el odio con disimulo; Mas su malicia será descubierta en la congregación.
Y á causa de toda su malicia, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, é incensaron á dioses extraños, y á hechuras de sus manos se encorvaron.
Alza tus ojos á los altos, y ve en qué lugar no te hayas publicado: para ellos te sentabas en los caminos, como Arabe en el desierto; y con tus fornicaciones y con tu malicia has contaminado la tierra.
Circuncidaos á Jehová, y quitad los prepucios de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalem; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien apague, por la malicia de vuestras obras.
Lava de la malicia tu corazón, oh Jerusalem, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de iniquidad?
Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así nunca cesa de manar su malicia; injusticia y robo se oye en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida.
A todos tus pastores pacerá el viento, y tus enamorados irán en cautiverio: entonces te avergonzarás y te confundirás á causa de toda tu malicia.
Y en los profetas de Jerusalem he visto torpezas: cometían adulterios, y andaban en mentiras, y esforzaban las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su malicia: fuéronme todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra.
(Porque vinieron para pelear con los Caldeos, para henchirlas de cuerpos de hombres muertos, á los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues que escondí mi rostro de esta ciudad, a causa de toda su malicia:)
Toda la maldad de ellos fué en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión: por la malicia de sus obras echarélos de mi casa; no los amaré más; todos sus príncipes son desleales.
No hay cura para tu quebradura; tu herida se encrudeció: todos los que oyeron tu fama, batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu malicia?
Mas Jesús, entendida la malicia de ellos, les dice: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?
Estando atestados de toda iniquidad, de fornicación, de malicia, de avaricia, de maldad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de engaños, de malignidades;
Así que hagamos fiesta, no en la vieja levadura, ni en la levadura de malicia y de maldad, sino en ázimos de sinceridad y de verdad.
Hermanos, no seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia: empero perfectos en el sentido.
Toda amargura, y enojó, é ira, y voces, y maledicencia sea quitada de vosotros, y toda malicia:
Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca.
Porque también éramos nosotros necios en otro tiempo, rebeldes, extraviados, sirviendo á concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborrecibles, aborreciendo los unos á los otros.
Por lo cual, dejando toda inmundicia y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas vuestras almas.
DEJANDO pues toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las detracciones,
Como libres, y no como teniendo la libertad por cobertura de malicia, sino como siervos de Dios.
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