37 casos

'Ochenta' en la Biblia

Y vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec.

Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas.

Y vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo:

Y era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz a Ismael.

Y era Moisés de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron a Faraón.

Todos los contados en el ejército de Judá, ciento ochenta y seis mil cuatrocientos, por sus escuadrones, irán delante.

los contados de ellos fueron ocho mil quinientos ochenta,

Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como Él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy día soy de ochenta y cinco años;

Así quedó Moab sojuzgado aquel día bajo la mano de Israel; y reposó la tierra ochenta años.

Entonces dijo el rey a Doeg: Vuelve tú, y arremete contra los sacerdotes. Y volviéndose Doeg idumeo, arremetió contra los sacerdotes, y mató en aquel día ochenta y cinco varones que vestían efod de lino.

Y era Barzilai muy viejo, de ochenta años, el cual había dado provisión al rey cuando estaba en Mahanaim, porque era hombre muy rico.

Yo soy hoy día de edad de ochenta años, ¿podré distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Tomará gusto ahora tu siervo en lo que coma o beba? ¿Oiré más la voz de los cantores y de las cantoras? ¿Para qué, pues, sería aún tu siervo molesto a mi señor el rey?

Tenía también Salomón setenta mil que llevaban las cargas, y ochenta mil cortadores en el monte;

Y aconteció en el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, en el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, que él comenzó a edificar la casa de Jehová.

Y cuando Roboam vino a Jerusalén, juntó toda la casa de Judá y la tribu de Benjamín, ciento ochenta mil hombres guerreros escogidos, para hacer guerra a la casa de Israel, y devolver el reino a Roboam hijo de Salomón.

Y hubo gran hambre en Samaria; y la sitiaron, hasta que la cabeza de un asno era vendida por ochenta piezas de plata, y la cuarta de un cabo de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.

Y cuando ellos entraron para hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera ochenta hombres, y les dijo: Cualquiera que dejare vivo alguno de aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida será por la del otro.

Y aconteció que la misma noche salió el ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los asirios ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí, todo era cuerpos de muertos.

Y sus hermanos por todas las familias de Isacar, contados todos por sus genealogías, eran ochenta y siete mil hombres valientes en extremo.

de los hijos de Hebrón, Eliel el principal, y sus hermanos, ochenta;

Y el número de ellos con sus hermanos instruidos en música de Jehová, todos los aptos, fue doscientos ochenta y ocho.

Y contó Salomón setenta mil hombres que llevasen cargas, y ochenta mil hombres que cortasen en el monte, y tres mil seiscientos que los gobernasen.

Y señaló de ellos setenta mil cargadores, y ochenta mil canteros en la montaña, y tres mil seiscientos supervisores para hacer trabajar al pueblo.

Y cuando Roboam vino a Jerusalén, juntó la casa de Judá y de Benjamín, ciento ochenta mil hombres, guerreros escogidos, para pelear contra Israel y volver el reino a Roboam.

Tuvo también Asa ejército que traía escudos y lanzas; de Judá trescientos mil, y de Benjamín doscientos ochenta mil que traían escudos y entesaban arcos; todos eran hombres valerosos.

Después de él, el jefe Johanán, y con él doscientos ochenta mil.

Tras éste, Jozabad, y con él ciento ochenta mil apercibidos para la guerra.

Y entró tras él el sacerdote Azarías, y con él ochenta sacerdotes de Jehová, de los valientes.

y de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y con él ochenta varones;

Los varones de Belén y de Netofa, ciento ochenta y ocho.

Todos los levitas en la santa ciudad fueron doscientos ochenta y cuatro.

para mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, y el esplendor de su gloriosa majestad, por muchos días, ciento ochenta días.

Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, y las doncellas sin número:

que venían unos hombres de Siquem y de Silo y de Samaria, ochenta hombres, raída la barba, y rotas las ropas, y arañados y traían en sus manos ofrenda y perfume para llevar a la casa de Jehová.

Reina Valera Gómez (© 2010)