'Pide' en la Biblia
Si alguno pide {prestado un animal} a su vecino, y {el animal} sufre daño o muere en ausencia de su dueño, hará completa restitución.
Ahora, pues, Israel, ¿qué pide el SEÑOR tu Dios de ti, sino que temas al SEÑOR tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma;
Y ella dijo: Una pequeña petición pretendo de ti; no me hagas volver mi rostro. Y el rey le dijo: Pide, madre mía, que yo no te haré volver el rostro.
El rey Salomón respondió, y dijo a su madre: ¿Por qué pides a Abisag sunamita para Adonías? Pide para él también el reino, pues es mi hermano mayor, y con él están el sacerdote Abiatar y Joab, hijo de Sarvia.
Y se le apareció el SEÑOR a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quisieres que yo te dé.
Y todos los ancianos y todo el pueblo le respondieron: No le oigas, ni hagas lo que te pide.
Y cuando pasaron, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieres que haga por ti, antes que sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble medida de tu espíritu sea sobre mí.
Y él le dijo: Ve, y pide para ti vasos prestados de todos tus vecinos, vasos vacíos, no pocos.
Aquella noche Dios se apareció a Salomón y le dijo: Pide lo que {quieras que} yo te dé.
Su mujer Zeres y todos sus amigos le dijeron: Haz que se prepare una horca de cincuenta codos de alto, y por la mañana pide al rey que ahorquen a Mardoqueo en ella; entonces ve gozoso con el rey al banquete. Y el consejo agradó a Amán, e hizo preparar la horca.
Porque el que pide cuentas de la sangre {derramada,} se acuerda de ellos; no olvida el clamor de los afligidos.
El impío pide prestado y no paga, mas el justo es compasivo y da.
Desde el otoño, el perezoso no ara, pide en la cosecha, y no hay nada.
Pide para ti señal del SEÑOR tu Dios, demandándola en lo profundo, o arriba en lo alto.
Oh hombre, él te ha declarado qué sea lo bueno, y qué pide de ti el SEÑOR: solamente hacer juicio recto, y amar misericordia, y humillarte para andar con tu Dios.
Para el mal las dos manos son diestras. El príncipe pide, y {también} el juez, una recompensa; el grande habla de lo que desea su alma, y juntos lo traman.
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: ``Pide ahora instrucción a los sacerdotes:
Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que toca, se le abre.
¿O qué hombre hay entre vosotros que {si} su hijo le pide pan, le dará una piedra,
o si le pide un pescado, le dará una serpiente?
Y gimiendo de su espíritu, dice: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que toca, es abierto.
O suponed que a uno de vosotros que es padre, su hijo le pide pan; ¿acaso le dará una piedra? O si {le pide} un pescado; ¿acaso le dará una serpiente en lugar del pescado?
O si le pide un huevo; ¿acaso le dará un escorpión?
Y si no, cuando el otro todavía está lejos, le envía una delegación y pide condiciones de paz.
Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles.