43 casos

'Que' en la Biblia

¿Que me bese con los besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino.

Llévame en pos de ti {y} corramos {juntos.} El rey me ha conducido a sus cámaras. Nos regocijaremos y nos alegraremos en ti, exaltaremos tu amor más que el vino. Con razón te aman.

No os fijéis en que soy morena, porque el sol me ha quemado. Los hijos de mi madre se enojaron conmigo; me pusieron a guardar las viñas, {y} mi propia viña no guardé.

Dime, amado de mi alma: ¿Dónde apacientas {tu rebaño}? ¿Dónde {lo} haces descansar al mediodía? ¿Por qué he de ser yo como una que se cubre con velo junto a los rebaños de tus compañeros?

Bolsita de mirra es mi amado para mí, que reposa toda la noche entre mis pechos.

Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, por las gacelas o por las ciervas del campo, que no levantéis ni despertéis a {mi} amor, hasta que quiera.

Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas que arruinan las viñas, pues nuestras viñas están en flor.

Hasta que sople {la brisa} del día y huyan las sombras, vuelve, amado mío, y sé semejante a una gacela o a un cervatillo sobre los montes de Beter.

En mi lecho, por las noches, he buscado al que ama mi alma; lo busqué, mas no lo hallé.

``Me levantaré ahora, y andaré por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma." Lo busqué, mas no lo hallé.

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, {y les dije:} `` ¿Habéis visto al que ama mi alma?"

Apenas los había pasado cuando hallé al que ama mi alma; lo agarré y no quise soltarlo, hasta que lo introduje en la casa de mi madre y en la alcoba de la que me concibió.

Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, por las gacelas o por las ciervas del campo, que no levantéis ni despertéis a {mi} amor, hasta que quiera.

¿Qué es esoQuién es ésta}>> que sube del desierto como columnas de humo, con perfume de mirra e incienso, con todos los polvos aromáticos del mercader?

Cuán hermosa eres, amada mía. Cuán hermosa eres. Tus ojos son {como} palomas detrás de tu velo; tu cabellera, como rebaño de cabras que descienden del monte Galaad.

Tus dientes son como rebaño de ovejas trasquiladas que suben del lavadero, todas tienen mellizas, y ninguna de ellas ha perdido su cría.

Tus dos pechos, como dos crías mellizas de gacela, que pacen entre lirios.

Hasta que sople {la brisa} del día y huyan las sombras, me iré al monte de la mirra y al collado del incienso.

¿Cuán hermosos son tus amores, hermana mía, esposa {mía!} ¿Cuánto mejores tus amores que el vino, y la fragancia de tus ungüentos que todos los bálsamos!

{Tú eres} fuente de huertos, pozo de aguas vivas, y corrientes {que fluyen} del Líbano.

Despierta, {viento del} norte, y ven, {viento del} sur; haced que mi huerto exhale {fragancia}, que se esparzan sus aromas. Entre mi amado en su huerto y coma sus mejores frutas.

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, me golpearon {y} me hirieron; me quitaron de encima mi chal los guardas de las murallas.

Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén, si encontráis a mi amado, ¿qué le habéis de decir? Que estoy enferma de amor.

¿Qué clase de amado es tu amado, oh la más hermosa de las mujeres? ¿Qué clase de amado es tu amado, que así nos conjuras?

Sus mejillas, como eras de bálsamo, {como} riberas de hierbas aromáticas; sus labios son lirios que destilan mirra líquida.

¿Adónde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de las mujeres? ¿Adónde se ha dirigido tu amado, para que lo busquemos contigo?

Aparta de mí tus ojos, porque ellos me han confundido; tu cabellera es como rebaño de cabras que descienden de Galaad.

Tus dientes son como rebaño de ovejas que suben del lavadero, todas tienen mellizas, y ninguna de ellas ha perdido su cría.

{pero} sin igual es mi paloma, mi perfecta, es la {hija} única de su madre, la preferida de la que la dio a luz. Las doncellas la vieron y la llamaron bienaventurada, {también} las reinas y las concubinas, y la alabaron, {diciendo:}

`` ¿Quién es ésta que se asoma como el alba, hermosa como la luna llena, refulgente como el sol, imponente como {escuadrones} abanderados?"

Sin que me diera cuenta, mi alma me colocó {sobre} los carros de mi noble pueblo.

Regresa, regresa, oh Sulamita; regresa, regresa, para que te contemplemos. ¿Por qué habéis de contemplar a la Sulamita, como en la danza de los dos coros?

Tu ombligo, {como} una taza redonda que nunca le falta vino mezclado; tu vientre como montón de trigo cercado de lirios.

Tu cuello, como torre de marfil, tus ojos, {como} los estanques en Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; tu nariz, {como} la torre del Líbano que mira hacia Damasco.

¿Qué hermosa y qué encantadora eres, amor {mío}, con {todos} tus encantos!

y tu paladar como el mejor vino! Entra suavemente {el vino} en mi amado, {como} fluye por los labios de los que se duermen.

Las mandrágoras han exhalado su fragancia, y a nuestras puertas hay toda clase de {frutas} escogidas, tanto nuevas como añejas, que he guardado, amado mío, para ti.

Te llevaría {y} te introduciría en la casa de mi madre, que me enseñaba; te daría a beber vino sazonado del zumo de mis granadas.

¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo del manzano te desperté; allí tu madre tuvo dolores de parto por ti, allí tuvo dolores de parto, {y} te dio a luz.

Tenemos una hermana pequeña, y todavía no tiene pechos; ¿qué haremos por nuestra hermana el día en que sea pedida?

Mi viña, que es mía, está a mi disposición; los mil {siclos} son para ti, Salomón, y doscientos, para los que guardan su fruto.

Oh tú, que moras en los huertos, {mis} compañeros están atentos a tu voz; déjame que la oiga.

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso