'Se' en la Biblia
(Compuestas por el orden alfabético Hebreo) Alef: ¡Cómo está sentada sola la Ciudad antes populosa! La grande entre las naciones se ha vuelto como viuda, la princesa de provincias es hecha tributaria.
Bet: Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas; no tiene quien la consuele de todos sus amadores; todos sus amigos le faltaron, se le volvieron enemigos.
Guímel: Se fue Judá en cautiverio, a causa de la aflicción y de la grandeza de servidumbre. Ella mora entre los gentiles, y no halla descanso. Todos sus perseguidores la alcanzaron entre estrechuras.
Sus adversarios se han convertido en sus amos, sus enemigos prosperan, porque el SEÑOR la ha afligido por la multitud de sus transgresiones; sus niños han ido cautivos delante del adversario.
Vau: Se fue de la hija de Sion toda su hermosura; sus príncipes fueron como ciervos que no hallan pasto, y anduvieron sin fortaleza delante del perseguidor.
Zain: Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien le ayudara, entonces se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, y de todas sus cosas deseables que tuvo desde los tiempos antiguos; la miraron los enemigos, y escarnecieron de sus sábados.
Pecado cometió Jerusalem; por lo cual ella ha sido removida: Todos los que la honraban la han menospreciado, porque vieron su vergüenza; Y ella suspira, y se vuelve atrás.
Tet: Sus inmundicias están en sus faldas; no se acordó de su postrimería; por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, no tiene consolador. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.
Mem: Desde lo alto envió fuego en mis huesos, el cual se enseñoreó; extendió red a mis pies, me tornó atrás, me puso asolada, y que siempre tenga dolor.
Ayin: Por esta causa yo lloro; mis ojos, mis ojos fluyen aguas; porque se alejó de mí el consolador que dé reposo a mi alma. Mis hijos son destruidos, porque el enemigo prevaleció.
Sion extiende sus manos, no hay quien la consuele. El SEÑOR ha ordenado contra Jacob que los que lo rodean sean sus adversarios; Jerusalén se ha vuelto cosa inmunda en medio de ellos.
Mira, oh SEÑOR, que estoy angustiada; hierven mis entrañas, mi corazón se revuelve dentro de mí, porque he sido muy rebelde. En la calle la espada {me} deja sin hijos, en la casa es como la muerte.
Sin: Oyeron que gemía, y no hay consolador para mí. Todos mis enemigos han oído mi mal, se alegraron porque tú lo hiciste. Trajiste el día que señalaste, mas serán como yo.
Alef: ¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sion! Derribó del cielo a la tierra la hermosura de Israel, y no se acordó del estrado de sus pies en el día de su ira.
Guímel: Cortó con la ira de su furor todo el cuerno de Israel; hizo volver atrás su diestra delante del enemigo; y se encendió en Jacob como llama de fuego que ha devorado alrededor.
Se ha vuelto el Señor como enemigo: ha devorado a Israel, ha devorado todos sus palacios, ha destruido sus fortalezas y ha multiplicado en la hija de Judá el lamento y el duelo.
Y violentamente arrancó su tabernáculo como de un huerto, destruyó el lugar donde se congregaban; Jehová ha hecho olvidar las fiestas solemnes y los sábados en Sión, y en el ardor de su ira ha desechado al rey y al sacerdote.
El SEÑOR ha rechazado su altar, ha despreciado su santuario; ha entregado en manos del enemigo los muros de sus palacios. Gritos se han dado en la casa del SEÑOR como en día de fiesta solemne.
Chet: El SEÑOR determinó destruir el muro de la hija de Sion; extendió el cordel, no retrajo su mano de destruir; se enlutó el antemuro y el muro; fueron destruidos juntamente.
Se han hundido en la tierra sus puertas, El ha destruido y quebrado sus cerrojos. Su rey y sus príncipes están entre las naciones; {ya} no hay ley; tampoco sus profetas hallan visión del SEÑOR.
Yod: Se sentaron en tierra, callaron los ancianos de la hija de Sion; echaron polvo sobre sus cabezas, se ciñieron de cilicio; las hijas de Jerusalén bajaron sus cabezas a tierra.
Caf: Mis ojos desfallecieron de lágrimas, rugieron mis entrañas, mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, desfalleciendo el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.
El SEÑOR ha hecho lo que se propuso, ha cumplido su palabra que había ordenado desde tiempos antiguos; ha derribado sin perdonar, ha hecho que se alegre el enemigo sobre ti, ha exaltado el poder de tus adversarios.
Ha hecho que se consuman mi carne y mi piel, ha quebrado mis huesos.
Vau: Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien.
Digo, pues: ``Se me acabaron las fuerzas, Y mi esperanza {que venía} del SEÑOR."
Ciertamente {lo} recuerda y se abate mi alma dentro de mí.
Yod: Se sentará solo, y callará, porque lo llevó sobre sí.
Yod: Dará la mejilla al que le hiriere; se llenará de afrenta.
Cof: Antes si afligiere, también se compadecerá según la multitud de sus misericordias.
Sin: Los dichos de los que se levantaron contra mí, y su designio contra mí todo el día.
Se sienten o se levanten, míra{los}, yo soy el objeto de su copla.
Alef: ¡Cómo se ha oscurecido el oro! ¡Cómo el buen oro se ha demudado! Las piedras del Santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles.
Aun los chacales dan las ubres, dan de mamar a sus crías; {pero} la hija de mi pueblo se ha vuelto cruel como los avestruces en el desierto.
Dálet: La lengua del niño de pecho, de sed se pegó a su paladar; los cachorros pidieron pan, y no hubo quien lo partiere.
He: Los que comían delicadamente, asolados fueron en las calles. Los que se criaron en carmesí, abrazaron los estiércoles.
Vau: Y se aumentó la iniquidad de la hija de mi pueblo más que el pecado de Sodoma, que fue trastornada en un momento, y no asentaron sobre ella compañías.
Más negro que el hollín es su aspecto, no se les reconoce por las calles; se ha pegado su piel a sus huesos, se ha marchitado, se ha vuelto como madera.
Más dichosos son los que mueren a espada que los que mueren de hambre, que se consumen, extenuados, por falta de los frutos de los campos.
¿Apartaos! ¡Inmundos! gritaban de sí mismos. ¿Apartaos, apartaos, no toquéis! Así que huyeron y vagaron; entre las naciones se decía: No seguirán residiendo {entre nosotros.}
Tsade: Cazaron nuestros pasos, que no anduviéramos por nuestras calles. Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días; porque nuestro fin vino.
Se ha completado {el castigo} de tu iniquidad, hija de Sion: no volverá El a desterrarte; {mas} castigará tu iniquidad, hija de Edom; pondrá al descubierto tus pecados.
Nuestra heredad se ha vuelto a extraños, nuestras casas a forasteros.
Siervos se enseñorearon de nosotros; no hubo quien nos librara de su mano.
Nuestra piel se ennegreció como un horno a causa del ardor del hambre.
Los ancianos se han apartado de las puertas, los jóvenes de su música.
Cesó el gozo de nuestro corazón; nuestro corro se tornó en luto.
Por esto fue entristecido nuestro corazón, por esto se entenebrecieron nuestro ojos,
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