37 Bible Verses about las limitaciones

No gloriándonos fuera de nuestra medida en trabajos ajenos; mas teniendo esperanza del crecimiento de vuestra fe, que seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme á nuestra regla.

Nosotros empero, no nos gloriaremos fuera de nuestra medida, sino conforme á la medida de la regla, de la medida que Dios nos repartió, para llegar aun hasta vosotros.

Ciertamente sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti: Tú le pusiste términos, de los cuales no pasará.

¿Alcanzarás tú el rastro de Dios? ¿Llegarás tú á la perfección del Todopoderoso?

Detiene sus dichos el que tiene sabiduría: De prudente espíritu es el hombre entendido.

Cuando ponía á la mar su estatuto, Y á las aguas, que no pasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra;

A toda perfección he visto fin: Ancho sobremanera es tu mandamiento.

Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de los habitación de ellos;

Grande es el Señor nuestro, y de mucha potencia; Y de su entendimiento no hay número.

La sabiduría fortifica al sabio más que diez poderosos la ciudad en que fueron.

Tú estableciste todos los términos de la tierra: El verano y el invierno tú los formaste.

Y establecí sobre ella mi decreto, Y le puse puertas y cerrojo,

Esto reduciré á mi corazón, por lo cual esperaré.

Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla: porque no da Dios el Espíritu por medida.

Porque á la mano derecha y á la mano izquierda has de crecer; y tu simiente heredará gentes, y habitarán las ciudades asoladas.

¿Quién será aquel que diga, que vino algo que el Señor no mandó?

Nuestra piel se ennegreció como un horno A causa del ardor del hambre.

Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga bien y nunca peque.

Bueno es Jehová á los que en él esperan, al alma que le buscare.

Humana cosa digo, por la flaqueza de vuestra carne: que como para iniquidad presentasteis vuestros miembros á servir á la inmundicia y á la iniquidad, así ahora para santidad presentéis vuestros miembros á servir á la justicia.

Oscura más que la negrura es la forma de ellos; no los conocen por las calles: Su piel está pegada á sus huesos, seca como un palo.

Es por la misericordia de Jehová que no somos consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.

Y Moisés dijo á Jehová: El pueblo no podrá subir al monte de Sinaí, porque tú nos has requerido diciendo: Señala términos al monte, y santifícalo.

Subirá rompedor delante de ellos; romperán y pasarán la puerta, y saldrán por ella: y su rey pasará delante de ellos, y á la cabeza de ellos Jehová.

Y conocer el amor de Cristo, que excede á todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Bueno es esperar callando en la salud de Jehová.

Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.

Y volvían, y tentaban á Dios, Y ponían límite al Santo de Israel.

Y en los días de estos reyes, levantará el Dios del cielo un reino que nunca jamás se corromperá: y no será dejado á otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y consumirá todos estos reinos, y él permanecerá para siempre.

Y de esta manera me esforcé á predicar el evangelio, no donde antes Cristo fuese nombrado, por no edificar sobre ajeno fundamento:

Mas mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero á los que son flacos.

No te des priesa con tu boca, ni tu corazón se apresure á proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra: por tanto, sean pocas tus palabras.

El cercó con término la superficie de las aguas, Hasta el fin de la luz y las tinieblas.

Nuestros padres pecaron, y son muertos; Y nosotros llevamos sus castigos.

Hijo del hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho el Señor Jehová: Por cuanto se enalteció tu corazón y dijiste: Yo soy un dios; en la silla de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios); y has puesto tu corazón como corazón

MEM. ­Cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.

Entonces Pedro, llegándose á él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré á mi hermano que pecare contra mí? ¿hasta siete?