'Sus' en la Biblia
que Él había prometido antes por sus profetas en las Santas Escrituras,
Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; antes se envanecieron en sus discursos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, a las concupiscencias de sus corazones, a que deshonrasen entre sí sus propios cuerpos,
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza;
el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
mostrando ellos, la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y sus pensamientos, acusándose o aun excusándose unos a otros,
Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan, veneno de áspides hay debajo de sus labios;
sus pies, prestos para derramar sangre;
destrucción y miseria hay en sus caminos;
No hay temor de Dios delante de sus ojos.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en sus concupiscencias;
(aunque aún no habían nacido sus hijos, ni habían hecho bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras de la ley sino por el que llama),
Mas digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y sus palabras hasta los confines de la tierra.
Sus ojos sean oscurecidos para que no vean, y agóbiales su espalda siempre.
Y éste es mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.
¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!
Pues les pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos partícipes de sus bienes espirituales, deben también ellos servirles en los carnales.
que pusieron sus cuellos por mi vida; a los cuales doy gracias, no sólo yo, sino también todas las iglesias de los gentiles.
Porque los tales, no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres; y con palabras suaves y lisonjas engañan los corazones de los simples.