'Ten' en la Biblia
Y {Dios} dijo a Abram: Ten por cierto que tus descendientes serán extranjeros en una tierra que no es suya, donde serán esclavizados y oprimidos cuatrocientos años.
entonces ten cuidado, no sea que te olvides del SEÑOR que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.
y {le} diréis así: ``Ten una larga vida, paz para ti, paz para tu casa y paz para todo lo que tienes.
Y ahora, ten a bien bendecir la casa de tu siervo, a fin de que permanezca para siempre delante de ti; porque tú, oh Señor DIOS, has hablado y con tu bendición será bendita para siempre la casa de tu siervo.
Porque el día que salgas y pases el torrente Cedrón, ten por cierto que sin duda morirás; tu sangre recaerá sobre tu cabeza.
Entonces el rey envió a llamar a Simei y le dijo: ¿No te hice jurar por el SEÑOR y te advertí seriamente, diciendo: ``El día que salgas y vayas a cualquier parte, ten por seguro que ciertamente morirás"? Y tú me dijiste: ``La palabra que he oído es buena."
Y ahora, ten a bien bendecir la casa de tu siervo, a fin de que permanezca para siempre delante de ti; porque tú, SEÑOR, {la} has bendecido, y es bendecida para siempre.
Y ordené a los levitas que se purificaran y que vinieran a guardar las puertas para santificar el día de reposo. {Por} esto también acuérdate de mí, Dios mío, y ten piedad de mí conforme a la grandeza de tu misericordia.
{Ten cuidado,} no sea que el furor te induzca a burlarte; no dejes que la grandeza del rescate te extravíe.
Ten cuidado, no te inclines al mal; pues has preferido éste a la aflicción.
Para el director del coro; para instrumentos de cuerda. Salmo de David.Cuando clamo, respóndeme, oh Dios de mi justicia. En la angustia me has aliviado; ten piedad de mí, escucha mi oración.
Ten piedad de mí, SEÑOR, pues languidezco; sáname, SEÑOR, porque mis huesos se estremecen.
Oh SEÑOR, ten piedad de mí; mira mi aflicción {por causa} de los que me aborrecen, tú que me levantas de las puertas de la muerte;
Mas yo en mi integridad andaré; redímeme, y ten piedad de mí.
Escucha, oh SEÑOR, mi voz cuando clamo; ten piedad de mí, y respóndeme.
Escucha, oh SEÑOR, y ten piedad de mí; oh SEÑOR, sé tú mi socorro.
Ten piedad de mí, oh SEÑOR, porque estoy en angustia; se consumen de sufrir mis ojos, mi alma y mis entrañas.
Ten a bien, oh SEÑOR, libertarme; apresúrate, SEÑOR, a socorrerme.
Yo dije: Oh SEÑOR, ten piedad de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado.
Pero tú, oh SEÑOR, ten piedad de mí y levántame, para que yo les pague {como se merecen.}
Para el director del coro. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, el profeta Natán lo visitó.Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a lo inmenso de tu compasión, borra mis transgresiones.
Para el director del coro; según la tonada de La paloma silenciosa de los que están lejos. Mictam de David cuando los filisteos lo prendieron en Gat.Ten piedad de mí, oh Dios, porque el hombre me ha pisoteado; me oprime combatiéndome todo el día.
Para el director del coro; {según tonada de} No destruyas. Mictam de David, en la cueva, cuando huía de Saúl.Ten piedad de mí, oh Dios, ten piedad de mí, porque en ti se refugia mi alma; en la sombra de tus alas me ampararé hasta que la destrucción pase.
Ten piedad de mí, oh Señor, porque a ti clamo todo el día.
Supliqué tu favor con todo {mi} corazón; ten piedad de mí conforme a tu promesa.
Ten piedad de nosotros, oh SEÑOR, ten piedad de nosotros, porque muy hartos estamos de desprecio.
y dile: ``Estate alerta, y ten calma; no temas ni desmaye tu corazón ante estos dos cabos de tizones humeantes, a causa de la ira encendida de Rezín de Aram y del hijo de Remalías.
Oh SEÑOR, ten piedad de nosotros; en ti hemos esperado. Sé nuestra fortaleza cada mañana, también nuestra salvación en tiempo de angustia.
Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado. Y al instante la mujer quedó sana.
Al irse Jesús de allí, dos ciegos le siguieron, gritando y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada.
Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.
Entonces el siervo cayó postrado ante él, diciendo: ``Ten paciencia conmigo y todo te lo pagaré."
Entonces su consiervo, cayendo {a sus pies,} le suplicaba, diciendo: ``Ten paciencia conmigo y te pagaré."
Y he aquí, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba, gritaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
Y la gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
Y muchas veces lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos.
Y cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
Y gritando, dijo: ``Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en esta llama."
y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros!
Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ``Dios, ten piedad de mí, pecador."
Entonces gritó, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Y los que iban delante lo reprendían para que se callara; pero él gritaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
Y él le dijo: ``Bien hecho, buen siervo, puesto que has sido fiel en lo muy poco, ten autoridad sobre diez ciudades."
A la noche siguiente se le apareció el Señor y le dijo: Ten ánimo, porque como has testificado fielmente de mi causa en Jerusalén, así has de testificar también en Roma.
La fe que tú tienes, ten{la} conforme a tu propia convicción delante de Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza; persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan.