35 casos

'Tú' en la Biblia

que estén atentos tus oídos y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que yo hago ahora delante de ti día y noche por los hijos de Israel tus siervos, confesando los pecados que los hijos de Israel hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.

Hemos procedido perversamente contra ti y no hemos guardado los mandamientos, ni los estatutos, ni las ordenanzas que mandaste a tu siervo Moisés.

Acuérdate ahora de la palabra que ordenaste a tu siervo Moisés, diciendo: {``Si} sois infieles, yo os dispersaré entre los pueblos;

Te ruego, oh Señor, que tu oído esté atento ahora a la oración de tu siervo y a la oración de tus siervos que se deleitan en reverenciar tu nombre; haz prosperar hoy a tu siervo, y concédele favor delante de este hombre. Era yo entonces copero del rey.

y el rey me dijo: ¿Por qué está triste tu rostro? no estás enfermo; eso no es más que tristeza de corazón. Entonces tuve mucho temor,

y respondí al rey: Si le place al rey, y si tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los sepulcros de mis padres, para que yo la reedifique.

Entonces el rey me dijo, estando la reina sentada junto a él: ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y le agradó al rey enviarme, y yo le di un plazo fijo.

En ella estaba escrito: Se ha oído entre las naciones, y Gasmu dice, que y los judíos estáis tramando rebelaros; por eso reedificas la muralla. Y según estos informes vas a ser su rey.

Entonces le envié {un mensaje,} diciendo: No han sucedido esas cosas que dices, sino que las estás inventando en tu corazón.

Entonces los levitas, Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías {y} Petaías, dijeron: Levantaos, bendecid al SEÑOR vuestro Dios por siempre y para siempre. Sea bendito tu glorioso nombre y exaltado sobre toda bendición y alabanza.

eres el SEÑOR Dios que escogiste a Abram, lo sacaste de Ur de los Caldeos y le diste por nombre Abraham.

Hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste con él un pacto para dar{le} la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia. Y has cumplido tu palabra, porque eres justo.

viste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y escuchaste su clamor junto al mar Rojo.

Les proveíste pan del cielo para su hambre, les sacaste agua de la peña para su sed, y les dijiste que entraran a poseer la tierra que habías jurado darles.

Rehusaron escuchar, y no se acordaron de las maravillas que hiciste entre ellos; endurecieron su cerviz y eligieron un jefe para volver a su esclavitud en Egipto. Pero eres un Dios de perdón, clemente y compasivo, lento para la ira y abundante en misericordia, y no los abandonaste.

Ni siquiera cuando se hicieron un becerro de metal fundido y dijeron: ``Este es tu Dios que te sacó de Egipto", y cometieron grandes blasfemias,

, en tu gran compasión, no los abandonaste en el desierto; la columna de nube no los dejó de día, para guiarlos en el camino, ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde debían andar.

Y entraron los hijos y poseyeron la tierra. Y sometiste delante de ellos a los habitantes de la tierra, a los cananeos, y los entregaste en su mano, con sus reyes y los pueblos de la tierra, para hacer con ellos como quisieran.

Y capturaron ciudades fortificadas y una tierra fértil. Tomaron posesión de casas llenas de toda cosa buena, cisternas excavadas, viñas y olivares, y árboles frutales en abundancia. Y comieron, se saciaron, engordaron y se deleitaron en tu gran bondad.

Entonces los entregaste en mano de sus enemigos, que los oprimieron, pero en el tiempo de su angustia clamaron a ti, y escuchaste desde el cielo, y conforme a tu gran compasión les diste libertadores que los libraron de mano de sus opresores.

Pero cuando tenían descanso, volvían a hacer lo malo delante de ti; por eso los abandonabas en mano de sus enemigos para que los dominaran; y cuando clamaban de nuevo a ti, oías desde el cielo y muchas veces los rescataste conforme a tu compasión.

Los amonestaste para que volvieran a tu ley, pero ellos obraron con soberbia y no escucharon tus mandamientos, sino que pecaron contra tus ordenanzas, las cuales si el hombre las cumple, por ellas vivirá. Y dieron la espalda en rebeldía, endurecieron su cerviz y no escucharon.

Pero en tu gran compasión no los exterminaste ni los abandonaste, porque eres un Dios clemente y compasivo.

Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, poderoso y temible, que guardas el pacto y la misericordia, no parezca insignificante ante ti toda la aflicción que nos ha sobrevenido, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta el día de hoy.

Mas eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros, porque has obrado fielmente, pero nosotros perversamente.

Nuestros reyes, nuestros jefes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no han observado tu ley ni han hecho caso a tus mandamientos ni a tus amonestaciones con que los amonestabas.

Pero ellos en su propio reino, con los muchos bienes que les diste, con la espaciosa y rica tierra que pusiste delante de ellos, no te sirvieron ni se convirtieron de sus malas obras.

Y su abundante fruto es para los reyes que pusiste sobre nosotros a causa de nuestros pecados, los cuales dominan nuestros cuerpos y nuestros ganados como les place, y en gran angustia estamos.

Y ordené a los levitas que se purificaran y que vinieran a guardar las puertas para santificar el día de reposo. {Por} esto también acuérdate de mí, Dios mío, y ten piedad de mí conforme a la grandeza de tu misericordia.

Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, http://www.lockman.org. Usadas con permiso